Edificios del futuro: más altos y en madera
El diseño urbano de las megaciudades será primordial para optimizar la calidad de vida de las personas, debiendo equilibrar densidad versus extensión y minimizando los impactos ambientales de los materiales utilizados.
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La ciudad de Chandigarh en India, creada por Le Corbusier, fue pensada como un cuerpo humano, donde la cabeza es la capital, el centro el corazón y las áreas verdes son los pulmones. Pero queda poco tiempo para la creación de modelos de excelencia y el rol de la edificación en altura pasa a ser un imperativo de futuro en las ciudades. En otros tiempos las personas anhelaban estar cerca de los cielos por motivos espirituales, mientras hoy las razones para ello son estrictamente urbanas. El fenómeno de la concentración de seres humanos comienza a conformar las mega ciudades, que deberán ser “vivibles” para 6 mil millones de residentes hacia el 2050. Para diseñar espacios que resguarden la intimidad de tanta gente los rascacielos crecerán al mismo ritmo que la población mundial.
En 30 años se estima que se construirán 41 mil edificios, los cuales serán un 50% más altos, pudiendo llegar a más de 1.134 metros de altura. Esta nueva conformación espacial plantea algo desafiante en el skyline de las ciudades. Las proyecciones surgen de la investigación de Jonathan Auerbach, de la Universidad de Columbia, y Phyllis Wan, VP de Charter, difundida por MIT. En su estudio consideraron sólo los edificios de más de 150 metros de altura, concluyendo que hoy existen 3.251 de esos rascacielos en 258 ciudades del mundo. Aquí en Chile está considerado el Costanera Center de 300 metros de alto y el Titanium La Portada con 194 metros.
En la actualidad, parece que el tiempo se acaba para pensar en la urbanización de una ciudad como Brasilia, creada con lucidez por Lúcio Costa, Oscar Niemeyer y Roberto Marx. Algunos constructores están más enfocados en cómo rentabilizar los edificios de gran altura que armonizar los espacios entre los seres humanos y su entorno. Los temas son más bien pragmáticos, en el sentido de habilitar adecuadamente las áreas de servicios y ascensores, dejando de lado la sensación de los habitantes ante kilómetros de tuberías y cableados.
“Hasta el 2050 las ciudades tendrán 6.800 rascacielos por cada mil millones de individuos en el planeta. La posibilidad de que un nuevo edificio supere la Torre Jeddah de mil metros, prevista para inaugurarse en 2020, es del 77%. Incluso, existe la posibilidad de construir un rascacielos de una milla de altura, es decir, 1.609 metros aproximadamente, tal como lo soñó el arquitecto Frank Lloyd Wright”, afirman ambos investigadores.
Densidad versus extensión
En el actual escenario, el diseño urbano será primordial para optimizar la calidad de vida de las personas, debiendo equilibrar densidad versus extensión. El desafío de los arquitectos será crear ciudades amables, donde se integren espacios de grandes construcciones conjuntamente con otras de mediana altura, viviendas de un piso y áreas verdes. Singapur es una ciudad repleta de parques, Zurich separa las zonas de trabajo de las recreativas y Copenhague aborda el medio ambiente en toda su dimensión.
Todas han implementado nuevas tecnologías para incrementar la rapidez de la construcción y mejorar las necesidades de sus habitantes. Entre los avances tecnológicos para contribuir a la industrialización cercana al cuidado de los recursos naturales renovables destaca el ya famoso CLT, Cross Laminated Timber, que consiste en disponer varias capas de tableros de madera, todas en ángulo recto y de forma plana, en cruz, una sobre otra.
En palabras simples, los paneles de contralaminado, que nacieron en Austria y Alemania en los ’80, son muy similares al hormigón, pero sustentables, livianos y sismo resistentes. Este material puede ser combinado con hormigón, de modo que apoye la construcción en altura.
En Chile, la novena Compañía de Bomberos de Talcahuano anunció públicamente construir en 2019 su cuartel en CLT. El proyecto considera un edificio de 1.400 metros cuadrados, los cuales se dividen en tres cuerpos, uno central, otro pequeño de hormigón armado y una estructura lateral con madera laminada. También, las nuevas oficinas de CMPC en la ciudad de Los Ángeles ofrecen una oportunidad única de apreciar el potencial del CLT como el bio-hormigón del futuro.
A nivel internacional, un ejemplo de excelencia es el proyecto Puukuookka Housing Block, en Finlandia, que consiste en tres torres de departamentos de seis y ocho pisos, todas en madera contralaminada de abeto, y de las cuales una de ellas es el edificio más alto de ese país, construido íntegramente con este material sustentable.
Otro ejemplo es el diseño Framework, el futuro edificio en madera de Portland, el más alto de Estados Unidos con 39 metros de altura. En este caso, el CLT no sólo beneficiará la rapidez de construcción, ahorrando tiempo y dinero, sino que además sus livianas estructuras podrán adaptarse y soportar cualquier movimiento del terreno. Esto se refiere a la eventualidad de un terremoto por la falla de Cascadia, que, con una longitud de más de 1.100 kilómetros, abarca desde la provincia canadiense de Columbia hasta el norte de California.
Si muy pronto las megaciudades serán en altura, en Finlandia, EEUU o Chile, los proyectos deberán desarrollar modelos de una ecología urbana sostenible y responsable a nivel de los espacios, que promuevan el compromiso de una construcción de alta calidad, que optimicen los recursos naturales y que se haga cargo de las personas. Pero la gran alerta apunta además al desarrollo equilibrado de estas nuevas urbanizaciones, que requerirán de ordenanzas específicas sobre diseños eficientes para estos grandes proyectos de arquitectura y construcción, donde Chile también será protagonista.