por valentina fuentes j
En la cuerda floja mantiene a los sostenedores de los colegios particulares subvencionados el proyecto de ley enviado al Congreso que terminaría con el lucro, la selección y el copago en el sistema escolar. Hernán Herrera, presidente de la Conacep, retrata el negativo escenario al que, según él, la reforma educacional somete a su sector.
-Con este proyecto ¿se pone en riesgo el compromiso de Bachelet de mantener un sistema mixto?
-Absolutamente. Como está el proyecto planteado, es imposible que nuestro sector pueda seguir en el sistema. Hay barreras de entrada insuperables para los sostenedores de colegios particulares subvencionados. El proyecto apunta claramente a terminar con la educación particular subvencionada, no hay otra lectura, aunque no en el discurso, porque dicen que están por la provisión mixta. Al final quieren que los colegios particulares cierren al establecer requisitos imposibles de cumplir por los sostenedores y que, por la fuerza, las familias retornen al sector municipal, llenando sus colegios y terminando con el 40% de capacidad ociosa que tienen hoy. Esa migración obligada, no sería una opción entre dos bienes.
-¿Qué requisitos le parecen imposibles de cumplir?
-Hay que constituirse en fundación, pero con la condición de que el sostenedor sea dueño de esa propiedad, a enero de 2014, para traspasar la infraestructura. Eso denota desconocimiento absoluto del ministro, porque más del 70% de los sostenedores no son dueños de la propiedad, sino un tercero. Con eso, el 70% queda automáticamente sin ninguna posibilidad de seguir con el proyecto educativo.
-La iniciativa también prohibe traspasar la infraestructura con gravámenes, por ejemplo, con deuda hipotecaria, ¿cuánto les afecta eso?
-Ese es un segundo factor que hace inviable esta situación. Del orden del 70 u 80% de los sostenedores, tiene deuda hipotecaria. ¿Cómo hacemos para que el sostenedor asuma la deuda cuando la oferta del gobierno es pagarle en cómodas cuotas mensuales durante 12 años?
-Ustedes han señalado que esto es una suerte de expropiación…
-Absolutamente. Esto ya ni siquiera tiene visos de expropiación, es casi una usurpación. Porque una expropiación está súper reglada: te pagan el valor comercial y al contado e inclusive puedes apelar en tribunales si no estás de acuerdo en el monto fijado. Ellos no pagarían por el valor real de la infraestructura, sino que harán un cálculo en función de la matrícula. Pero eso no tiene lógica porque cuando inviertes, lo haces pensando en un escenario superior al actual, pensando en, por ejemplo, aumentar en el doble la matrícula de acá a 10 años y el cálculo del gobierno sólo considera la matrícula de los últimos tres años. Al Estado simplemente se le ocurrió pagar con este criterio y no por costo efectivo de la inversión hecha.
-Eyzaguirre dijo que el estimado que hicieron ustedes por el costo de infraestructura, de US$9 mil millones, es un sobreprecio. La aproximación del Mineduc es de US$2.500 millones. ¿A qué se debe la tremenda diferencia entre ambas cifras?
-Los US$ 2.500 millones, no están ni cercanos a la situación. De hecho, en el caso de que aplicáramos la exacta fórmula del ministro, da al rededor de US$ 6.500 millones. No tiene ninguna consistencia su cifra. Nosotros hicimos el cálculo con un establecimiento promedio de mil alumnos. Los costos de construcción están del orden de los US$4 a US$5 millones y eso lo multiplicamos por los alumnos del sector. Es divertido como surge nuestra cifra: el gobierno nos preguntó en cuánto estimamos el costo de infraestructura. De eso se agarra el ministro para decir que nosotros queremos vender, él ha sido hábil en instalar esa idea completamente falsa. Y además, instalada esta idea, dice que no está dispuesto a pagar un sobreprecio. Entonces esto es como una burla pública del ministro a los sostenedores.
-¿Se han sentido escuchados por Eyzaguirre?
-No es que no nos sintamos, no hemos sido escuchados.
-Pero se reunieron con él…
-No fue más que un encuentro protocolar. Fue todo en términos generales, él nunca nos detalló algo de lo que terminó siendo el proyecto.
-¿Con esa reunión no pudieron anticipar nada del panorama actual?
-Para nada. Es más, cuando nosotros le dijimos que teníamos un estudio preliminar de costos para saber qué significa educar a un niño con estándares de calidad, dijo “eso es música para mis oídos, yo encantado de trabajar con él (estudio)”. Fue súper abierto a que nos iba a escuchar, pero nada de eso ocurrió, nuestros datos jamás fueron considerados y nunca se constituyeron las mesas técnicas que prometió.
-El fin del lucro está en el corazón de la reforma, ¿sienten que la pelea está perdida y que es una realidad que perderán lo invertido?
-Es más que eso. Los sostenedores sienten que este es un atentado a su persona, pero con un agravante, ellos no ingresaron al sistema por la ventana, sino por la puerta ancha invitados por el Estado. Por eso es una injusticia que cuando se les llamó a dar cobertura, lo hicieron y hoy, en cambio, se les menosprecia, se les quiera echar del sector y más encima, expropiarles sus bienes.
Fin de la selección y del financiamiento compartido
- ¿Qué opina de que la selección no se prohíba en los liceos emblemáticos?
- Ley pareja no es dura. Que no se seleccione en ningún establecimiento. No puede haber situaciones especiales para los emblemáticos. De hecho, si es algo de principios, como han planteado, debería ser aplicable incluso en los colegios particulares. Entonces no es un tema de principios, sino uno ideológico, que apunta a atacar a los particulares subvencionados.
- Con el término del copago ¿Tendrán que funcionar con menos recursos?
- En lo del copago, lo único que pedimos es que se cumpla la palabra de la Presidenta, de un reemplazo de peso por peso. Pero el proyecto no establece eso, cubriría hasta un sector que ahora cobra alrededor de $20 mil. Los del copago más alto se irían al sector particular. Queda un segmento cercano al 30%, que cobra entre $20 y $60 mil, que su única opción de continuar, es desmejorar las prestaciones. El sostenedor no estará dispuesto a bajar su calidad y se irá.