Banco Central sube hasta 3% pronóstico de PIB para el año, pero posterga la vuelta de la inflación a la meta
En el primer IPoM del año, la entidad emisora mejoró sus perspectivas de PIB, pero empeoró la de inversión, y asumió que la inflación se ubicará en 3,8% hacia diciembre.
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El “rápido” descenso” de la inflación y una economía que “ha avanzado en la resolución de los significativos desequilibrios de años previos” fueron los principales mensajes que expuso la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, al presentar este miércoles el Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo ante la Comisión de Hacienda del Senado.
En un escenario donde advirtió que la economía está “más balanceada”, la autoridad dio cuenta de una mejora en las perspectivas para el Producto Interno Bruto (PIB) de este año, para el cual proyectó un rango de 2% a 3%. Esto contrasta con el rango de 1,25% a 2,25% previsto en diciembre y con el débil aumento de 0,2% observado en 2023.
Buena parte de la revisión se explica por la aceleración de la actividad en el primer trimestre, destacó Costa, aunque con un consumo e inversión que finalizaron el ejercicio pasado algo más débiles que lo estimado.
Y entendiendo que la economía “aún está en un proceso de transición”, señaló que “no es extraño observar diferencias en el desempeño entre distintos sectores y componentes del gasto” y “variaciones anuales significativamente menores” en el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de marzo. El tercer mes del año tiene tres días hábiles menos que en 2023.
“Esto nos puede ayudar a disipar esta nube de pesimismo con la cual hemos estado discutiendo los temas económicos”.
Ministro de Hacienda, Mario Marcel. Foto: Agencia Uno
Así, mientras el consumo privado tendrá tasas de mejora similares a las consideradas en diciembre (1,6%), con condiciones financieras que irán tornándose más favorables, y con un repunte de la masa salarial real -debido al alza de salarios reales y del empleo-; la formación bruta de capital fijo volverá a contraerse en 2024 (-2%).
Precisamente, el ente emisor redujo su perspectiva de crecimiento del PIB para 2025 desde 2%-3% a 1,5% y 2,5%, y esto último se repetiría en 2026, o sea, muy en línea con el nivel potencial de la economía chilena.
Precios más altos
El mayor crecimiento del año iría acompañado de precios más altos. Si en diciembre el Central esperaba cerrar 2024 con un alza anual de 2,9%, ahora ese número mutó a 3,8%. Si bien aún está por encima de la meta oficial de 3%.
Incluso, como reconoció Costa, el mayor tipo de cambio y el alza reciente de algunos precios internacionales podrían llevar a la inflación anual hasta valores del orden de 4% en los próximos meses.
“Esto (diferencia días hábiles) puede provocar que en marzo veamos variaciones anuales menores”.
“Será necesario transitar hacia niveles de menores de tasas con la dosis justa de prudencia”.
“El escenario económico mundial está sujeto a grados de incertidumbre relevantes. Ello, en particular, porque persisten las interrogantes sobre cómo será el proceso de baja de tasas de la Fed”, dijo Costa.
Rosanna Costa, presidenta del Banco Central.
Aun así, la meta del 3% en el horizonte de dos años no estaría en peligro, destacó. Esto considera una economía que crecerá a tasas coherentes con su tendencia y una disminución gradual del tipo de cambio real (TCR) junto con la transitoriedad de factores externos, como el alza de algunos precios internacionales.
Coherente con esta visión, la economista reiteró que la Tasa de Política Monetaria (TPM) “seguirá reduciéndose”. Pero, de inmediato, matizó: “La magnitud y temporalidad del proceso de reducción de la TPM tomará en cuenta la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la trayectoria de la inflación”.
A diferencia de lo dicho antes, el banco no explicitó el retorno a la tasa de interés neutral este año.
“En la medida que los shocks que afectan la inflación sean transitorios, el marco de política monetaria basada en una meta de inflación a dos años plazo permite acomodarlos”, añadió Costa.
“Dosis justa”
A la hora de las reflexiones, Costa dejó claro que “el proceso no termina en el momento en que la inflación llega a 3%, sino que lo hace cuando las condiciones macroeconómicas nos permiten sostener que la inflación se mantendrá en ese valor de forma estable”.
En el horizonte, sostuvo, “será necesario transitar hacia niveles de menores de tasas con la dosis justa de prudencia”. Una frase que bien podría resonar entre quienes han pedido bajas más agresivas del tipo rector.
En línea con ello, la economista defendió los plazos en que la entidad subió la tasa. “Estoy segura que, de no haber reaccionado de esa forma, es altamente probable que la inflación se hubiera mantenido elevada por más tiempo, aumentando el efecto negativo en el bienestar de las familias y de la economía en general”, enfatizó.
Sobre la reciente depreciación del peso chileno, Costa declaró que “es normal que el tipo de cambio aumente cuando el diferencial de tasas con las principales economías del mundo se reduce”.
Y añadió que el impacto de los movimientos cambiarios sobre la economía “ha ayudado a estabilizar el gasto y atenuar los efectos contractivos en áreas más ligadas al sector exportador, lo que se ve claramente en el ajuste de la cuenta corriente”. “Algo de eso puede leerse en los últimos Imacec, que sugieren mayor dinamismo en sectores de la industria que podemos relacionar con exportaciones”, agregó.
En este escenario, el IPoM indicó que el déficit de la cuenta corriente será cercano a 3,5% durante 2024-2026.
Costa dijo que el escenario económico mundial -que está dando un empujón a Chile- está sujeto a grados de incertidumbre “relevantes”. Ello, en particular, porque persisten las dudas sobre el proceso de baja de tasas de la Reserva Federal, como sobre la política fiscal en esa economía. A ello se suman los riesgos que representan las tensiones geopolíticas y la debilidad de China.