Por Pablo Aburto Holzapfel
Como una práctica laboral en franco avance se levanta el trabajo 3.0, también conocido como teletrabajo.
En términos simples el working-house o e-work combina la unión de las redes de telecomunicaciones y los sistemas informáticos con el trabajo a distancia, con personas que no necesitan estar presentes físicamente en la empresa, pero sí virtualmente a través del uso de las tecnologías de la información.
Si bien en Estados Unidos esta práctica nació en la década del 70, se masifica recién 20 años después cuando el desarrollo tecnológico alcanza mayor avance. En Chile, donde todavía aparece como incipiente, cada vez tiene más cabida.
De hecho, la semana pasada el gobierno aseguró que pondría urgencia al proyecto de ley que intenta regular el teletrabajo, avance que según adelantaron a Diario Financiero “será dado a conocer en un par de semanas”.
Según datos de Nubelo.com, si bien el 60% de los trabajadores 3.0 encuentran independencia y flexibilidad horaria; el 53% considera que las empresas chilenas aún no ven el valor diferencial al contratar profesionales bajo esta modalidad de trabajo. Pese a ello, cada día más mujeres se animan a incursionar en el teletrabajo y actualmente el 37% de las trabajadores freelance en Chile son mujeres.
“El trabajo 3.0 es la internacionalización del trabajo. No requiere de un lugar físico y cada uno tiene la libertad para administrar con flexibilidad la relación entre su tiempo personal y laboral”, explicó Jorge Araujo, socio de Nubelo.com y director ejecutivo de la firma en Chile.
Ventajas y desventajas
Como una tendencia en desarrollo en el país, todavía es posible observar discusiones respecto a los beneficios y trabas que implica el teletrabajo en el actual sistema laboral.
Erika Diaz, Field Sales Manager de Citrix para Chile y Bolivia, explicó que para las empresas, algunos aspectos positivos del trabajo 3.0 son que “se ven beneficiadas, primero, en que no tienen que contar con muchas oficinas, por lo tanto los gastos en electricidad, papeleo y otras cosas se reduce porque las personas no están ahí. Además, se incrementa la productividad, las personas son mucho más productivas cuando están trabajando desde la casa, porque se mide por objetivo y no por horario”.
Respecto a los beneficios para el trabajador, Diaz apuntó a la reducción en dinero y tiempo invertido en transporte; además de contar con más tiempo para nivelar el trabajo y su vida privada. “La gente se vuelve más productiva porque quiere terminar pronto y bien su trabajo para aprovechar más su tiempo en otras cosas que quiere hacer”, añadió.
Dentro de las desventajas para el trabajador, el presidente de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnología de Información (ACTI), Jaime Soto, expuso la necesidad de contar con un alto grado de autodisciplina.
“El trabajador deberá orientar su actividad hacia la prestación efectiva de servicios, motivo por el cual aquellos que carezcan de capacidad de auto organización tendrán una gran desventaja”, destacó.
Por otra parte, Soto advirtió que en algunos casos el trabajador puede presentar problemas de tipo relacional, ya que puede sentir la sensación de aislamiento con respecto a su empleador.
A las desventajas para el trabajador, Diaz agregó las largas jornadas asociadas a una baja productividad.
Áreas de desarrollo
Según Núbelo.com, las áreas de trabajo donde el e-work es más utilizado en el país son: diseño multimedia, servicios empresariales e informática. Más atrás, redacción y traducción y marketing y ventas.
Para la ejecutiva de Citrix, en tanto, si bien el teletrabajo “se puede adecuar a todo tipo de perfil de personas”, en call centers, ventas, capacitación a distancia, periodismo y trabajos administrativos son algunos de los rubros donde esta modalidad podría funcionar mejor.
Según el presidente de la ACTI, “el teletrabajo puede ser aplicado a cualquier industria”, y su efectividad dependerá del personal indicado y de las herramientas de control y seguimiento adecuadas a la labor.