Chile Vamos y la caza del voto cautivo
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El primer debate radial de primarias que enfrentó a los candidatos de Chile Vamos no mostró grandes sorpresas en términos de nuevos contenidos programáticos para enfrentar problemas públicos. Ciertamente, era un espacio de interacción esperado, ya que permitiría a S. Piñera, MJ. Ossandón y F. Kast contar con la oportunidad de mostrar -ahora por contraste- sus propuestas y medidas de política frente a las preguntas de los periodistas. Se esperaba también, como venía siendo la tónica de los programas de debate en televisión, que los profesionales representantes de las instituciones del pluralismo democrático -como las radios- sometieran a los candidatos al necesario escrutinio público exigido crecientemente por la opinión pública con su respectiva performance en el actual escenario de mayor exigencia del caro principio de responsabilidad política.
A la base de lo anterior, está la idea acerca de que los mensajes políticos emitidos a partir de los medios de comunicación tendrían como consecuencia influir poderosamente en la opinión de los ciudadanos y, por tanto, eventualmente modificar el comportamiento electoral de estos. Esta es la idea originaria de los estudios sobre medios de comunicación y voto que fue bautizada con el nombre de teoría hipodérmica.
Como sabemos, la elección de primarias tiene por objetivo nominar candidatos a las elecciones populares y, entre otras ventajas, dotar de una doble legitimidad al ganador, ya que no solo contará con el respaldo de los militantes, sino que también de los independientes. Esto lo colocaría en una mejor posición frente a sus adversarios en la próxima la elección presidencial.
Sin embargo, el debate radial mostró la apuesta por parte de los candidatos por “fidelizar a sus clientes” o públicos objetivos. Lo anterior apuntó en el caso de Piñera, Ossandón y Kast a la búsqueda del voto cautivo. Se denomina así al caudal electoral propio, fijo, estable, con que cuentan los partidos políticos; el voto de sus afiliados y militantes, que van a respaldar a un candidato o partido a todo evento y bajo cualquier circunstancia.
En política, es muy común escuchar voto cautivo cuando una persona busca referirse a los “votos duros” o de “afiliados comprometidos” con un liderazgo, partido o movimiento determinado. Los tres candidatos le hablaron a ese público, porque son a esos electores a quienes necesitan movilizar en un contexto de elecciones de primarias. De este modo, las cuñas probadas en instancias anteriores como fueron sus respectivas participaciones en programas de televisión lo que buscaba era conseguir el respaldo de sus votantes duros.
Lo que parecen ignorar Piñera, Ossandón y Kast es que los electorados han dejado de ser cautivos de las estructuras políticas partidarias, tal como lo fueron gran parte de la centuria pasada. Es probable que a la hora de tener que elegir a sus candidatos para que los representen, la gran mayoría de los electores lo hagan más sobre bases emocionales y racionales que respondan a las virtudes -o defectos- de la exposición mediática a la que son expuestos los candidatos. Si esto es así, entonces la estrategia de hablarle únicamente a los suyos sea un mal diseño para sus pretensiones de apoyo. Habrá que esperar entonces al 2 de julio para revisar si esta fue o no una decisión de estrategia de campaña acertada.