El llamado de Briones a avanzar en reducir la permisología: "Hay que entender que para volver a crecer no basta la buena voluntad"
El exministro de Hacienda e integrante de la comisión Marfán entrega su fórmula para aumentar la recaudación tributaria, con reducciones de la tasa corporativa, eliminación de exenciones y modificaciones a los tramos del Global Complementario.
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El exministro de Hacienda, Ignacio Briones, es uno de los siete integrantes de la comisión de expertos convocada por el Ministerio de Hacienda para calcular el efecto del crecimiento económico en la recaudación de impuestos, en el marco de la tramitación del pacto fiscal.
El académico de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y presidente de Horizontal integró el grupo junto con el exministro Manuel Marfán -que lo presidió-, José De Gregorio, Andrea Repetto, Andrea Tokman, Rodrigo Vergara y José Pablo Arellano.
El economista pone el acento en las principales conclusiones del reporte, pero también realza la importancia de reducir los plazos para la aprobación de permisos para inversiones, la coloquialmente denominada "permisología", haciendo un llamado a avanzar pronto en esa reforma ya que la ventana de oportunidad se estaría cerrando pronto.
“Hay unanimidad en el comité en que la principal tranca para el desarrollo, para el crecimiento que hemos tenido en los últimos diez años y también para el desarrollo futuro, es un sistema político disfuncional, incapaz de lograr acuerdos”.
Reforma a permisos: “Creo que hay una ventana de oportunidad en un Gobierno de izquierda, que no podemos dejar pasar, que tiene que ser prioridad número uno y la ventana es corta porque el otro año ya es electoral”.
- ¿Cuáles de las conclusiones del informe destacaría?
- El informe hace un esfuerzo en relevar la importancia crítica que tiene el crecimiento. Los ingresos fiscales dependen de la capacidad de generación de ingresos de la economía y, por lo tanto, una economía que no crece o crece poco, como llevamos creciendo diez años, achanchados en la mediocridad, genera menos ingresos fiscales y menos holguras. Tenemos un desajuste fiscal de larga data y el informe lo constata. Entonces, poner el crecimiento como primerísima prioridad es bien fundamental.
También, fiel al mandato que se nos pide, es poder hacer escenarios de proyección de las holguras fiscales. Esto es, los ingresos disponibles para gasto fuera de los gastos comprometidos en un escenario de mediano plazo y de más largo plazo.
Ahí, lo que vemos es que las holguras fiscales son acotadas, en parte porque el supuesto que hay detrás es que la economía sigue creciendo al 2,2%. Y estas holguras en los ingresos aumentan de manera importante si la economía logra crecer más.
De hecho, estimamos que si creciéramos un punto por arriba del PIB tendencial, hoy en 2,2%, tendríamos holguras adicionales que acumularían 1,8 puntos del PIB en 2034, que son más o menos US$ 8.000 millones ese año.
Básicamente, crecer un punto más triplica las holguras fiscales que se proyectan al 2034. Estamos apretados en términos de holguras producto de un bajo crecimiento y crecer un punto más genera importantes ingresos fiscales.
- También evaluaron varias de las medidas procrecimiento que contempla el pacto fiscal.
- La verdad es que no teníamos los insumos para poder evaluar a la gran mayoría, pero sí evaluamos algunas y destacamos lo siguiente.
En primer lugar, es fundamental que Chile tenga una mirada de largo plazo, un pacto de desarrollo a largo plazo que reivindique los recursos naturales, donde tenemos ventajas comparativas y que son aquellos elementos que el mundo y la transformación energética están demandando.
Eso implica ser muy concretos en decir que necesitamos más minería, mejor, más sustentable, no menos minería. Esto es más cobre, más litio y con metas ambiciosas. Tenemos ventajas en energías renovables, en hidrógeno verde, en lo forestal.
Esto implica una política de Estado a largo plazo que haga un rayado de cancha, que facilite la inversión. Y así como hace algunos años se impuso este eslogan del extractivismo, creo que es hora de dejar atrás esa tontería y hacer un pacto que permita definir un rayado de cancha que atraiga estas millonarias en un marco de permisos y regulación que sea protector del medio ambiente, pero que sea expedito y cierto.
- Ahora, lo complejo es implementar las conclusiones del informe, en un ambiente político complejo.
- El informe pone el acento en dos cuestiones habilitantes para el crecimiento que nos parecen medulares.
La primera es entender que para volver a crecer no basta la buena voluntad, como algunos creen, porque el crecimiento depende de tener incentivos a la inversión, al emprendimiento, la innovación y esos incentivos, como destaca el informe, son reglas, son políticas públicas que son intermediadas por el sistema político y en consecuencia, hay unanimidad entre los expertos del comité en que la principal tranca para el desarrollo, para el crecimiento que hemos tenido en los últimos diez años y también para el desarrollo futuro, es un sistema político disfuncional, incapaz de lograr acuerdos que deriven en políticas públicas pro desarrollo en lo económico y en lo social. Esa es la principal tranca de Chile, sin lugar a dudas. Sin acuerdos no hay políticas públicas, y sin políticas públicas de calidad, no podemos esperar resultados distintos en materia de desarrollo.
Aquí, la invitación es entender que si no volvemos a una búsqueda de acuerdos, no digo que en todo, pero sí en las políticas públicas fundamentales, el desarrollo va a ser esquivo, vamos a seguir en la mediocridad de la trampa de los países de ingreso medio.
- ¿Alcanza con solo crecimiento para aumentar el espacio de gasto del Fisco?
- Para explicarlo bien, un punto más de crecimiento agrega aproximadamente 0,24 puntos del PIB de mayor recaudación. Aproximadamente son US$ 800 millones-US$ 850 millones. Ahora, cuando tú creces, hay un montón de cosas que crecen en paralelo, como las remuneraciones reales, el per cápita de salud y tratamos en un escenario conservador de evaluar aquello. Y efectivamente, en ese caso, si uno le deduce a estos US$ 850 millones los gastos endógenos que se producen, la holgura que queda es de aproximadamente US$ 600 millones.
Ahora, es importante destacar que esto no es poco, US$ 600 millones por cada punto de crecimiento es relevante. Un punto más implica triplicar las holguras que se proyectan al 2030.
- ¿Y crecer un punto más por año es factible con las condiciones actuales?
- Es difícil pero no imposible. Hay una luz de esperanza, pero la principal traba es un sistema político disfuncional, polarizado, en la trinchera y a la patada y el combo, que es incapaz de avanzar en reformas que tiren el carro del crecimiento.
Entonces, si uno pudiera aprovechar la oportunidad que tenemos, claro que podemos crecer más, esa es la invitación. Ahora, eso requiere no solo buena voluntad, sino que acuerdo en el mundo político, porque sin esos acuerdos no vas a poder rayar esa cancha.
- ¿Pero es suficiente solo el crecimiento para aumentar la recaudación?
- Las necesidades de gasto son siempre contingentes. Cuando llevamos una década creciendo a menos del 2%, evidentemente los recursos con que cuenta el Fisco son menores que si creciera más.
Chile tiene que avanzar en reformas sociales, esa es mi posición, no está en el informe, pero en el informe sí decimos que el crecimiento es condición necesaria pero no suficiente y también requiere de avanzar en el desarrollo de políticas sociales, como en educación. Entonces, hay un esfuerzo que hacer ahí, siempre contingente a los recursos para hacerlo con responsabilidad y sustentabilidad en el tiempo. Y por lo tanto, esto tiene que ser un mix de cosas, pero creemos que el elemento principal acá es crecer.
Ahora, Chile tiene una situación fiscal que se ha deteriorado en el margen en los últimos diez años y eso implica un esfuerzo por allegar nuevos recursos combinando la siguiente trinidad que mencionamos, además del crecimiento: eficientar el gasto público, lo que genera holguras, y aumentar la recaudación de manera gradual.
En el informe somos bien explícitos en señalar, por ejemplo, que la tasa corporativa en Chile es muy alta, que debe bajar. Señalamos que las alzas que han ocurrido desde el 2000 en adelante significan que hoy día tengamos un PIB un 8% menor.
Obviamente esa tasa debe bajar, pero de manera compensada. Y esa compensación tiene que venir de la mano de mejor gasto y también ver cuáles son otros impuestos que pueden compensar aquello.
- El informe no menciona cuáles son esos impuestos. ¿A cuáles echaría mano?
- Hablo exclusivamente a título personal: nuestra brecha de recaudación no está a nivel de las empresas, nuestra tasa es alta y debe bajar. Tampoco está a nivel del IVA. Nuestra brecha de recaudación está en los impuestos personales.
- ¿Por ahí debe ir el aumento? Es un tema impopular.
- Por supuesto, porque acá no hay margen. Los impuestos pueden provenir de las empresas o las personas. Si usted quiere bajar a las empresas para incentivar la inversión, tiene que compensarlo por las personas. Y ahí la pregunta es de economía política. Obviamente no es popular subir impuestos personales, y ahí uno puede tener sus propias opiniones, pero no sus propios datos.
Tenemos una brecha de seis puntos que se explica porque tenemos una enorme base exenta. Tres de cada cuatro personas no pagan. No estoy diciendo que todas tengan que pagar, pero el criterio de progresividad es que si usted gana poco, paga poco. Si gana más, paga más; y si gana mucho más, paga mucho más. Es bueno reivindicar eso.
Además, sabemos que los primeros tramos pagan muy poco de impuestos. Alguien que en Chile gana $ 4 millones está en el 2,5% de mayores ingresos de Chile y paga un impuesto a la renta de 7% de su ingreso. Ese mismo ingreso en dólares en países como Nueva Zelanda o Canadá paga 20%. No estoy diciendo que haya que llevarlo a 20%, sino constatando que hay una tremenda brecha.
Lo primero que hay que hacer es reconocer este problema, porque si no nos vamos a seguir haciendo trampas en el solitario y siempre vamos ir a los sospechosos de siempre, que los súper ricos, que las empresas. La verdad que sabemos que el impuesto a las empresas tiene que bajar si queremos atraer inversión ya.
- ¿Qué fórmula propone?
- Una hoja de ruta que en un lapso de diez, 15 años, dependiendo de cuánto crezca Chile se vayan ampliando los tramos que hoy día pagan impuestos y eventualmente aumentando en el margen las tasas, de forma tal de que sea muy gradual y, por lo tanto, imperceptible.
Ahora, obviamente uno puede complementar esto con esfuerzo, como por ejemplo seguir eliminando exenciones, todavía quedan y no son muy populares.
- ¿Tales como?
- Un candidato obvio es la renta presunta, que no tiene ningún sentido conceptual en el siglo 21 y además es tremendamente injusto. Creo que las cifras de recaudación que pueden haber ahí son bastante mayores que las que ha estimado el Ejecutivo.
No digo que sea la bala de plata, pero eso permitiría, por ejemplo, en conjunto con el combate a la evasión, que por cada exención que se elimine y por cada peso de evasión extra que se recaude, hacer que una mitad vaya a rebajar las tasas del impuesto del cual viene esa evasión o esa exención.
Por ejemplo, si recaudo más por combatir la evasión en el impuesto de Primera Categoría, que una parte vaya para el Fisco y la otra parte para rebajar la tasa de ese impuesto.
El gobierno propone crear la tasa de desarrollo y reducir el impuesto corporativo en dos puntos. Eso es insuficiente, yo sería partidario de bajar los dos puntos y eliminar ese enredo de la tasa de desarrollo.
Los efectos macro de agilizar la permisología
- Ustedes calcularon que reducir en un tercio los plazos de permisos le agregaría holguras fiscales por US$ 885 millones al Fisco. ¿Estos cálculos son logrables pensando en la propuesta que tiene hoy día el Gobierno?
- La idea principal es que a la hora de evaluar un proyecto, mientras más te demores en iniciarlo y, por lo tanto, recuperar los flujos o las utilidades del proyecto, disminuye el retorno y su atractivo. Entonces, vas a tener dos efectos que nosotros cuantificamos.
Número uno, el desincentivo a invertir. Hay proyectos que tú tienes como inversionista, una tasa de corte mínima de X, y por el hecho de que se demoren tanto los permisos, te quedas debajo de X y no lo haces. Si logras acortar esos plazos de los permisos, hay proyectos que antes no se realizaban y ahora se realizan. Entonces aumenta la inversión, aumenta el crecimiento y por esa vía también aumenta la recaudación.
Hay un segundo efecto que es para proyectos que ya están en carpeta. El hecho de que los proyectos partan antes implica que el Fisco también empieza a recibir antes el flujo de los impuestos.
Cuantificamos estos dos efectos y concluimos que acortar en un tercio los plazos, que es la propuesta del Gobierno, es equivalente financieramente hablando a una rebaja de 3,7 puntos del impuesto corporativo.
O sea, la permisología es un impuesto a la inversión y un impuesto alto. Estimamos que eso significaría mayores ingresos anuales del orden de US$ 950 millones, un 0,27% del PIB.
Y luego está el efecto en el crecimiento, donde estimamos que acortar en 2,2 años el plazo de los permisos implica aumentar el crecimiento en 0,24% del PIB anual. No es poco. Y eso te generaría mayores ingresos fiscales en los próximos diez años por el equivalente a 0,32% del PIB, o US$ 1.350 millones.
En la suma estamos hablando de US$ 2.300 millones, que no es poco.
- ¿Pero es factible de lograr?
- Creo que hay una tremenda ventana de oportunidad porque el Gobierno en su declaración está muy comprometido con esta agenda, el Presidente, el ministro de Hacienda, el de Economía. Lo ha dicho la Comisión Nacional de Productividad, lo hemos dicho nosotros.
Hay algunos que piensan que acortar plazos o simplificar trámites implica bajar el estándar regulatorio. En caso alguno, uno puede incluso reforzar el estándar regulatorio, hacerlo más simple, y más entendible por los agentes.
Creo que hay una ventana de oportunidad en un gobierno de izquierda, que no podemos dejar pasar, que tiene que ser prioridad número uno y la ventana es corta porque el otro año ya es electoral. Se acaba el acuerdo, tiene que ser rápido.
Además de este proyecto, llamaría al Gobierno a que ojalá le ponga urgencia a la Ley de Patrimonio del Gobierno anterior, que ya fue aprobada por la Cámara. Y lo mismo con las concesiones marítimas que dependen de la Subsecretaría de Defensa. Llamamos a tener sentido de urgencia, porque la ventana de oportunidad es ahora, es fundamental. Pero también alertamos que ojo, que todo no es ley. Hay temas administrativos que se pueden hacer.