No quiero ser jefe: la negativa de los jóvenes a asumir cargos de mayor responsabilidad
El grupo etario con mayor presencia en el mercado laboral de Chile son las personas de entre 25 y 39 años. Es una generación que prioriza el tiempo libre y la salud mental. Creen que un mejor salario no compensa el mayor estrés que significa avanzar en la escala corporativa.
Por: Helena Díaz | Publicado: Jueves 7 de noviembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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Las generaciones de los millennials y centennials se están convirtiendo, cada vez más, en la fuerza laboral preponderante. De hecho, el grupo etario con mayor presencia en el mercado laboral -formal e informal- de Chile, son las personas de entre 25 y 39 años, según cifras de 2019 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Además, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) proyecta que, para 2050, el 63% de la fuerza laboral pertenecerá a estas generaciones.
Este cambio del mercado laboral trae consigo nuevas dinámicas y formas de comprender el trabajo, en las que se prioriza el tiempo libre, la salud mental y las vacaciones. Existe, además, una mayor preocupación por conectar con el propósito de la empresa y el impacto de la organización en el entorno, por lo que la postulación se hace más selectiva.
la organización mundial del trabajo proyecta que para el año 2050, el 63% de la fuerza laboral será integrada por millennials y centennials.
El psicólogo organizacional de Fundación Chile, Roberto Larraechea, describió a DF las motivaciones de las nuevas generaciones y se refirió a la reticencia a asumir cargos de responsabilidad: “Más que el no querer ser jefe, es el querer trabajar con otras expectativas en términos de autonomía, de aprendizaje constante y mucha más flexibilidad”, aseguró.
Asimismo, está ocurriendo un fenómeno conocido como la “ambición silenciosa” (o quiet ambition). Esto hace referencia a que las personas jóvenes sí tienen ambiciones profesionales, pero priorizan sus necesidades personales.
Eso sí, aclaró Larraechea, “si bien son tendencias que están volviéndose cada vez más comunes en las nuevas generaciones, por la globalización y las tecnologías, los profesionales jóvenes están igual que antes, disruptivos y con expectativas muy desafiantes para las generaciones más senior”.
Según una encuesta de la consultora de soluciones de talento global Robert Walters, cerca del 49% de los miembros de la Generación Z de Chile admiten que no quieren avanzar a cargos de mayor responsabilidad, lo que hace referencia a una visión distinta sobre lo que significa tener éxito y cómo conseguirlo.
Pero, la consultora advirtió que esta actitud de reticencia a conseguir un mayor cargo y la sensación de que un mejor salario no compensa tener más estrés, podría cambiar por factores como el alza en los precios de las viviendas y el alto nivel de endeudamiento.
En este reportaje cinco jóvenes explican cómo ha sido su carrera laboral y por qué han decidido no escalar a cargos de mayor responsabilidad. Eso sí, prefirieron el anonimato para evitar ser estigmatizados.
Daniela, 32 años. Manicurista y contadora auditora
Daniela estudió técnico en contabilidad en el colegio. Al terminar cuarto medio, se cambió de ciudad y comenzó a estudiar técnico en administración de empresas. Estudiaba y trabajaba. Aún insatisfecha con sus estudios, se mudó a Santiago a los 21 años y estudió la carrera de contador auditor.
“Siempre imaginé que, al venirme a Santiago, iba a ser muy fácil encontrar trabajo”, explicó. Sin embargo, asentarse en el mercado laboral le costó. Trabajó como anfitriona, en almacenes, como secretaria y en diversos oficios para lograr ingresos estables.
Esta independencia, su creatividad y gusto por aprender la destacaban del resto por lo que, en su búsqueda de trabajos, ingresó a una agencia productora de eventos en la que se desempeñó por seis años. “Llegué trabajando como asistente del jefe y luego llevé la plata de la empresa. Yo siempre he sido súper intrépida y me gusta controlarlo todo”, dijo.
“Tenía 26 años cuando empecé, entonces fue súper difícil tener que lidiar con personas de todas las edades”, mencionó. Además, no era un cargo que buscaba, sino que lo aceptó porque no tenía más opciones.
Si bien le gustaba el dinamismo del rol de jefa, no lo estaba pasando bien con las responsabilidades que implicaba. “Yo tenía que ponerle seriedad al asunto, entonces era la pesada, la que nadie quería, lo que es mucha carga”.
Tras ese período llegó la pandemia y Daniela decidió renunciar. Hoy es independiente, y desde hace tres años trabaja sola como manicurista. “En esto soy la jefa, la asistente, la product manager, la community manager, la que hace el aseo”, bromeó.
Su objetivo a largo plazo es que su negocio prospere, pero no está en sus metas crear un salón de belleza. “Hoy priorizo sentirme bien. Por mucho tiempo prioricé ganar mucha plata, pero hoy en día prefiero sentirme bien”, aseguró.
Jorge,33 años. Ingeniero en informática.
Jorge, ingeniero, lleva más de 10 años trabajando en una empresa informática que ofrece sus servicios a una gran marca de retail.
Estudió ingeniería en informática y actualmente está ampliando sus conocimientos con una segunda carrera de analista programador. “El objetivo por el que reingresé al estudio es porque me quiero dedicar derechamente al desarrollo”, especificó.
Quiere sentirse más capaz, porque cuando le ha tocado asumir liderazgos en algunos proyectos ha sentido que su principal barrera para aceptar una jefatura tiene que ver con sus conocimientos técnicos y la falta de actualización.
Quiere concluir su segunda carrera y luego proyecta que, “podría, en unos cinco años más, considerar un puesto de liderazgo”.
Además, planteó que se siente más cómodo con la gestión.“Hay dos ramas de liderazgo en este rubro: el técnico, con temas de código; y el de gestión, en que tienes que llevar proyectos teniendo habilidades blandas”, explicó.
Eso sí, tiene claro que el conocimiento técnico también es fundamental. “Uno quiere cumplir en todos los ámbitos, pero la tecnología es un tema que va evolucionando y más en esta carrera que, si te quedas un poco atrás, pierdes terreno”.
Jorge fue jefe por un período de dos años, pero por cambios en su empresa, se quedó sin el puesto de liderazgo, lo que tomó como una señal para poder estudiar su segunda carrera.
Para él, el éxito es “llegar a un nivel donde pueda obtener tranquilidad laboral, poder desplazarme a donde yo me sienta cómodo y tener los conocimientos para poder elegir”.
Belén,32 años. Planillera en packing de frutas.
Hace más de nueve meses que Belén está trabajando en una empresa de packing de frutas en la Región de O’Higgins. Su acercamiento a labores de mayor responsabilidad ha sido completar las plantillas de tareas de grupos de cosechadores.
“Yo no me digo jefa a mí misma. Estoy a cargo de un grupito, pero no soy la jefa. No me identifico con esa palabra, por la sociedad y porque no tener un título te hace bajar”, mencionó.
Pese a eso, está conciente de que su rol conlleva una gran responsabilidad. “Ser planillero es como estar literalmente a cargo de la plata de la gente, porque si te equivocas, le pagan menos o le pagan más a uno que a otro”.
Por su forma de ser y sus aptitudes de liderazgo le han ofrecido más de tres veces el rol de jefa. Pero, “siempre que he llegado más arriba y más arriba, cuando llega el momento de que me dicen si quiero ser jefa, yo me arranco”, confesó.
Espera que en poco tiempo tenga la confianza para asumir un liderazgo. “La verdad en este momento sí me gustaría. Antes no quise por miedo. Porque una ve como tratan a los que están encargados. Si hay algún error de la gente todo el peso cae sobre el jefe”.
Lo que sí le preocupa es ser reconocida. “Tener éxito es que realmente me valoraran en lo que hago y que lo reconocieran”.
Mauro, 31 años. Realizador audiovisual.
Mauro ha sido realizador cinematográfico desde 2016, dedicándose a la postproducción y edición de contenidos audiovisuales en una productora de teleseries y series chilenas.
“Me he encontrado con proyectos en los que, por algún motivo, termino liderando las situaciones y sin tanta experiencia”, dijo. A pesar de esto aseguró que ser jefe no es algo que le llame la atención por ahora.
“No quiero ser jefe por el estrés que implica, pero sí lo haría si es que hubiera la compensación monetaria suficiente. Además, siento que de por sí el trabajo que ya tengo es un poco cansador y estresante”, contó.
La productora en la que trabajaba cambió, por lo que se vio obligado a buscar otra alternativa laboral. Hoy en día trabaja de manera freelance en una universidad, pero sin contrato.
Si bien Mauro considera que podría ser un jefe relajado, afirmó que “los jefes que he tenido son bastante mayores que yo y viven al límite. Viven en ‘todo era para ayer’”.
Para él, triunfar es “poder tener lo que tengo estando tranquilo, sin molestar ni ser molestado”. Hacia el futuro se proyecta trabajando desde su casa editando y ojalá teniendo su propia productora audiovisual.
Maximiliano, 33 años. Abogado.
Maximiliano trabaja en un pequeño estudio de abogados relacionado con la salud. Ahí sus responsabilidades se concentran en el seguimiento y tramitación de causas, como también elaboración de informes y minutas de alegatos.
Según él le faltan más conocimientos. “Por ahora, no tengo la intención de convertirme en jefe, porque para serlo me sentiría más cómodo si escalara de manera más orgánica, ya que el jefe debe ser el que más sabe y el que más conocimiento tiene del tema”, aseguró.
Su objetivo en lo laboral es seguir creciendo y desarrollándose para luego poder ingresar al sector público.
Actualmente, sus prioridades son finalizar el magister que está estudiando para especializar aún más sus conocimientos y compatibilizar el trabajo con el deporte.
“El éxito para mí es estar en un trabajo que me llene, en el que sienta que estoy aprendiendo y siendo un aporte”, comentó. La estabilidad financiera también la considera como parte del éxito, pero mencionó que para conseguirlo hay que “tener un trabajo que te permita poder vivir una vida aparte de lo laboral. Que te de tiempo para poder realizarte o hacer las cosas que quieres, que en mi caso sería el deporte y la música”.
Por ahora quiere seguir aprendiendo mientras trabaja y acumulando conocimiento en el área en la que está trabajando, pero no ve cercana la posibilidad de convertirse en jefe.