Paul Polman, exCEO de Unilever Global y autor del libro Net positive: “Chile tiene marcos legislativos más claros que la mayoría de los países para mitigar emisiones”
El experto holandés está en Chile para lanzar la edición en español de su libro “Net Positive”, que aborda cómo los líderes de las empresas pueden hacer que sus negocios prosperen al devolver al mundo más de lo que reciben.
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Desde la firma del Acuerdo de París en 2015, se ha instalado en la discusión global cómo limitar el calentamiento global a 1,5°C. Paul Polman, exCEO de Unilever - multinacional de nutrición, higiene y cuidado personal- por diez años, ha buscado que las compañías sean actores más activos en la mitigación del cambio climático.
En el caso de Chile, afirmó que “tiene marcos legislativos más claros que la mayoría de los países para mitigar emisiones en el contexto de las empresas, con iniciativas como la Ley Marco de Cambio Climático”, y que va bien encaminado, ya que cuenta con “una sólida base de empresas, como Aguas Andinas, Arauco, CMPC y Polpaico” que han suscrito iniciativas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ONU) o son parte de organizaciones como el Pacto Mundial de la ONU.
“Si bien la gran mayoría de las compañías ya han adquirido compromisos para reducir su huella, esto ya no es suficiente. No nos estamos moviendo a la velocidad y escala necesaria”
Polman llegó a Chile este lunes para el lanzamiento en español de su libro Net Positive -coescrito con el experto en negocios sostenibles, Andrew Winston- el cual aborda cómo los líderes empresariales pueden enfrentar los desafíos del cambio climático y tener un impacto positivo neto, es decir, “que sus negocios prosperen al devolver al mundo más de lo que reciben”, dijo.
En esta visita participará en un evento organizado por Manuia -consultora en temas de medio ambiente, sostenibilidad y gobernanza ligada a TriCiclos- y en el conversatorio “Voces con Energía” organizado por Colbún, el que será transmitido por DF Live el 25 de octubre a las 9:00 horas.
-¿Las empresas hoy tienen mayor conciencia hacia el cambio climático?
-Todos somos responsables en algún grado de la situación actual del planeta, desde los gobiernos hasta las empresas. Los negocios son un componente clave, porque tienen los fondos financieros y las capacidades de innovación. Con el Covid-19 hubo un choque de realidad en este sector, al comprender que es insostenible un crecimiento infinito en un planeta finito. En 2020, había mil empresas haciendo compromisos validados por los objetivos basados en la ciencia, y hoy más de 3 mil empresas lo hacen. Esto se ha visto influenciado por las generaciones más jóvenes, quienes buscan compañías que operen de manera más responsable para poner su dinero en ellas.
-En el marco del Acuerdo de París, ¿qué rol juega el sector privado en reducir emisiones?
-No es posible lograr esto si la comunidad empresarial no se suma activamente. Los gobiernos se han comprometido, pero no pueden hacerlo solos, porque es el sector privado quien mueve el capital en nuevas tecnologías para hacer que, por ejemplo, la movilidad sea eléctrica o para desarrollar agricultura regenerativa. Por lo tanto, las empresas comprenden cada vez más que no se trata solo de mitigar el riesgo, sino que en realidad están aprovechando una oportunidad para mantener saludables nuestras economías. Muchas están haciendo acciones para acelerar la descarbonización, como divulgar sus compromisos de carbono, asumir la responsabilidad de sus emisiones de alcance tres, las de su cadena de valor. Vemos que las empresas han comenzado a alzar la voz para asegurarse de que los gobiernos implementen las regulaciones correctas para poder impulsar las industrias futuras, como ha ocurrido en Europa con el Green Deal.
-¿Cómo es posible lograr que una empresa tenga un impacto positivo neto?
-Si bien la gran mayoría de las compañías ya han adquirido compromisos para reducir su impacto ambiental, esto ya no es suficiente. Colectivamente no nos estamos moviendo a la velocidad y escala necesaria. Y tener un impacto positivo neto es comenzar a pensar en lo restaurador y lo regenerativo. Es muy posible crear modelos de negocio en los que enriqueces los suelos con agricultura regenerativa, en los que absorbes más dióxido de carbono (CO2) del que emites, donde el agua que sale de tus instalaciones sea mejor que la que entra, que finalmente son propuestas para proteger nuestro capital natural. Esto hace que las empresas sean mejores, más resistentes y rentables.
-¿En qué aspectos vinculados al cambio climático el mundo empresarial sigue débil?
-Lo primero son las propias empresas y su liderazgo. Necesitamos tener más compañías que sean conscientes de toda la capacidad que hoy existe para hacer cambios, por ejemplo, muchas de ellas subestiman la tecnología que está disponible y cuánto se puede hacer con ella. Lo segundo, es que se necesita una mayor colaboración, con asociaciones como Race to Resilience y Race to Zero para avanzar más rápido. Y el tercero son los gobiernos, porque si no tienes las regulaciones o los marcos correctos, esto no va a funcionar. El mundo todavía tiene US$ 1,8 billones de subsidios periféricos que en realidad lo empujan a los combustibles fósiles o las prácticas agrícolas destructivas.