Tal como ocurrió en su primer mandato, la presidenta Michelle Bachelet escogió Argentina para realizar su primera visita al exterior. Viaje que, por lo demás, tuvo que posponerse en su fecha original, debido al incendio que azotara a Valparaíso. Así, finalmente este domingo la mandataria iniciará una visita de Estado que contemplará reuniones con la presidenta Cristina Fernández, como también con miembros del poder judicial y legislativo.
Sin embargo, el contexto ha cambiado un poco, luego de las tibias relaciones que hubo entre el gobierno trasandino y la administración de Sebastián Piñera, debido, como han expresado personeros de la diplomacia, a las distancias “ideológicas” que separaban a La Moneda de la Casa Rosada.
Tibias relaciones que también se han extrapolado al resto de los países vecinos, que para muchos Chile se haya ganado el sitial dentro de América Latina de “buen alumno, pero mal compañero”. Tesis la cual el presidente honorario de la Fundación Chile 21, Carlos Ominami, espera se revierta con la actual administración de Bachelet, en orden a mejorar las relaciones con los países de la región y en particular, en este caso, con Argentina. “En su primer gobierno también inauguró los viajes allá. Pero ahora adquiere un cariz especial. La relación con el país trasandino marcó el paso durante los 4 años del gobierno Piñera, como marcaron en general las relaciones con los otros países de América del Sur, a excepción de naciones como Colombia o Perú”, señaló el ex senador a la salida de un encuentro privado que sostuvo el canciller Heraldo Muñoz en las oficinas de la Fundación que dirige, con un grupo de embajadores entre los cuales se destacó la presencia de diplomáticos de Cuba, Perú, Brasil, Argentina, entre otros países.
Respecto a esta arista, el embajador de Argentina en Chile, Gines González, descartó que hayan existido malas relaciones entre ambas naciones durante los últimos cuatro años, pese a algunas diferencias existentes: “Pese que no hubo coincidencia ideológica, siempre hubo una coincidencia en la política de Estado y exterior, e incluso en el terreno personal. Desmiento categóricamente que se hayan desmejorado las relaciones con el gobierno anterior”, indicó en conversación con DF.
El ministro Muñoz también se refirió a esta señal que brinda el gobierno con esta visita, enfatizando en la profundización de las relaciones, pero restándose a referirse sobre el gobierno anterior: “La señal que se da en este viaje es la prioridad que tiene el país vecino para nosotros en todo sentido, en la conectividad, relaciones económicas, y la densidad política de la relación. No quiero mirar el pasado, pero el futuro es de mayor intensificación de las relaciones con los vecinos, con Argentina, por cierto, pero también con otros países como Brasil” dijo el secretario de Estado.
Los compromisos del canciller
En otra arista, Muñoz además apuntó a un tema largamente tratado y que se espera sea reactivado en el futuro: mejorar la conectividad, comenzando por remodelar el Paso Los Libertadores. Para Ominami este punto es clave, pues no se puede pensar en ser un articulador, utilizando a Chile como puente, sin antes revisar ese problema: “Chile puede jugar un papel importante. Me encantaría que se avanzara en conectividad. Pero, no puede ser que no tengamos corredores bioceanicos. No puede ser lo que ocurre en Los Libertadores, que se aleja de tener fronteras fluidas y dinámicas”, expresó.
El canciller también clarificó en el encuentro el rol que tiene Chile con la Alianza del Pacífico, y que ésta se mantendrá en el terreno de lo estrictamente económico, sin que esta organización alcance ribetes políticos. Así lo manifestó el diplomático trasandino, asistente a la charla, al asegurar este compromiso del ministro en cuanto a que “seguirá trabajando en esa alianza, siempre y cuando no se convierta en un bloque político ideológico”. Reforzando lo anterior Ominami señaló: “Existe un tremendo rol para Chile, siendo parte de la Alianza para el Pacífico. Se estableció con claridad (en la reunión) en que tiene que ser un ente eminentemente económico comercial y no una agrupación político ideológica, y allí Chile puede jugar un rol de articulador, entre el Atlántico y el Pacífico”, enfatizó.