Nokia está atravesando uno de sus momentos más aciagos desde que empezó a dedicarse 100% al negocio de las telecomunicaciones y la fabricación de teléfonos móviles a mediados de los 80 (antes era un importante actor de la industria de la celulosa de Finlandia).
Su constante caída en el negocio de la venta de celulares tiene a la empresa en las cuerdas, lo que la ha obligado a aplicar una aguda reestructuración y a eliminar miles y miles de puestos de trabajo en todo el mundo en los últimos meses para reducir costos.
Sin embargo, los esfuerzos han sido prácticamente estériles. La acción de la empresa en la bolsa en Nueva York va en picada y ya se ubica en sus niveles más bajos desde 1997.
Apple y Google cambian la industria
Los grandes culpables de la debacle de Nokia han sido, sin lugar a dudas, Apple y Google. Desde que la firma de Steve Jobs decidió ingresar al mercado de los celulares con el estreno del iPhone en 2007, el statu quo en la industria de la telefonía móvil cambió radicalmente.
A partir de ese momento la hegemonía casi absoluta de Nokia empezó a caer de manera progresiva. El iPhone le permitió a Apple convertirse rápidamente en 2011 en el mayor fabricante de smartphones del mundo y la semana pasada Samsung le arrebató el título del mayor fabricante de teléfonos del planeta.
En este último hito tiene mucho que ver Google y su sistema operativo Android que permitió a muchos fabricantes de teléfonos lanzar smartphones de bajo costo, atacando directamente el bastión más fuerte que tenía Nokia.
La hermandad con Microsoft
Ni la alianza con Microsoft para usar el sistema operativo Windows Phone en sus terminales (que debutaron en el mercado a fines de 2011) ha frenado el derrumbe de la compañía. Pese a la buena acogida que ha tenido desde el punto de vista técnico la línea de teléfonos Lumia (alabada incluso por el co fundador de Apple, Steve Wozniak), éstos no han logrado posicionarse.
En ese contexto, Nokia sufrió pérdidas por 1.600 millones de euros (unos US$ 2.000 millones) en el primer trimestre de este año y comercializó apenas 82,7 millones de teléfonos, lo que supone una fuerte caída de 24% respecto a igual lapso de 2011.
En medio de este crítico escenario, las agencias de calificación se han ensañado contra la compañía que en 2000 tenía una valorización bursátil de US$ 210.000 millones y era una de las mayores firmas del planeta. Moody´s, Fitch y S&P han recortado la calificación de su deuda de manera sucesiva en los últimos meses y éstas dos últimas ya la bajaron a nivel de basura.
Objetivo de compra
Aunque lo han negado, los rumores en torno a una posible adquisición han dado vuelta varias veces. El rumor más fuerte circuló el año pasado cuando se habló que Microsoft podría adquirirla en US$ 32.000 millones, a sólo tres meses de haber firmado su alianza.
Para fortuna de la firma de Bill Gates, dicha operación no prosperó. Es que el valor de mercado que tiene Nokia en la actualidad es considerablemente inferior y ayer, tras el cierre del mercado, apenas superaba los US$ 16.500 millones.