El fin de semana, el ex ministro de Hacienda Felipe Larraín salió a criticar el diseño de la reforma tributaria del gobierno de Michelle Bachelet, que actualmente está en trámite en el Congreso, señalando en una entrevista que hay una
“incapacidad enorme” de reconocer que está mal diseñada. Enfatizó
que los cambios al sistema impositivo, que incluyen un alza en la
tasa de tributos a las empresas a 25% y la eliminación del Fondo
de Utilidades Tributables (FUT), restarán entre 1 y 2 puntos de crecimiento a la actividad económica nacional.
Al respecto, ayer el actual titular de Hacienda, Alberto Arenas, respondió a los cuestionamientos de su antecesor, declarando que “al parecer las estimaciones que está realizando las debe estar sacando con la misma calculadora que utilizó para estimar el crecimiento de la economía en el año 2014. Les voy a refrescar la memoria: esa calculadora que usó para decir que el país iba a crecer 4,9% este año, pero efectivamente estamos viendo cifras muy distintas. Le diría al ex ministro de Hacienda que cambie de calculadora, porque no tiene mucho que ver con la realidad”.
Arenas agregó que “el diseño que tiene la reforma tributaria ha sido cautelosamente estudiado y rigurosamente implementado. El ex ministro de Hacienda recordará que en 2012 hubo un ajuste tributario que tramitar y que por temas de diseño tuvo que retirar del Parlamento, y puede ser que básicamente se le traiga a la memoria aquellas materias”.
Larraín no quedó indiferente ante los dichos de Arenas y en la tarde de ayer replicó: “Estamos discutiendo algo más relevante que la calculadora, estamos debatiendo el futuro del país, a ese debate voy a entrar, al debate de cómo podemos recuperar las oportunidades de los chilenos”.