Jorge Padilla, presidente de Compass Lexecon EMEA: Con Trump “no veremos el grado de activismo de los últimos cuatro años contra las Big Tech”
El español experto en libre competencia plantea que la concentración, ante una falta de regulación en EEUU, no ha llevado a un freno de la innovación en estas firmas, mientras que en Europa la normativa ha perjudicado más a las pequeñas tech.
Por: Francisca Guerrero | Publicado: Lunes 18 de noviembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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Con el afán de resguardar la libre competencia, se han puesto los ojos sobre las Big Tech a ambos lados del Atlántico, pero con enfoques diferentes. En la última década en Europa se optó por la vía legislativa, con la Digital Markets Act, mientras que en Estados Unidos se ha acudido a tribunales, con casos levantados por el Departamento de Justicia y por la Comisión Federal de Comercio.
A grandes rasgos, así es como describe el escenario que actualmente enfrentan Microsoft, Meta, Amazon, Alphabet (Google) y Apple el presidente de Compass Lexecon EMEA, Jorge Padilla, quien detalla que en el caso estadounidense tanto demócratas como republicanos, por distintas razones, han mostrado recientemente una actitud hostil hacia dichas compañías.
Sin embargo, el también académico del Toulouse School of Economics -que participará este miércoles del evento Futuro de la Libre Competencia en la Era de la Economía Digital, de Compass Lexecom- plantea que los vientos en contra que han recibido las Big Tech en la primera economía mundial podrían apaciguarse con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca.
“A muchos, a ambos lados del Atlántico, lo que les preocupa realmente no es que estas empresas no innoven, sino que sean muy poderosas y, como tal, puedan controlar el proceso político. Pero esa preocupación trasciende lo económico”.
- ¿Cómo el segundo Gobierno de Trump podría modificar esta escena para las Big Tech, en lo referido a libre competencia?
- No veremos el grado de activismo de los últimos cuatro años por parte de las agencias federales contra las Big Tech. Probablemente, se caerán algunos de los casos que tienen hoy el Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio contra las Big Tech. Además, no habrá muchos más casos y, desde luego, es muy improbable que adopten regulaciones similares a las europeas.
- ¿Qué casos relevantes podrían caerse?
- En estos momentos, el más importante a nivel federal es el caso contra Google, sobre el cual ya se decidió en primera instancia en el Tribunal de Distrito, pero que entiendo que está bajo apelación y no sé qué es lo que hará el Departamento de Justicia, pero podría darle la razón a Google.
Tenemos el caso de la Comisión Federal de Comercio contra Apple, otro contra Amazon y otro contra Meta. Esos tres casos concretos son los que tienen más probabilidad de pararse.
Además, hay otro caso del Departamento de Justicia contra Google, que tiene que ver con los mecanismos de publicidad online…
Se trata de casos que, en estos momentos, están un poco en el aire, en el sentido de que la nueva administración y el nuevo liderazgo de las agencias federales podría decidir retirarlos.
- Teniendo en cuenta la experiencia regulatoria europea, ¿qué está en juego con el enfoque desregulatorio de Trump?
- El riesgo es un exceso de concentración en los sectores de alta tecnología que pueda frenar a la innovación. Al respecto, soy muy cauteloso, porque mis propios estudios me dicen que el incremento de concentración en todos estos sectores en EEUU no ha tenido, de momento, ese efecto negativo.
No es verdad que Google, Microsoft o Amazon no innoven. Podemos tener una preocupación legítima de que si se consolidan como monopolios puedan dejar de innovar al no verse disciplinados por la competencia, pero no tenemos mucha evidencia de que eso haya pasado.
A muchos, a ambos lados del Atlántico, lo que les preocupa realmente no es que estas empresas no innoven, sino que sean muy poderosas y, como tal, puedan controlar el proceso político. Pero esa preocupación trasciende lo económico o financiero. Va más allá y de la que yo no me siento capaz de hablar para serte sincero.
- Fuera de la innovación, ¿podría existir un daño a empresas más pequeñas?
- Pues, tampoco está claro, porque en Europa las pequeñas se ven perjudicadas por nuestra regulación. Si quitáramos toda la regulación, pues a lo mejor algunas se beneficiarían.
De nuevo, volvemos al tema de la interoperabilidad. Si yo aseguro que las grandes tienen que dar acceso y permitir la interoperabilidad de sus productos con los de las pequeñas, con eso conseguimos todo lo que queremos para asegurar que las pequeñas empresas pueden crecer y competir. No necesito ir más allá.
Sin embargo, si impongo restricciones que aplican a todos, no solo los grandes, ahí las pequeñas van a sufrir desproporcionadamente.
- ¿Qué opinión tiene de la mirada regulatoria -o desregulatoria- de Trump respecto a la inteligencia artificial?
- Esperamos que, en esto, otra vez Donald Trump no siga el camino europeo. Acá tenemos la Ley de Inteligencia Artificial, que es muy restrictiva. Alguna gente piensa que protege al consumidor, pero también puede limitar la innovación. Había dudas si con Biden podrían tener algo así en EEUU, pero creo que con Trump ya no la van a tener.
Esto va a favorecer a los desarrolladores, grandes, sobre todo, pero también a los pequeños. Puede generar problemas de privacidad y de sesgo a los consumidores. Además, veremos una situación de discrepancia fundamental entre Europa y EEUU y veremos cuál de los dos modelos funciona.
En Europa hay mucha preocupación, porque pensamos que nuestras empresas, probablemente terminarán huyendo de la regulación, para irse a EEUU a desarrollar. Y ya está pasando.