Un grupo de expertos economistas aseguró hoy en una conferencia en Bruselas que es necesario impulsar un mayor conocimiento de las nuevas tecnologías de internet a fin de garantizar una pronta salida de la crisis económica en la Unión Europea (UE).
Durante el foro "Big Tent", organizado por el gigante tecnológico estadounidense Google y la Presidencia irlandesa de turno de la UE, se debatió sobre el impacto que puede tener la revolución digital para ayudar a resolver el problema del desempleo juvenil, así como, impulsar el crecimiento y la competitividad.
Los participantes advirtieron sobre la necesidad de que los gobiernos de los Estados miembros de la UE fomenten el uso de internet entre las pymes europeas para poder exportar sus servicios a nivel internacional y ofrecer un mayor abanico de posibilidades a sus clientes.
Entre los invitados destacaron el economista de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Taylor Reynolds; la comisaria europea de Investigación e Innovación, Máire Geoghegan-Quinn, y el vicepresidente de Google, John Herlihy.
Reynolds apuntó algunos de los problemas que arrastra la economía desde la última década, como por ejemplo, la falta de capacidades tecnológicas de los trabajadores o la ausencia de ingenieros.
Expectativas para el uso de la tecnología de internet
En concreto, la OCDE estima que internet aporta entre el 3 y 13% del Producto Interior Bruto (PIB) en aquellos países en los que la web se utiliza de forma intensiva.
Los organizadores insistieron en que, dentro del grupo de países que forman el G-20, los negocios que utilizan la computación en nube (almacenamiento de datos y software en ordenadores remotos accesibles a través de internet) logran generar unos niveles de crecimiento un 22% mayores que aquellas empresas que no desarrollan este tipo de herramientas.
Para el año 2016 está previsto que el sector económico relacionado con internet genere US$ 4,2 billones, casi el doble de la cifra actual, apuntaron.
Por otro lado, los participantes en el foro cuestionaron el actual modelo educativo, e instaron a buscar otros nuevos que garanticen que, tanto los profesores como las generaciones futuras, adquieran los conocimientos necesarios para afrontar los retos de la economía de mercado.