Por Francisca Contreras W.
Conocer a Gastón Ugalde es toda una experiencia. Desde sus inicios como estudiante de negocios en la Simon Fraser University en Vancouver, hasta su primer acercamiento con el arte fotográfico en la Vancouver School of Arts, este artista boliviano, nacido en la Paz y con más de seis décadas sobre la tierra, ha construido su estilo en una búsqueda constante por encontrar la perfección del instante.
“El arte de la fotografía tiene eso. Logras atrapar el minuto haciéndolo eterno. Eso es lo que he tratado de transmitir a través de mi obra, el cómo la luz y el color se hermanan para crear una atmósfera única”, explica Ugalde.
A través de su carrera artística, Ugalde ha iniciado una cruzada por preservar los orígenes y tradiciones de los pueblos andinos de la zona desértica de Chile, Perú y Bolivia, donde la colección realizada en el Salar de Uyuni, que presenta a partir de hoy hasta el 5 de Octubre en el Centro Cultural Estación Mapocho en marco de la Feria de Arte Contemporáneo (Ch.ACO), retrata el comportamiento del color en contraste con los áridos matices del desierto y el efecto envolvente que la luz logra en cada uno de estos lugares.
“La luz nunca es igual y el efecto que tiene el salar en la misma, es único. Las horas del día pueden lograr efectos sin precedentes, mientras que la luminosidad de la luna, clara y brillante como en ningún otro lugar, es maravillosa, produciendo en el espectador un efecto catártico, donde el ser humano se vuelve uno con el infinito”, sostiene el artista.
Respecto a la paleta de colores utilizada para intervenir el paisaje desértico, “el cóndor”, como lo han apodado sus amigos en Chile, ha tomado los colores vivos de la tradición andina para transferirlos al paisaje. Verdes, azules, rojos, magentas y amarillos tiñen cada una de las piezas de su obra, que busca robarse la atención de todos los asistentes a Ch.ACO debido a su simpleza y elegancia.
“La movida artística en Chile es muy importante dentro de la región. El arte en Latinoamérica es bien apreciado, pero, por lo general, los coleccionistas son bastante recelosos de adquirir piezas que no sean de sus países de origen. Creo que es importante que existan espacios como este (Ch.ACO), donde se puedan dar a conocer las tendencias de otros lugares y así abrir a nuestra gente el gusto por el arte regional”, comenta Ugalde.