Consejo del Banco Central analizó bajar la tasa entre 25 y 50 puntos en la reunión de junio, marcada por dos votos disidentes
La minuta de la reunión de mediados del mes pasado mostró los distintos argumentos esgrimidos por las autoridades. García y Griffith-Jones votaron por bajar la TPM en 50 puntos base.
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La Reunión de Política Monetaria del lunes 19 de junio pasado del Banco Central registró un inusual voto dividido de parte de los consejeros, en circunstancias de que existen diferencias respecto a la velocidad y el grado con el que emisor reducirá la Tasa de Política Monetaria (TPM) en los próximos meses.
Por una parte, la presidenta del Consejo, Rosanna Costa, y los consejeros Luis Felipe Céspedes y Alberto Naudon votaron por mantener la tasa en 11,25%, mientras que el vicepresidente Pablo García y la consejera Stephany Griffith-Jones optaron por reducirla en 50 puntos base.
Esta mañana, el emisor liberó la minuta con los detalles del debate al interior del Consejo, en el que no solo se discutió mantener o bajar la tasa en 50 puntos, sino que también reducir en 25 puntos base la TPM fue considerada una opción "plausible".
"El Consejo destacó que el escenario macroeconómico había evolucionado acorde con lo esperado y que, por tanto, la economía se iba acercando a un punto donde los datos indicaban que la convergencia a la meta de inflación se veía más consolidada. En ese contexto, se requeriría una política monetaria menos contractiva", planteó señalando la minuta de la reunión.
Según el documento, hubo acuerdo entre los consejeros en que el proceso de consolidación había avanzado "positivamente en varios aspectos". Por una parte, la inflación total seguía descendiendo, "incluso algo más de lo previsto", a lo que se agrega que las expectativas de inflación a dos años habían presentado avances importantes y las proyecciones de mercado a plazos menores reducían sus diferencias respecto de lo considerado por el Banco.
"La actividad marchaba según lo proyectado, lo que era coherente con un proceso de convergencia inflacionaria de acuerdo con lo esperado en el escenario central del IPoM. Varios consejeros destacaron que, si bien se reducía el riesgo de una mayor persistencia inflacionaria, aún parecía anticipado descartarlo por completo. En su opinión, no debía perderse de vista que la inflación permanecía en niveles elevados y que la reducción de la parte subyacente era menos marcada, lo que daba cuenta de que las presiones inflacionarias aún no se disipaban de manera significativa", advirtió el emisor en la minuta.
De todas maneras, todos los consejeros concordaron en que la evolución más reciente de la economía apuntaba en la "dirección requerida". Por lo mismo, el hecho que la TPM se hubiese mantenido contractiva por varios trimestres había contribuido "de forma relevante" a la baja de la inflación.
"Además, aunque los riesgos en torno a esta persistían, se habían ido equilibrando. En ese contexto, de mantenerse estas tendencias, la TPM iniciaría un proceso de reducción en el corto plazo. La magnitud y temporalidad de dicho proceso tomaría en cuenta la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la trayectoria de la inflación. En el escenario central del IPoM de junio que había acordado el Consejo, ello se expresaba en recortes de la TPM del orden de 250 puntos base (pb) para fines de año", continuó explicando el banco en la minuta.
Los argumentos en la balanza
La minuta continuó profundizando en las razones que entregaron las autoridades monetarias.
Por ejemplo, un consejero estimó que lo más adecuado era reducir la TPM en 50 pb, señalizando en el comunicado que en las próximas reuniones podrían darse "movimientos similares", dependiendo de la información acumulada.
Esto, continuó la minuta, era coherente con el escenario del IPoM y con los grados de flexibilidad adecuados para enfrentar riesgos en ambas direcciones. Dado el nivel de restricción actual de la política monetaria, el consejero creía "dudoso" que un movimiento de ese tipo se interpretara como un relajamiento de la política monetaria mayor que el considerado en el escenario central del IPoM. "A juicio de este consejero, era más adecuada esta estrategia que una mantención con sesgo explícito a la baja, la que podía interpretarse como una anticipación de bajas muy agresivas de la TPM", señaló la minuta.
Asimismo, varios consejeros concordaron en que el escenario macroeconómico había ido comportándose conforme a lo previsto y que, coherente con ello, la política monetaria debía seguir una trayectoria relativamente acorde con lo señalado con anterioridad.
"Bajo ese análisis, mantener la TPM en esta reunión parecía la mejor alternativa, pues era congruente con la información acumulada y con la trayectoria prevista para la convergencia de la inflación", reflejó la minuta.
De hecho, uno de los consejeros recordó que el corredor de TPM que contenía el IPoM de junio "no exhibía ninguna trayectoria donde la TPM no comenzara a bajar antes de fin de año".
Sin embargo, a un consejero le parecía "bastante elevado" el riesgo de que la inflación disminuyera más que lo proyectado, incluso por debajo de la meta, "acompañada posiblemente de una caída parcialmente innecesaria de la economía, la inversión y el empleo".
"Varios consejeros recordaron que el escenario central del IPoM consideraba una actividad económica por debajo del PIB potencial durante varios trimestres. Esta proyección se mantenía en términos similares desde hace varios Informes, pues se estimaba una condición necesaria para la solución al problema inflacionario", concluyó el documento.