La imprudencia y el afán por retratarse en una fotografía y compartirla en las redes sociales condujeron a la muerte a un turista alemán mientras visitaba las ruinas de Machu Pichu en Cusco, Perú, la tarde del jueves.
El ciudadano Oliver Park, de 51 años, burló las medidas de seguridad del monumento incaico y resbaló desde una cornisa en la cima del cerro, precipitándose a una profundidad de 100 metros. Todo mientras otro turista le tomaba fotografías en una zona restringida por su cercanía al precipicio.
"Le pidió a un hombre que estaba allí que le tomara una fotografía. El hombre se acercó a tomar la foto y en el momento en que le estaba entregando la cámara, él perdió el equilibrio y cayó", dijo el turista peruano Guillermo Mestas, a la emisora local de televisión Canal N.
La muerte del germano es la última de una larga serie de accidentes protagonizados por turistas mientras posan para fotografías en lugares pintorescos recopiló el Washington Post.
Selfies peligrosas
Sólo dos días antes, un turista surcoreano murió mientras se hacía una selfie en el norte del Perú. El sujeto de 28 años de edad cayó 500 metros en la catarata Gocta en la región de Amazonas, una de las más altas de mundo.
Las selfies que se toman turistas distraídos se ha convertido en un peligro para la seguridad en todo el mundo a medida que crece el número de teléfonos inteligentes y los bastones para autofotografiarse.
El año pasado un turista japonés murió tras caer de las escaleras mientras se tomaba una selfie en el Taj Mahal y en diciembre pasado una familia de cuatro personas se ahogó en un río en India cuando se tomaban retratos con sus teléfonos.
En marzo de este año un hombre de 43 murió por dispararse accidentalmente en el rostro cuando intentaba fotografiarse con un arma de fuego que supuestamente estaba sin carga.
Aunque sin resultado fatal, un chileno de 23 años fue atropellado por un tren en Cusco cuando se tomaba fotografías en una vía estrecha, en un intento de retratarse junto al medio de transporte.
Un estudio de Priceonomics reveló que entre 2014 y enero de 2016 un total de 49 personas habían muerto en accidentes relacionados con selfies. La mayoría de las víctimas tenía entre 15 y 25 años de edad y que las principales fatalidades se produjeron por caer desde las alturas, ahogo, trenes y armas.
El informe también reveló que las selfies son más peligrosas que, por ejemplo, los tiburones. En 2015 los decesos por las autofotos alcanzaron 28 personas frente a las 8 muertes ocasionadas por los escualos.