Molesto y preocupado está el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Patricio Crespo, por la forma y el tono en que se ha tramitado la reforma tributaria. Y, en especial, por la falta de diálogo, que a su juicio se dio en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.
Para el dirigente existe un consenso generalizado acerca de que se debe mejorar la calidad de la educación y que para lograrlo se necesitan recursos adicionales, pero a la vez plantea sus reparos sobre si efectivamente los recursos recaudados se invertirán en educación.
“Se debe manejar y administrar bien los recursos. Si la recaudación se gasta en mejorar la calidad de la educación, es una inversión en el largo plazo, pero tengo mis dudas sobre si efectivamente estos recursos de la reforma tributaria se destinarán a la educación. Eso no está claro y me temo que pueda pasar que nos vayamos por el camino fácil y no se realicen llas reformas estructurales que el país necesita”, sostuvo Crespo (ver nota relacionada).
Pero no sólo le preocupa el tono del debate y el destino de los recursos, sino que también aspectos sensibles para su sector, como el cambio, que de aprobarse la reforma, tendrá el tratamiento de la renta presunta. En ese sentido, el proyecto de ley limita dicha figura a empresas con ventas anuales hasta 2.400 UF, es decir, hasta $ 57 millones y que su patrimonio no exceda las UF 2.500 ($ 60 millones). Y, además, fija un sistema de contabilidad simplificada para empresas con ventas entre $ 57 millones hasta $ 594 millones.
“Esto terminará afectando principalmente a pequeños agricultores”, añade. Por ello, desde la SNA
desestiman los cálculos que realiza el gobierno de que la reforma afectará sólo al 1% de mayores recursos.
Según Crespo, con la reforma tributaria de las 16.320 empresas agrícolas que pasarán a tener contabilidad completa, 14.309 califican como pequeños agricultores, representando el 88% del total de empresas agrícolas.
“La mayoría de los pequeños agricultores pasarán a pagar renta efectiva. Son personas de clase media-baja que no cuentan con los recursos para contratar un contador que les lleve las cuentas y, por lo demás, para ellos será preferible incluso vender sus terrenos antes que realizar todo el proceso de renta efectiva”, aseveró Crespo.
Actualmente, la Ley de Impuesto a la Renta establece presunciones de renta para determinados segmentos de algunos sectores como la agricultura, transporte, minería y explotación de bienes raíces, a los que se le aplica un 10% del total del avalúo fiscal de los terrenos.
Estos regímenes, según ha dicho el gobierno, se han prestado en algunos casos para eludir el pago de impuestos, pero también implican que contribuyentes tributen aun teniendo pérdidas.
Si bien el proyecto permitirá que las empresas con ventas anuales entre $ 57 millones hasta $ 594 millones se puedan acoger a un proceso de contabilidad simplificada, Crespo afirma que de todas formas las PYME deberán contratar a un contador para que les lleve adelante el proceso tributario, encareciendo el costo de producción.
Aunque el dirigente gremial no se opone a un cambio en el régimen de renta presunta, dice que se debería evaluar formas de mitigación para que el impacto no sea tan fuerte para las PYME, ya que recordó que “el sector agrícola entrega el 35% del empleo con 258.564 puestos de trabajo”.
Propuestas del agro
De cara al debate en el Senado, el gremio tiene preparada una serie de propuestas para que los parlamentarios entiendan “la realidad del campo”. Entre ellas, sobresale el subir el avalúo de los terrenos, pero manteniendo a los pequeños productores en renta presunta. Otra alternativa sería subir la tasa de impuestos del actual 10% al 20% sobre el avalúo del terreno y manteniendo a los pequeños en renta presunta. O bien, que el cambio de sistema tenga un período de transición con el propósito de capacitar a los pequeños agricultores hacia este nuevo sistema.
"Reformas estructurales como la tributaria no se resuelven en un escritorio sin preguntarle a nadie"
Quince minutos tuvo la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) para exponer sus plantemientos -en representación de las seis ramas del gran empresariado- ante la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, tiempo que para el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) fue insuficiente. "El debate en la Comisión de Hacienda fue fatal, desconcertante, triste, y habla de mucha arrogancia. Los diputados no estuvieron a la altura de un proceso legislativo tan importante y radical como esta reforma, deshonra la vocación democrática del parlamento", afirma.
- ¿Qué esperaba del debate en la comisión de Hacienda?
- El Parlamento tiene como función contrastar opiniones entre el gobierno y los actores sociales y empresariales, pero ese diálogo no se dio.
- ¿Esperaban que cada uno de los gremios tuviera espacio para entregar su visión?
- Sí, porque el Parlamento tiene que abrirse a escuchar a los distintos actores y al mundo privado, que es el que tiene los recursos, le dieron sólo 15 minutos. Por ello, se decidió que fuera el presidente de la CPC, Andrés Santa Cruz, el que expusiera la mirada conjunta.
- ¿Considera que el gobierno se debería tomar más tiempo para llevar adelante este cambio impositivo?
- A la reforma le faltó prolijidad, se quedaron muchos detalles de su implementación afuera, y eso es lo que está reventando ahora. No se conectó con la vida real, faltó diálogo para saber lo que pasa en terreno.
- En ese aspecto, ¿cómo califica el accionar del ministro de Hacienda, Alberto Arenas, y del sector político en general?
- Veo mucha arrogancia en las autoridades, que mi única alternativa es cumplir con mi conciencia y entregar a los senadores los antecedentes para que voten en conocimiento.
- ¿Faltó socializar más los distintos ámbitos de la reforma tributaria al gobierno?
- Cuando hay cambios estructurales como el que se está proponiendo, lo hacen generalmente personas muy técnicas, que se relacionan con los números, pero desconocen la realidad del día a día. Por eso, cuando se elaboran este tipo de cambio, se debe tener conciencia de que no se puede resolver desde un escritorio sin preguntarle a nadie.
- ¿Por qué cree que la reforma tributaria tomó este nivel de debate?
- Esto pasa en todos los gobiernos cuando los temas no se conversan. La democracia no es entregarle el poder a un presidente y a su equipo para que hagan lo que quieran, es para que conduzcan un proceso de diálogo nacional y esto no ha sido así, porque hay poca costumbre de diálogo y un menosprecio por la opinión ajena, porque el que cree que se las sabe todas, considera que todos los demás son unos ignorantes.
- ¿Qué hará la SNA para influir en el debate en el Senado?
- Primero, esperamos tener tiempo para exponer nuestras propuestas y demostrar -con cifras en mano- el perjuicio que esto traerá para la pequeña agricultura. Por ello, le haremos llegar a todos los senadores del mundo del agro, a través de los dirigentes de la SNA de las disntintas regiones, información sobre el tema para que estén conscientes de lo que están haciendo.
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