Plazas de bolsillo: de lugares abandonados a espacios vivos
El proyecto impulsado por la Intendencia Metropolitana con terceros, va viento en popa. A las nueve plazas de la primera etapa, se sumarán otras 12 en 2018.
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Tener una ciudad más amable y agradable no requiere siempre de grandes inversiones. Es el caso de las plazas de bolsillo, una idea surgida desde la Intendencia Metropolitana que se realiza en conjunto con municipios, particulares o entidades gubernamentales.
El intendente de Santiago, Claudio Orrego, cuenta que el ejemplo que dio la primera plaza de bolsillo, ubicada en Morandé 83, a pasos de la Intendencia, fue clave en el desarrollo de los proyectos. Era un sitio abandonado, propiedad del Ministerio de Obras Públicas (MOP) que llamaban “Las Cocheras”, porque era el lugar donde se guardaban los carruajes de La Moneda antiguamente.
“Le pedimos prestado el terreno al MOP. Ellos aceptaron y con muy pocos recursos, $ 20 millones, se compraron las mesitas, los árboles, le pedimos a Mono González que pintara un mural para ponerle algo de cultura e hicimos una asociación con los foodtrucks para que se instalaran ahí. En menos de un mes y con poca plata demostramos que un lugar abandonado, feo, que no le prestaba ninguna utilidad a la ciudad, sin ser expropiado, sin cambiar de destino final, ni de propiedad, podía darle un tremendo servicio a la ciudad y el día de mañana cuando la quieran ocupar para otra cosa, está ahí disponible”, cuenta Orrego.
El concepto es trasformar un lugar sin vida en una pequeña plaza con sillas, mesas, grandes maceteros con árboles, alguna intervención artística, bicicleteros y la instalación, como actores asociados en el mantenimiento (limpieza y seguridad), de foodtrucks, artesanos o emprendedores. Todo con el compromiso de devolver el lugar cuando el dueño así lo requiera.
Debe ser un lugar cercano a la afluencia de público, que se pueda intervenir con pocos recursos. No se trata de un gran terreno ni un sitio que requiera mucha intervención. “Por eso se habla de plaza de bolsillo, porque todo lo que está ahí te lo puedes meter en el bolsillo y mandarte a cambiar el día de mañana”, dice el Intendente.
Más proyectos
El impacto que generó la primera obra fue tan positivo que buscaron otros terrenos. Ya se materializó la primera etapa que consta de nueve plazas con una inversión de $ 146 millones que aportó el Gobierno Regional. De ellas, siete están terminadas y dos en ejecución en Independencia y Santiago. La más cara fue la de Teatinos con Santo Domingo, que es más grande que las demás, porque era un antiguo edificio de Fonasa.
Hace unas semanas se aprobó una segunda etapa para 12 nuevas plazas de este tipo financiadas en un 80% por el Gobierno Regional, con un monto asignado de $ 244 millones. Éstas tienen la particularidad que, en algunas de ellas, se incorporará al Metro de Santiago, ocupando los terrenos que expropia para la instalación de faenas y que después quedan abandonados. También se instalarán otras en las comunas de Renca, La Reina, Independencia, Recoleta, Pedro Aguirre Cerda y Santiago.