Pioneras: Libimar Amaro, la ingeniera que subió a LVA Índices a la nube
La Head de Infraestructura de la Nube de la empresa chilena logró migrar todos los datos de la compañía a la nube en solo dos meses, un proceso que regularmente demora ocho.
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Oriunda de la ciudad de Barquisimeto, en Venezuela, la ingeniera civil en informática Libimar Amaro (41), partió con el gusto por la tecnología desde sus años escolares. “Empecé por mi cuenta a tomar cursos de computación básica. Tuve mi primer computador cuando estaba por salir del colegio, y desde ahí supe que mi camino profesional iba por ese lado”, señaló. Con esta base, Amaro lograría en 2020 migrar una empresa chilena completa a la nube.
En 2000, entró a estudiar Ingeniería Civil en Informática en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado en su país natal. Cuenta que el área de tecnología tiene muchas especialidades, entre ellas, la programación, “que era el mayor foco de la carrera y no me gustaba”. Sin embargo, Amaro descubrió el área de telecomunicaciones, y decidió dedicarse de lleno a ello.
“Una mayor inserción femenina en el mercado laboral tecnológico tiene que partir desde las empresas, más que desde medidas a nivel de política pública. Eso es lo necesario para que se empiecen a ver cambios”.
Su camino profesional no estuvo exento de dificultades. La especialidad a la que se dedicaba “era un mundo de hombres, porque requiere de mucho trabajo físico y técnico sobre los data center y servidores”.
Cuando Amaro quería realizar su práctica, “había solo hombres en la sala de entrevistas, y sentí que me iban a rechazar porque el trabajo estaba dirigido a ellos. A la persona a cargo, le dije: si usted me da la oportunidad, le voy a demostrar que soy más capaz que ellos”. Y así partió.
El encuentro con la nube
Luego de obtener un magíster en Ciencias de la Computación en 2008, Amaro trabajó durante ocho años en Venezuela en la aplicación de las telecomunicaciones y la infraestructura física en los rubros de retail, producción y distribución, además de ejercer como docente en su casa de estudios.
Tras el inicio de la crisis en Venezuela, en 2016 decidió radicarse en Chile, donde continuó desempeñándose en infraestructura técnica. “Veía incluso el cableado de las oficinas, me subía sola a varios metros de altura para arreglar todo ya que, si se caía la conexión de los servidores, era súper grave y un proceso muy lento”, afirmó.
Al empezar a notar cada vez más lo engorroso que era para el funcionamiento de las compañías cuando alguna estructura fallaba, tanto en términos de costos como en operación, comenzó a interesare en los servicios de la nube a través de cursos online y se especializó en la nube de Amazon Web Services (AWS).
Señaló que hoy es cada vez más común que las empresas disminuyan el uso de infraestructura física y pasen al menos algún porcentaje de los datos de la compañía a la nube.
“Cuando empecé a especializarme en este tema, aún era un aspecto que estaba poco abordado y que tenía un grado de desconocimiento de qué tan conveniente era migrar”, dijo.
Amaro, head de Infraestructura de la Nube de LVA Índices, empresa de indicadores financieros, llegó a esta compañía en 2018, y un año más tarde propuso migrar toda operación a la nube, un proceso que en promedio, tarda ocho meses.
“Empezamos a hacer las pruebas y logramos hacerlo en solo dos meses, convirtiéndose en un caso de éxito reconocido por AWS”, afirmó.
Añadió que haber tenido listo el proceso fue “clave” en el contexto del estallido social y luego de la pandemia.
“Nos ahorró muchísimos problemas. Sólo faltaba desarrollar las condiciones para que los colaboradores pudiesen trabajar desde cualquier parte, porque en ese entonces teníamos toda la infraestructura en la nube para trabajar desde las oficinas. Pudimos convertirnos en una empresa 100% remota en octubre de 2020”.
Hoy, Amaro tiene dos certificaciones en AWS que validan su experiencia y para mantenerlas, debe actualizarse en la plataforma permanentemente.
Presencia femenina y rol de las empresas
Respecto de los bajos índices de participación de mujeres en el mundo tecnológico, dijo que es un tema que aún “está al debe”.
“Una mayor inserción femenina en el mercado laboral tecnológico tiene que partir desde las empresas, más que desde medidas a nivel de política pública. Eso es lo necesario para que se empiecen a ver cambios”.
Este tema la retrotrae de inmediato a la época en que era una de las pocas estudiantes de ingeniería informática.
“En la universidad, yo era la dama de hierro en la especialidad de las telecomunicaciones, porque era la única mujer, y los servidores se relacionan mucho con el hierro como material. Hoy existen muchísimas instancias para el empoderamiento tecnológico de las mujeres a través de comunidades que fomentan el aprendizaje”, dijo.
Con esta experiencia a cuestas, se sumó a AWS Girls Chile, una comunidad enfocada en el crecimiento, desarrollo y generación de conocimiento colectivo de mujeres en el ámbito tecnológico.
“Es una comunidad muy diversa y con muchísimos aportes de sus miembros, que van desde apoyar con información, mentorías, hay sesiones de charlas técnicas, y también es un espacio de contención, donde muchas veces tenemos experiencias en común”, comentó Amaro.
En relación a sus planes futuros, dijo que, por ahora, no se imagina en otra área que no sea la tecnología, “pero no necesariamente en la nube. Este rubro cambia muchísimo constantemente, entonces puede que salga otra tecnología y me interese en ella”.
Dijo que le interesa retomar su experiencia como docente universitaria, desde donde también podría incentivar la presencia de mujeres en la tecnología.