Sao Paulo
Durante el último año cada apagón, problema de tráfico o vuelo cancelado en Brasil era recibido con la misma frase: “Imagínese durante el Mundial”. Los agoreros no podrían haberse imaginado lo bien que saldría el torneo. Las tres primeras semanas del Mundial se han destacado tanto por una logística en general impecable en una atmósfera despreocupada, como por electrizantes partidos dentro de la cancha.
Tras meses de temor por las obras públicas que no estaban terminadas, por las protestas y por los costosos estadios entregados a último minuto, las opiniones sobre el país anfitrión han dado un giro de 180 grados. “Un Mundial espectacular”, publicó en Twitter el periodista británico Faisal Islam. “Deberían hacerlo siempre en Brasil”.
Claro que aún quedan ocho partidos, por lo que todavía podría ocurrir una gran debacle que arruine el ambiente. Y a muchos brasileños les siguen molestando los
US$ 11.000 millones en gasto público para un evento que dejará por lo menos cuatro estadios como elefantes blancos y pocos de los proyectos de tránsito urbano que se prometieron.
Pero, según casi todas las evaluaciones, el torneo que termina el 13 de julio ha sido un éxito. Pese al enojo por sus altos costos, los brasileños han recibido el mayor evento del fútbol con entusiasmo, llenando los estadios y acogiendo a los hinchas extranjeros.
Las selecciones han aportado partidos equilibrados, con muchos goles y algunos finales dramáticos.
Cuando surgieron las fallas, los organizadores reaccionaron con rapidez. Se reforzó la seguridad luego de la invasión del estadio Maracaná, en Río de Janeiro, por hinchas chilenos. La seguridad también se apuntaló tras enfrentamientos entre hinchas de Brasil y Argentina.
El mayor alivio para los organizadores es la ausencia de brasileños enojados en las calles, tras las masivas protestas del año pasado. Dado que se decretaron feriados municipales en los días de partido, se ha reducido el tráfico y facilitado el acceso a los estadios. También han disminuido los viajes por negocios, con lo que el tráfico aéreo ha caído en hasta 15%, reduciendo el movimiento en sus aeropuertos. (Reuters)