Por A.Chávez y C.Rivas
Aun cuando el senador Jaime Quintana seguirá siendo el presidente del PPD, durante los próximos dos años, el gran triunfador de las elecciones que protagonizará el partido este domingo 1 de junio no es necesariamente él, sino que su antiguo promotor y colega en la Cámara Alta, Guido Girardi.
El parlamentario, quien ha sido el impulsor de la agenda más progresista de la Nueva Mayoría, en esta ocasión junto con consolidar su poder en la tienda, también está mirando hacia las presidenciales de 2017 donde se calcula que la colectividad tendrá a lo menos 5 candidatos en carrera, siendo el partido que concentra la mayor cantidad.
Y es que el proceso por medio del cual el PPD renovará este domingo su mesa directiva no será una elección propiamente tal, sino que más bien la materialización de un “acuerdo de gobernabilidad”, sellado en el último Consejo Nacional por el propio senador por Santiago Poniente y que suscribieron todas las facciones internas –es decir girardistas, laguistas, terceristas y harboistas- argumentando la necesidad de no incurrir en un escenario de competencia que terminara perjudicando la implementación del programa de gobierno y sus promesas de grandes transformaciones.
De ahí entonces el consenso en torno al nombre del senador Quintana -además del secretario general y la tesorera nacional, Óscar Santelices y Pía Castelli, respectivamente-; estableciéndose que las fuerzas internas se medirían en la definición de las seis vicepresidencias que conforman la directiva y donde cada facción lleva a uno de sus representantes. Eso sí, en el caso del senador Ricardo Lagos Weber -laguista por definición- postula a la primera vicepresidencia con el apoyo del girardismo y se pelea los votos con el verdadero representante de ese “lote”, el hoy secretario general y alcalde de Lo Prado, Gonzalo Navarrete, quien es considerado como el “guardián de la declaración de principios del PPD”, de enero de este año.
Las razones de Girardi
Al interior del PPD, reconocen que lo que está viviendo el partido se “veía venir y que no es más que la aceptación de las fuerzas internas”.
Es más, cuentan que con un Girardi algo debilitado tras la instalación del gobierno, pues no habría podido ubicar a los suyos en los llamados puestos clave del aparato estatal -a diferencia de lo que sí habría conseguido el senador Felipe Harboe- era de esperarse que para este proceso interno “construyera un acuerdo que le permitiera mantener su vocación hegemónica, así como volver a ser una figura con capacidad de articulación de consensos”.
El motivo por el cual el legislador apostaría a consolidar el poder que ha ostentado desde hace varios años al interior de la colectividad no sería otro que las presidenciales del 2017. Quienes conocen al parlamentario, confirman que éste está convencido que el próximo candidato a La Moneda debe salir de las filas del PPD, pues ese derecho se lo tendría ganado el partido, que en 2006 apoyó lealmente a Michelle Bachelet en su primera carrera presidencial, igual como lo hicieron en 2009 con el derrotado Eduardo Frei y lo están haciendo en la actualidad, en este segundo período de Bachelet como gobernante.
En ese escenario también confirman que si bien Girardi nunca ha abandonado la idea de convertirse en candidato presidencial, su “ansiedad” ya no es la misma que hace 10 años atrás y que ahora más bien se inclinaría por apoyar la eventual candidatura de la alcaldesa Carolina Tohá, aunque los escépticos advierten que su respaldo a la edil apuntaría a contener las aspiraciones del senador Lagos Weber.
A ambas cartas, catalogadas como en la “pole position”, se sumarían las opciones de Felipe Harboe; el ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre -si consigue sortear con éxito la reforma educacional- y el actual jefe de gabinete, Rodrigo Peñailillo. Todos, dice una fuente del PPD, deberían enfrentarse en primarias internas, aunque también están los que aseguran que el nombre definitivo resultará de los datos que arrojen las encuestas.
En el PPD también se menciona la posibilidad de levantar a Marco Enríquez-Ominami como el presidenciable del partido, considerando que ya cuenta con un mejor posicionamiento en los sondeos, para lo cual ya han iniciado conversaciones informales con el ex diputado PS, que tiene sus raíces políticas en el oficialismo. Quienes abren esta fórmula, lo hacen en el contexto de que Girardi también buscaría contener a Harboe, pues aunque él lo descarta, perciben en su actuación de los últimos meses -incluida la formación del movimiento Acción País- la expresión de su aspiración presidencial. Y auque Girardi no sea el candidato, al tener el control del partido, su apuesta sería ser quien defina el candidato de la tienda, por lo que el poder que consolide en estas elecciones sería vital para ese propósito.