Banco Central advierte que el consumo se ha debilitado más de lo esperado en los últimos trimestres
Un recuadro del IPoM analiza algunos factores que explicarían el menor dinamismo de un indicador que había mostrado resiliencia en los últimos dos años.
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El Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre, dado a conocer este miércoles por el Banco Central, entregó varias novedades, principalmente un desempeño más bajo a lo esperado para la economía chilena este año y una inflación que se resiste a volver a la meta de 3%, lo que ocurriría recién el 2026.
En este escenario, el emisor aplicó un fuerte ajuste a la proyección de crecimiento tanto del consumo total como del privado para este año. En relación al informe de septiembre, se recortó en cinco décimas a 1,5% la perspectiva para el consumo total, mientras que el privado acusó una corrección de seis décimas a 1,1% para el actual ejercicio.
Un recuadro que acompaña el IPoM explica las razones de la debilidad del consumo, que a ojos del Banco Central ha tenido un desempeño "más débil" de lo pronosticado a lo menos en los últimos dos trimestres.
"Tras un importante proceso de normalización entre 2022 e inicios de 2023, en la última parte del año pasado y el primer trimestre de este año (el consumo) mostró velocidades positivas. Sin embargo, en los últimos dos trimestres ha experimentado un menor dinamismo, ubicándose por debajo de lo previsto", señala el recuadro, agregando que si en junio y septiembre se proyectó un crecimiento acumulado de alrededor de 7% y 6% para el consumo total, respectivamente, entre 2024 y 2026, el escenario central vigente considera una cifra en torno a 5%.
Dos factores en sentidos contrarios
El ente autónomo explica que uno de los determinantes más relevantes en el gasto de los hogares es el ingreso laboral, cuya evolución depende de la dinámica del empleo y de los salarios. Estos, sin embargo, han tenido comportamientos "contrapuestos" en los últimos cuartos, dice el banco.
"Por un lado, se observó un aumento relevante de los salarios -especialmente a mitad de año- y, por otro, un débil desempeño del empleo. Con todo, la masa salarial real ha continuado expandiéndose anualmente, aunque a un menor ritmo de crecimiento en el margen. Lo mismo se observa con las rentas de la producción de las cuentas nacionales por sector institucional. Si bien estas tienen un mayor rezago, incluyen otras fuentes de ingresos de los hogares. La información del segundo trimestre de 2024 mostró tasas de crecimiento anual positivas, pero más bajas que las de la masa salarial", agrega el análisis.
Ahora, al analizar el empleo, el banco asegura que distintas fuentes de información dan cuenta de un "estancamiento" en los últimos meses.
Un botón de muestra: trimestre a trimestre se observa una nula creación de empleo total (INE), mientras que el empleo asalariado formal ha tendido a estabilizarse tras una caída relevante en trimestres previos, según registros administrativos de cotizantes dependientes (AFP), fundamenta el banco.
"La mayor debilidad en la creación del empleo se atribuiría a diversos factores. Destaca el rezago en la recuperación de algunos sectores intensivos en mano de obra, entre los que sobresale la construcción. A lo anterior se suman el bajo dinamismo de la inversión no minera y el aumento de los costos laborales derivado de distintos cambios regulatorios", agrega.
Pero no son los únicos factores. El emisor teoriza que otro elemento que podría estar afectando a la evolución del consumo son las expectativas.
Según el IPEC, estas muestran una percepción económica por debajo del promedio de los últimos años. Si bien estas mejoraron entre 2022 y 2023, frenaron su recuperación en 2024. Lo anterior podría asociarse al aumento de la inflación y el estancamiento del empleo. Es importante notar que un deterioro del empleo podría afectar las expectativas y el consumo vía dos canales: el menor ingreso disponible de las familias y un aumento en el comportamiento precautorio de los hogares", señala el recuadro.
No es lo único: las condiciones financieras también "podrían estar jugando un rol", dice el ente autónomo.
"Si bien las condiciones locales, vinculadas a la política monetaria, se han ido relajando desde el año pasado, las condiciones externas se mantienen estrechas, en línea con tasas largas aún elevadas y un dólar apreciado. Esto último podría explicar, al menos en parte, el peor desempeño reciente del consumo de bienes (más afectados por la depreciación del peso chileno) respecto de los servicios", sostiene el recuadro.