La economía chilena continúa en pleno proceso de desaceleración. Las cifras sectoriales publicadas por el INE el miércoles consolidan un escenario de una actividad de marzo creciendo levemente por sobre el 3%, confirmando la debilidad del Producto en el último año.
Para el economista y socio de Forecast Consultores, Ángel Cabrera, la desaceleración ya dejó de ser un fenómeno donde predominaban los factores externos, como el inicio del retiro de estímulos de la Reserva Federal norteamericana (Fed). Ahora, advierte el experto, los factores locales han comenzado a influir más en el menor dinamismo del Producto, apuntando específicamente a la discusión por la reforma tributaria.
En este contexto, propone matizar el impacto de la reforma tributaria en la inversión mediante el financiamiento de los gastos permanentes en educación con endeudamiento soberano y la postergación del alcance del balance estructural al final del gobierno.
- ¿Se podría esperar un impacto de la reforma en el crecimiento ya este año?
- Sí, de hecho ya lo está teniendo afectando negativamente la inversión. A nivel de PIB, esperamos un crecimiento entre 2,5% y 3% este año, proyección que contempla todos los factores que inciden, incluyendo la reforma tributaria y el escenario internacional. Ahora, la desaceleración que se viene dando desde el segundo trimestre del año pasado empezó previo al anuncio de la reforma, y ahora se ha intensificado producto de la reforma.
- ¿Está pesando más ese factor por sobre los externos?
- La verdad es que los factores externos son mixtos, porque desde el punto de vista del crecimiento mundial este año será mejor que 2013. El precio del cobre está un poco más bajo, pero no dramáticamente más abajo. Y los flujos de capitales hacia emergentes están mostrando una tendencia decreciente. Los factores externos hoy definitivamente no son la causa principal detrás de la desaceleración de la economía.
-¿Es efecto netamente de la reforma?
- Hay factores que le están pegando a la inversión, incluida la reforma tributaria y la incertidumbre asociada a ello .
-¿A qué otros factores apuntaría?
-Las trabas administrativas y jurídicas que tienen paralizados o postergados proyectos. A esto hay que agregarle los altísimos costos energéticos. También una situación de menor disponibilidad de financiamiento en el sector inmobiliario. Esos son factores que se vienen arrastrando hace años, pero el año pasado se agravaron todos, provocando primero un estancamiento a partir del segundo trimestre y una caída de la inversión hacia final del año.
- ¿Debería repetirse la caída de la inversión este año?
- Mi proyección es una caída de un 4% a 5% en la inversión este año. A nivel de sectores, si bien no hay mucha información disponible, con los datos parciales se ve que las mayores caídas se están produciendo en minería y energía por las paralizaciones de proyectos.
- En resumen, ¿el principal factor de caída en la inversión sería el debate por la reforma tributaria?
- A partir del cuarto trimestre del año pasado, las reformas económicas y políticas que aparecieron en la agenda -incluyendo la tributaria- han empezado a tener un rol creciente.
Debate de ideas
- ¿Cómo ha visto el tono en la discusión por el proyecto?
- Hay un debate con un fuerte trasfondo ideológico, sobre todo de parte del gobierno, que tiene una decisión tomada en base a consideraciones ideológicas. La verdad es que está muy poco interesado en escuchar los argumentos técnicos que se le han presentado. Yo no veo ninguna disposición a buscar ningún tipo de acuerdo ni negociar nada en este tema.
- ¿Dicha actitud del Ejecutivo realza el rol que deberá tener el Senado en la discusión en mayo?
- Debería, pero dudo que vaya a ser así. Lo más probable es que las indicaciones que ingresen al Senado se centren en cuestiones más bien tangenciales y menores, como el tema de los alcoholes y los impuestos al sector construcción, que si bien son importantes para esos sectores, son absolutamente marginales desde el punto de vista macro y la de esencia de la reforma. Eso sí, el único punto en el que podría haber un cambio, pero que no vendría desde el Ejecutivo sino desde el Tribunal Constitucional, es en las atribuciones del Servicio de Impuestos Internos (SII). Yo no soy abogado, pero al parecer seguirían habiendo problemas en ese tema a pesar de las indicaciones del Ejecutivo.
- El empresariado ha insistido en que las modificaciones a la reforma debieran apuntar a mantener la recaudación sin impactar la inversión. ¿Comparte esa apreciación?
- Desde mi punto de vista, se debería plantear si es necesario aumentar la recaudación tributaria. Yo no soy partidario de un Estado muy grande. Sin embargo, si se quiere financiar una reforma educacional que tiene costos adicionales en torno a US$ 5.000 millones anuales, yo tendería a financiar aquello con un mayor endeudamiento soberano. El Estado tiene una posición acreedora neta de 7 puntos del PIB y podría financiar gran parte de sus proyectos más rentables con endeudamiento. Y si son rentables en el mediano plazo, ayudarían a pagar la deuda, no hay ningún desorden fiscal en hacer algo así. Si tenemos buenos proyectos, debiéramos considerar seriamente financiarlos con endeudamiento de largo plazo y en lugar de apuntar a un equilibrio estructural, podría haber un déficit de 1 ó 2 puntos del PIB. Ahí ya hay entre US$ 3.000 millones y US$ 6.000 millones.
- ¿Cómo ve el tema del impuesto a la renta?
- Un impuesto más eficiente es el IVA, ya que distorsiona menos las decisiones de ahorro e inversión. Si bien es regresivo porque impacta a los sectores más bajos, se podría subir de 19% a 29%, recaudando 4 puntos del PIB. El 50% de menores ingresos de la población aporta el 25% de la recaudación del IVA, por lo tanto se puede devolver esa recaudación a los sectores de menores ingresos a través de bonos, anulando el efecto regresivo del IVA y recaudando 3 puntos del PIB adicionales sin impactar a ese sector. Esto también estimularía el ahorro.