Por Daniela Morchio Durand
Tornados, huracanes, inundaciones, olas de frío y sequías. Miles de millones de personas han sido testigos y protagonistas de los impactos del calentamiento global y sus desastrosas consecuencias para sus vidas y posesiones.
Las compañías de seguros son testigos privilegiados de estas catástrofes. De acuerdo al gerente general de RSA en Chile, Gonzalo Santos, “sólo en lo que va de año, las pérdidas aseguradas y reaseguradas por este concepto superan los US$ 60 mil millones, repartidos en varios eventos, como los sismos de Japón y Nueva Zelanda entre los más importantes”. Una cifra que supera con creces al entonces récord de 2010, cuando según el informe de ese año de Munich Re, la industria debió pagar US$ 37 mil millones por los 960 eventos registrados el año pasado -que tuvieron un costo total de US$ 150 mil millones- y, que superaron en más de un 22% al promedio de siniestros ocurridos durante los últimos 10 años (785).
Nuevas amenazas
¿La naturaleza le está pasando la cuenta al hombre? Aunque los terremotos no tienen una relación comproba con los cambios climáticos, lo cierto es que sí son una amenaza natural con la que las aseguradoras se están acostumbrando a lidiar cada vez con más frecuencia. De hecho, el sismo de 8,8 grados que sacudió a Chile alcanzó un total de pérdidas por US$ 30.000 millones, de las cuales las aseguradoras -quedando sólo una pequeña fracción de los grandes siniestros- completarán pagos por cerca de US$ 8.000 millones.
Pero con el recuerdo del terremoto aún en la memoria, nuevos eventos han generado preocupación. A la erupción del volcán Llaima en la localidad de Chaitén en 2009, este año otros macizos han despertado. El cordón del Caulle y el Hudson provocaron temor en el sur del país. Y aunque no tuvieron consecuencias en cuanto a vidas humanas, en un mundo globalizado los impactos en otras localidades se dejaron sentir. Es que el Maulle provocó retrasos y cancelaciones en cientos de vuelos tanto en Chile como en otros países de la región.
Alteraciones considerablemente más grandes fueron las de la erupción en Islandia en 2010, generando problemas en el tráfico aéreo por semanas en la parte norte y central de Europa.
“Parece ser un hecho que el calentamiento global está provocando este cambio climático y, por tanto ha ido incrementando la amenaza de catástrofes mundiales”, señala Santos.
En Chile, el ejecutivo afirma que preocupa el alza de las temperaturas del agua del Pacífico que podría conllevar a un incremento inusual de las precipitaciones. “También estamos viendo hechos más bien atípicos como el tornado en la ciudad de Villarrica este año. Afortunadamente y por ahora, con un bajo impacto económico para la industria aseguradora”, afirma Santos.
Frente a los inusuales acontecimientos, el gerente general de la Asociación de Aseguradores de Chile, Jorge Claude, señala que “las compañías se apoyan mucho en la experiencia de los reaseguradores. Ellos son los que orientan sobre la evolución de estos cambios que están marcando pauta en materias que no eran habituales en el pasado dentro del espectro de riesgos esperables”.
¿Cómo se prepara la industria?
Según informó la Superintendencia de Valores y Seguros, se trabaja en conjunto con la asociación del área en la elaboración de un “un mapa de riesgo que permita disponer de información más precisa y detallada sobre riesgo de terremoto y maremoto para cada zona del territorio y, a partir de esa información desarrollar un modelo de evaluación de la exposición de las aseguradoras a estos riesgos”. Este modelo catastrófico “permitirá a la industria y a la autoridad obtener un mejor diagnóstico y evaluación de los riesgos de sismo y eventualmente de tsunami”, señala Santos.
Pero esa no es la única forma de prepararse ante lo que se espera sean eventos más recurrentes. El gerente general de JIS en Chile, Sebastián Deustch, señala que ya se están tomando medidas por ejemplo a raíz de la actividad de los volcanes en el sur del país. “Se están empezando a dar exclusiones en las coberturas, lo que no teníamos antes. Por ejemplo, en los seguros por cancelación de eventos masivos, se excluyen actividades volcánicas y terremotos, lo que exige a los interesados pagar una prima adicional. Hoy son catástrofes que se separan de las coberturas”, afirma el gerente de la corredora de reaseguros.
Según Deustch “las primas van a subir especialmente en el sector del turismo presente en el sur, pero si los seguros se hubieran contratado en forma oportuna, el efecto no sería tan importante. El terremoto ya es historia pasada en términos de seguros. Es mucho más importante hoy en Chile la actividad volcánica”.