Informe de la ONU advierte que financiamiento para adaptación al cambio climático se queda "corto"
Informe de la Brecha de Adaptación 2022 del Pnuma, revela que el financiamiento internacional que se destina a los países más pobres para adaptarse al cambio climático es inferior a lo necesario. En 2020 ascendió a US$ 29 mil millones y se requieren US$ 340 mil millones a 2030.
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De cara a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2022 (COP27), que tendrá lugar en Sharm El-Sheikh, Egipto, este jueves se publicó el “Informe de la Brecha de Adaptación 2022: Progresos insuficientes y excesivamente lentos – La incapacidad de adaptarse al cambio climático pone al mundo en peligro”, en el que se concluye que los esfuerzos globales en la planificación, financiación e implementación de las medidas de adaptación no están a la par con los riesgos cada vez mayores.
El informe, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Pnuma, advierte que el financiamiento internacional que se destina actualmente a los países más pobres para adaptarse al cambio climático es entre cinco y 10 veces inferior a lo necesario. En 2020 ascendió a US$ 29.000 millones.
Respecto del reporte, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, señaló en un comunicado, que las “las necesidades de adaptación en los países en desarrollo se dispararán hasta por un valor de US$ 340.000 millones anuales en 2030. Sin embargo, el apoyo [de financiamiento] a las medidas de adaptación actual es inferior a una décima parte de esa cantidad. Las personas y comunidades más vulnerables están pagando el precio. Eso es inaceptable", afirmó.
Añadió que la adaptación debe abordarse con una responsabilidad tal que refleje que a todos los seres humanos se les da el valor como miembros de una sola familia. Es hora de una reestructuración mundial de la adaptación al clima que deje de lado las excusas y nos pongamos manos a la obra para solucionar los problemas".
En tanto, Inger Andersen, directora Ejecutiva del Pnuma, dijo que el cambio climático está “azotando golpe tras golpe a la humanidad, y fuimos testigos de ello a lo largo de 2022: de manera particularmente despiadada en las inundaciones que sumergieron a gran parte de Pakistán. El mundo debe reducir urgentemente las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar las repercusiones del cambio climático. Pero al mismo tiempo debemos multiplicar con urgencia los esfuerzos para adaptarnos a los fenómenos climáticos extremos que ya están aquí y a los que vendrán”.
Agregó que las naciones deben respaldar los compromisos del Pacto Climático de Glasgow actuando con medidas firmes para aumentar las inversiones y los resultados de adaptación a partir de la COP27.
En la COP26, en Glasgow, países desarrollados acordaron duplicar los recursos para la adaptación hasta alcanzar los US$ 40 mil millones anuales para 2025.
No obstante, en la Conferencia del Clima de Copenhague en 2009 (COP15), se habían comprometido a movilizar US$ 100 mil millones al año a las naciones en desarrollo, ya que estos últimos han sido mayormente afectados por el cambio climático. Sin embargo, este tema ha quedado pendiente. No obstante, expertos en negociaciones señalan que este tema se tomará la agenda de la próxima cita climática, donde se espera que los países industrializados se comprometan a que este sea el piso del aporte.
Riesgos climáticos cada vez mayores
Una sequía de varios años en el Cuerno de África, inundaciones sin precedentes en el sur de Asia y un intenso calor estival en todo el hemisferio norte evidencian una tendencia en el aumento de los riesgos climáticos. Estas serias repercusiones están ocurriendo a tan solo 1,1 °C de incremento del calentamiento global por encima de los niveles preindustriales.
Esta situación preocupa porque el calentamiento global tiende a aumentar un 2,4 a 2,6 °C para finales de siglo si se mantienen las actuales Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) -compromisos ambientales de los países- establecidas en el marco del Acuerdo de París, como se señala en otra reciente publicación “Informe sobre la Brecha de Emisiones” del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPCC, el que concluyó que cada décima de grado de calentamiento global intensificará los riesgos climáticos.
Estas tendencias implican que las medidas de adaptación deben ocupar un lugar central junto con las de mitigación en la respuesta mundial al cambio climático, señala el informe. Es esencial tener en cuenta que incluso las inversiones ambiciosas en adaptación no podrán prevenir plenamente las repercusiones de los fenómenos climáticos, por tanto, se deben abordar igualmente las pérdidas y los daños.
Lento avance en adaptación
El informe del Pnuma señala que ocho de cada 10 países cuentan con al menos un instrumento nacional de planificación de la adaptación, al tiempo que están mejorando e incorporando más medidas de inclusión. Un tercio de los 197 países Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc) ha incorporado objetivos cuantificados y sujetos a plazos en materia de adaptación.
En tanto, alrededor el 90% de los instrumentos de planificación analizados en las investigaciones tienen en cuenta el género y los grupos desfavorecidos, como los pueblos indígenas.
Sin embargo, los recursos necesarios para convertir estos planes en acciones reales no está a la par. Las corrientes internacionales de financiamiento para la adaptación en los países en desarrollo están por debajo de las necesidades estimadas y esta disparidad sigue aumentando, la brecha no para de ampliarse.
Los flujos financieros combinados para la adaptación y la mitigación en 2020 se registraron en al menos US$ 17.000 millones por debajo de los US$ 100.000 millones prometidos a los países en desarrollo. Se necesita una aceleración significativa si se quiere lograr la duplicación de los flujos financieros para 2025 con respecto a 2019, como lo insta el Pacto Climático de Glasgow.
Las necesidades anuales estimadas de adaptación varían en un rango de US$ 160.000 millones a US$ 340.000 millones de aquí a año 2030, asimismo en un rango de US$ 315.000 millones a US$ 565.000 millones de aquí al año 2050.
En el informe se concluye que, si se vinculan las medidas tanto de adaptación como de mitigación (como las soluciones basadas en la naturaleza) desde su inicio en sus etapas de planificación, financiación e implementación, se pueden mejorar sus beneficios colaterales