Como los espectadores han ido con prisa a ver la tercera entrega del Hobbit, la "Tolkien-manía" ha sido un éxito nuevamente para Nueva Zelanda, donde un número récord de turistas ha llegado para levantar la economía y ayudar a compensar el desplome en el precio de su mayor exportación, la leche.
"Nosotros sí recibimos a los aficionados fanáticos", dijo Russell Alexander, gerente general de Hobbiton Movie Set Tours, una turística villa temática con 44 agujeros hobbit y un pub funcionando donde parte de la película fue filmada.
"Pero la mayoría de nuestros visitantes dicen que conocen El Hobbit y se sentirían engañados si no venían a ver el set. Ahora hay una gran marca asociada entre las películas y Nueva Zelanda".
Las seis películas entre El Señor de los Anillos y El Hobbit se han transformado en una de las más exitosas franquicias de la historia, dejando miles de millones de dólares en ingresos para Warner Brothers, el estudio que las realizó. Ellas también han transformado Nueva Zelanda, un país dependiente de la exportación de lácteos, encumbrándola en el liderazgo en el turismo fílmico, a pesar de lo remoto que se ubica desde los mercados europeos y estadounidense.
Ahora, luego de un crecimiento récord en el número de visitantes, la industria del turismo en el país enfrenta un incierto futuro porque las películas de Tolkien han completado su ciclo. Discusiones entre los herederos de Tolkien (Tolkien State) y los realizadores del Señor de los Anillos por dinero hacen que más adaptaciones sean algo distante.
Sondeos muestran que el 13% de los turistas expresan que la película El Hobbit influenció su decisión de viajar a Nueva Zelanda. Desde 2012, cuando la primera película El Hobbit fue lanzada, los visitantes subieron a una tasa record anual de 2,83 millones. E incluso con un dólar neozelandés fuerte, lo gastado por los visitantes extranjeros creció 10%, a US$ 7.200 millones en el año hasta septiembre de 2014.
Las autoridades en turismo dicen que la explosión en el gasto por turistas de destacados mercados como Alemania, Estado Unidos y Reino Unido sólo puede ser explicada por el turismo fílmico. Uno de cada cinco visitantes fue parte de alguna forma en el turismo relacionado con películas en los últimos 12 meses.
"Si nosotros tenemos que hacer un estimado del valor de la película El Hobbit para el turismo, yo lo pondría entre US$ 50 millones y US$ 500 millones por año", dijo Peter Ellis del Ministerio de Industria de Nueva Zelanda. "Nosotros sabemos que entre 80% y 90% de visitantes conoce que la película fue filmada en Nueva Zelanda".
La floreciente industria turística ayudó a Nueva Zelanda a transformarse en lo que HSBC describe como una de las economías "rock star" del mundo desarrollado en 2014. El crecimiento anual fue de 3,2% en el año hasta junio, el más rápido desde 2007, incluso después de que el precio de la leche en polvo, la mayor exportación, se redujera a la mitad.
"El turismo ha sido desorbitante, ayudando por la prevista exposición global de las películas El Hobbit", dijo Kirdan Lees del Instituto de Investigación Económica de Nueva Zelanda. "Pero la caída en los precios de los lácteos va a golpear fuertemente a la economía este año y los ingresos del turismo son poco probable que compensen completamente el impacto negativo".
Cuando la primera adaptación del Señor de los Anillos deslumbró a las audiencias en 2001 con sus locaciones espectaculares y escenas, Nueva Zelanda comenzó cautelosamente a colarse en el mercado global del turismo fílmico. Hasta entonces, el más conocido ejemplo de ese tipo de asociación era Salzburgo en Austria con La Novicia Rebelde.
En 2012, cuando lanzaron la primera película El Hobbit, la oficina de turismo tomó un enfoque más audaz, marcando al país como "Tierra Media", mientras compañías como Air New Zealand integraron personajes de la película dentro de su mercadotecnia. "Nosotros tenemos un limitado presupuesto de mercadeo y la película creó la gran oportunidad para operar la marca maravillosamente en mercados extranjeros, vender más pasajes y ser más creativos", dijo Jodi Williams, director global de desarrollo de marca de la aerolínea.
La compañía ha decorado sus aviones con los personajes del Hobbit, puso esculturas en los aeropuertos y realizó videos de seguridad con representaciones de la película, que se han hecho virales, atrayendo millones de visitas en internet.
Hobbiton Movie Set Tours es probablemente el más ambicioso intento por enlazar el turismo con la franquicia de la película. Una articulación entre la familia Alexander y el director de las películas, Peter Jackson, ha retornado parte de la tierra familiar al set de la película y es actualmente parte de la atracción de los visitantes.
"Nosotros cobramos $ 75 dólares neozelandeses, unos US$ 58, y tenemos unos 300.000 visitantes al año", dijo Alexander. "Es una de las atracciones más visitadas en Nueva Zelanda".
Aún se mantienen preguntas sobre hasta cuándo el turismo inspirado en Tolkien puede continuar, con la franquicia del film terminando. Kevin Bowler, director ejecutivo de Tourism New Zealand, dijo que esperaba un buen 2015 y 2016 mientras la última película
El Hobbit aún se mantenga. "Luego de eso, la demanda por el turismo fílmico podría reducirse" indicó.
En los próximos meses, las autoridades turísticas pondrán el foco en los visitantes relacionados con el deporte, cuando Australia y Nueva Zelanda sean coanfitrión de la copa mundial de cricket.
Alexander es optimista. "El interés en Hobbiton estará aquí mientras yo viva y probablemente me sobrevivirá".
Financial Times