No quería hablar sobre Chile. Explicó que el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde encabeza la dirección para el Hemisferio Occidental, cuida los “conflictos de interés” que surgen naturalmente cuando una de sus autoridades se refiere a la coyuntura de su país natal. Pero las referencias fueron tan inevitables como directas.
“La demanda en Chile está creciendo por encima del producto potencial y se trata, principalmente, de demanda privada”, dijo Nicolás Eyzaguirre en el marco de su presentación en el X Encuentro Santander-América Latina, organizado por Banco Santander y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en la ciudad cantábrica de Santander.
Eyzaguirre recordó que “Chile tiene una regla fiscal que habrá que retomar con la mayor rapidez posible porque produce estabilidad cuando la demanda privada está tan dinámica como ahora”.
Una situación que se inserta en un escenario que comparten otras economías de la región, como Uruguay, con un “crecimiento muy vigoroso, pero que ya convendría comenzar a apaciguar un tanto, porque en el futuro el crecimiento se va a jugar por si somos capaces de invertir más y elevar la productividad. Ya no hay capacidad para seguir incrementando la demanda sobre la base de capacidad ociosa o de buenos precios que nos permiten comprar más. Lo que debemos hacer es invertir más, aumentar la productividad, educar mejor a la población y en fin”, explicó el directivo.
De hecho, el llamado de Eyzaguirre para la economía local no es distinto al que expuso para otros países de la región: “la conciencia que existe hoy en Latinoamérica en torno a la necesidad de mantener equilibrios es un elemento favorable, pero si siguen las condiciones crediticias tan favorables y altos precios de las materias primas, los problemas estructurales que mantiene laa región hacen pensar en una velocidad de expansión que no se podrá mantener”.
“Esperamos que la clase política esté a la altura”, sentenció el ex ministro de Hacienda. Porque “el desafío es normalizar las políticas macroeconómicas y las políticas fiscales siguen siendo estimulativas”.
Análisis global
El director para el Hemisferio Occidental del FMI planteó que, a nivel global, se observa un profundo proceso de cambio en las hegemonías económicas, con un empuje asiático que no muestra señales de desaceleración, y que ha producido un auge en los precios de las materias primas. Un ciclo de largo plazo que comenzó en 2205 y que podría extenderse por 15 años. “El riesgo mayor para este avance sería un problema geopolítico en el abastecimiento de petróleo”, explicó.
Así, señaló que América Latina se desenvolverá en un contexto de altos precios de materias primas y amplia liquidez, lo que vuelve a colocar sobre la mesa la necesidad de ir moderando los impulsos monetarios. “No existe sobrecalentamiento, pero desde hace cuatro trimestres que venimos advirtiendo que se están generando condiciones para el sobrecalentamiento”, dijo.
Consultado por la exposición al riesgo de los países latinoamericanos ante la crisis europea, explicó que éste dependerá de la complejidad que se enfrente. “Hemos pasado y seguiremos pasando por muchas zozobras, pero en la medida en que la crisis esté contenida a los países más en el huracán, como Grecia, Irlanda y Portugal, sin duda alguna que eso no significará ningún problema para América Latina. Si la crisis evolucionara más hacia los países del centro de Europa, podría haber una vuelta a la aversión al riesgo y generar alguna complicación para el flujo de capitales hacia la región”.
No obstante, añadió que “en el escenario central que manejamos en el Fondo, creemos que esta crisis no tendrá el impacto suficiente como para detener el exceso de flujo de capitales hacia América Latina, así que –aunque sea una contradicción- la crisis europea no salvará a los que hacen políticas en la región de hacer lo que tienen que hacer”.