Las magras cifras que las encuestas dieron a conocer esta semana golpearon al gobierno y confirmaron la tendencia que muestra semanalmente el sondeo de Plaza Pública-Cadem, que para su director, Roberto Izikson, tienen su origen en que la ciudadanía no está conforme con las reformas que la presidenta Michelle Bachelet y su gobierno insisten en imponer.
En conversación con DF también expresa su convicción de que en la actual administración hubo "un problema de diagnóstico, no en la idea del programa que es la correcta: todos queremos educación pública de calidad. Pero el programa y la política pública muestran una brecha entre esa idea y lo que están haciendo hoy día".
-Las cifras de la CEP generaron la sensación de que la Presidenta se jugó y perdió su capital político en las reformas. ¿Es tan así?
-Las encuestas semanales que hacemos desde Plaza Pública-Cadem venían mostrando hace tiempo que ella estuvo dispuesta a jugar su capital político por canalizar la reforma educacional y tributaria, principalmente porque los ministros de Hacienda y Educación no tenían esa capacidad comunicacional y de cercanía con la opinión pública para poder hacerlo.
-Usted había dicho que el capital político de Bachelet era fuerte ¿Qué cambió?
-Ella tenía un capital político súper relevante y lo interesante es que además era distinto: ella era la única que se escapaba de la foto, que la opinión pública le toma a los políticos. Y esa relación cambió, porque en vez de corregir las reformas ha insistido en ellas. Luego se suman los problemas de delincuencia, de transportes. Entonces, el escenario se hizo muy complejo y hay una decepción de la clase media con la forma como ella está llevando adelante el gobierno. Y dado que este gobierno es mucho más personalista que el anterior de Michelle Bachelet, la responsabilidad es de ella y no de sus ministros.
-¿Ella misma se expuso al salir a defender las reformas?
-Claro, pero responde también a un problema de diseño político en la medida en que ella no tenga ministros empoderados con fuerza y relación con la opinión pública. En general, el comité político no logra contener a la opinión pública y los ministros sectoriales están tremendamente desacreditados. El nivel de desaprobación de Eyzaguirre es altísimo; la desconfianza sobre Arenas es total. Está en un escenario muy complejo, porque la ciudadanía no está conforme con la forma como se están llevando las reformas, no confía en sus ministros y todo le llega a ella.
-¿Esto se resuelve, efectivamente, con un cambio de gabinete?
-No, si es que el cambio de gabinete no rasca dónde pica. Un cambio de gabinete que no pase por Educación y/o Hacienda es completamente accesorio y no va a tener ningún efecto directo sobre la aprobación de la presidenta Bachelet, sobre la imagen pública de este gobierno.
-¿No tiene con ver con la cantidad de ministros que cambie, sino con quiénes cambie?
-Y si es que ella también está dispuesta a rectificar sobre sus reformas, a abrir espacios de diálogo, a llegar a acuerdos con la oposición, a socializar los temas. Lo que se ha visto, por el contrario, es que el gobierno busca acelerar los proyectos sin importar los efectos.
-¿Y qué pasa con la derecha que tampoco capitaliza esta situación?
-Lo que pasa es que la centro derecha, la Alianza en específico, no tiene un liderazgo claro, alguien que tenga la capacidad de ordenar y liderar al sector, tampoco un programa alternativo. Más bien se ha puesto en la estrategia de la UDI de decirle 'no a todo.', pero sin una propuesta alternativa.
-¿La ausencia de un liderazgo claro es lo que hace que la Alianza no se ordene y no capitalice?
-La ausencia de un liderazgo claro y de un proyecto político común de largo plazo. Y lo interesante es que hoy la oposición no está en la Alianza, está en la DC. Una cuña de Ignacio Walker o Andrés Zaldívar en un medio de comunicación tiene mucho más relevancia que una de cualquier dirigente de la Alianza.
-Y en ese contexto de carencia de un liderazgo claro, ¿cómo se interpreta que Manuel José Ossandón sea la figura del sector mejor posesionada en la CEP?
-Él tiene muchísimos atributos positivos y rescatables que tiene que seguir explotando, su conexión con la clase media y baja, como la interpreta, y la importancia que le da a la pobreza. Es una persona práctica que tiene ganas de hacer cosas buenas por Chile. Pero este posicionamiento de Ossandón tiene varios 'peros´, el primero que sólo es conocido por el 47% de la muestra, eso quiere decir que sólo uno de cada 2 chilenos sabe quién es Manuel José Ossandón y este es un antecedente tremendamente importante. Lo segundo es que cuando uno ve por grupos su posicionamiento, dentro de la centroderecha que -donde se jugará finalmente su primaria- está octavo. El desafío que tiene es construir su liderazgo desde el proyecto político y no desde pegarle a Sebastián Piñera.