Por C. Betancourt / R. Carrasco
Versiones encontradas respecto al proyecto de flexibilidad laboral surgieron al interior del gobierno. Si la semana pasada los ministros de Hacienda, Felipe Larraín, y del Trabajo, Evelyn Matthei, anunciaron que la iniciativa sería enviada al Congreso para tener una herramienta adicional disponible para enfrentar una eventual alza del desempleo en el país a causa de la crisis económica internacional, ayer el vocero de gobierno, Andrés Chadwick, aclaró que recién se está “evaluando” su factibilidad.
Incluso, el portavoz fue más allá y cuestionó que se haya generado una polémica “anticipada”, dado que “es una propuesta que está en estudio en el gobierno y se trata de tener a lo menos preparado y estudiado lo que pudiera significar un sistema de flexibilización dentro de los sistemas laborales, por si la crisis nos lleva a exigirnos más en materia de defensa del trabajo; pero se está evaluando, estudiando”, afirmó.
La propuesta había sido cuestionada y rechazada por diversos sectores, dado que permitiría “bajar sueldos o flexibilizar jornadas” para asegurar el mantenimiento del empleo. Ante eso, Chadwick criticó a quienes, a priori, la han criticado al señalar que “se ha producido una polémica anticipada cuando estamos recién en una etapa de elaboración y estudio”.
No obstante los nuevos plazos planteados por Chadwick, ayer el jefe de las finanzas públicas, Felipe Larraín, ratificó el ingreso de la iniciativa al Congreso. “El proyecto ingresa esta semana y está inspirado en un documento que nos dieron la CUT y la CPC, en que una de las medidas era justamente crear una institucionalidad especial para períodos de crisis”.
De hecho, Larraín sostuvo que “la idea implica llamar a un comité de expertos, el mismo que llamamos para el PIB Tendencial, para determinar si existe una coyuntura necesaria para poder generar esta institucionalidad”.
El secretario de Estado anticipó que su aspiración es que “ésta sea una institucionalidad permanente, no la estamos presentando sólo para este caso puntual, sino que para cada vez que se presente una situación externa complicada”.
Sin entrar en mayores detalles sobre el proyecto, el ministro Larraín manifestó que “lo que busca es pactar una jornada laboral, con una remuneración que sea de tres cuartos (del salario); lo que estamos haciendo es pensar en los trabajadores chilenos”.
En esa línea, dijo que a pesar que el país sigue creciendo, no se puede “garantizar” la generación de empleo “si las cosas se ponen más complicadas” y defendió el proyecto por ser “una herramienta para nuestros trabajadores, para que puedan resistir mejor los períodos de crisis”.
Al finalizar, el titular de Hacienda mostró su sorpresa ante las descalificaciones que ha recibido el proyecto, pese a que aún no se conocen sus alcances. “A veces me sorprenden algunas reacciones, primero hay que conocer los proyectos y luego de eso estamos dispuestos a recibir ideas”, afirmó.
Parte del Plan Contingencia
La iniciativa forma parte del Plan de Contingencia para enfrentar la situación económica externa. De hecho, los ministros de Hacienda y del Trabajo aclararon que la idea es tener el proyecto de ley aprobado en caso de que se agrave el escenario externo.
En ese sentido, Matthei precisó que las medidas se implementarán sólo cuando el ministro de Hacienda y la comisión asesora del gobierno alerten sobre una situación de crisis que amenace al mercado laboral.
Es más, la secretaria de Estado refrendó que también se extenderá el período en el que los trabajadores pueden recibir los seguros de cesantía. “Generalmente son cinco meses como máximo y en situación de crisis podría ser hasta siete meses, además se disminuyen los meses para acceder al seguro; se requieren 12 cotizaciones previsionales y en situaciones de crisis se reduce a ocho”, sostuvo.