América Latina y el Caribe tendrán una "baja moderada" en su proyección inicial de crecimiento, que ahora será de 4,5 % en 2011 y 4 % en 2012, según las proyecciones del Panorama Económico Regional presentado hoy en Lima por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las cifras de crecimiento de Latinoamérica son ligeramente menores a las cifras que presentó el FMI en abril pasado, cuando estimó un 4,7 % para 2011 y un 4,2 para 2012.
Al referirse a las economías de Latinoamérica, señala que estas crecieron a un ritmo promedio de 5 % en el primer semestre de 2011, lideradas por los países exportadores de materias primas, como Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay, que además tuvieron unas condiciones de financiación externa favorables, resaltó el FMI.
Sin embargo, Latinoamérica se enfrenta ahora a una situación de "vientos de doble cola", a pesar de la liquidez global y los altos precios de las materias primas, advirtió el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre. "Estamos en un territorio muy confortable (por lo altos precios de materias como el cobre), pero vamos a vivir ánimos muy cambiantes en el mercado de los metales", alertó Eyzaguirre.
Según el experto, existe el riesgo de que, en el corto plazo, Europa no pueda contener la crisis financiera por falta de un acuerdo político y esta situación elevaría los costos de financiación bancaria a niveles "prohibitivos".
El ex ministro de Hacienda nacional, dijo que América Latina debería "mantener el rumbo actual de sus políticas económicas, lo que incluye una política monetaria ágil, continuar reconstituyendo sus reservas fiscales y estar listos para hacer ajustes si los vientos globales cambian".
Entre sus recomendaciones para América Latina y el Caribe, el FMI sugirió usar la política monetaria en aquellos países donde exista suficiente credibilidad en su sistema financiero y reconstruir sus defensas fiscales.
Además, aplicar una adecuada flexibilidad cambiaria y acompañar estas medidas con políticas "macro prudenciales", entre las cuales se puede considerar el endurecimiento de ciertas políticas sobre manejo de riesgos