Por Patricia Gonnelle*
El lunes 9 de septiembre de 2013 Chile aprobó la ley que establece "25 de marzo Día del que está por nacer y de la adopción". Un gran triunfo por la defensa de la vida y en particular de la vida del ser en gestación. Con esta ley, Chile sigue reforzando su compromiso con la vida y con la dignidad del niño aún no nacido.
Desde 1999, organizaciones que difunden el amor y el respeto a la vida del no nacido trabajaron para que este día se hiciera realidad. Después de diez años de muchas actividades de distinta índole, el senador Jaime Orpis presentó el tema como proyecto de ley en el Senado en 2010, que lo aprobó por unanimidad en enero de 2011. Los senadores consideraron que este proyecto de artículo único no requería de más discusión por no presentar más complejidad: celebrar una vez al año al niño que está por nacer les pareció a todos un gesto de gran humanidad y fiesta bien merecida.
Pero el asunto se complicó cuando el proyecto fue a su segundo trámite legislativo, en la Cámara de Diputados. Dos comisiones solicitaron su estudio: la primera, la comisión de Derechos Humanos, era de prever, lo rechazó por un voto mientras que la segunda comisión, la de familia, lo aprobó por amplia mayoría. En esta instancia fueron varias las instituciones que promueven la vida del que está por nacer, incluso fue la ex Ministra del Sernam, Carolina Schmidt, a apoyar la iniciativa, reiterando el compromiso presidencial en esta materia.
Con estos dos informes el proyecto llegó en mayo de este año para su votación en la Sala, la que aprobó el proyecto por amplia mayoría con 55 votos a favor y 34 en contra. Con esto se suponía que se daba por terminada la tramitación hasta que apareció una indicación no tramitada en la Sala este día y que recibió la comisión de Derechos Humanos para su estudio. Esta indicación, presentada por los senadores Adriana Muñoz (PPD), M. A. Saa (PPD), G. Ceroni (PPD), Fidel Espinoza (PS), M. Schilling (PS) era la siguiente: "establece 25 de marzo Día de la mujer embarazada y de la adopción". El objetivo era desplazar el centro de gravedad del niño hacia la mujer, táctica maliciosa que sólo calza con la mentalidad ideologizada pro abortista. Tener que reconocer al ser en gestación como sujeto de algún tipo de derecho produce urticaria a ciertas personas que piensan que, como dice la diputada Saa, "el que está por nacer no es una persona humana y no le corresponde ningún tipo de protección jurídica" (Comisión de Familia, 2013).
El lunes 9 de septiembre, después de varios intentos para que por fin se viera el proyecto en Sala con la indicación famosa, entró el proyecto para su discusión. Ahí se escucharon varias presentaciones; las diputadas M. A. Saa y A. Muñoz se hicieron famosas por hablar tres veces cada una, agotando la paciencia de todos los presentes. Varios diputados, sin embargo, pidieron la inadmisibilidad de la indicación, por el tema de forma pero sobretodo de fondo, por ser ésta contraria a la idea matriz del proyecto original. El Presidente de la Cámara acogió la inadmisibilidad, criterio ratificado por la votación de los diputados. A continuación se volvió a someter a votación el proyecto original, que fue aprobado por una abrumadora mayoría de 59 votos a favor contra 27, quedando el proyecto como "25 de marzo, Día del que está por nacer y de la adopción".
Algo tiene Chile que lo hace único en el mundo. ¡A su gran honor! No permite el aborto bajo ninguna circunstancia, hecho que los chilenos confirman en varias encuestas a lo largo de los años. En cuanto a las iniciativas parlamentarias que fueron múltiples en 20 años, el senado rechazó tres proyectos de aborto (por causales) en 2012 y ahora el parlamento en su totalidad aprueba una ley que muestra su respeto a la vida, al que está por nacer, a la dignidad intrínseca del ser humano, cualesquiera sean sus condiciones y etapas de desarrollo.
Para las abortistas, esto es muestra de atraso mental y cultural, un atraso para los supuestos "derechos sexuales y reproductivos" de la mujer, aquellos que, aclaramos, no existen en el derecho internacional; sólo en los discursos de sus partidarios.
Abortar NO es un derecho; matar no es un derecho; el derecho que existe es el derecho a la vida, el que está en la lista de los derechos humanos esenciales de todos los tratados internacionales. Matar no puede ser un derecho esencial por la sencilla razón que haría de una aberración una norma. Es como si dijéramos que al derecho a la salud también correspondería el derecho a la enfermedad...
Los tratados internacionales que las abortistas nombran con gran orgullo nunca han reconocido el aborto como un derecho, sino como "método de regulación de la fertilidad", "control de la natalidad", "regulación de la menstruación", "interrupción del embarazo", etc., eufemismos que manejan con tanta destreza los abortistas.
Chile da un ejemplo al mundo porque muestra que realmente respeta a todos, incluso al más pequeño e indefenso, al más vulnerable: al que no tiene voz para clamar por sus derechos, por el primero de todos los derechos humanos sin el cual ningún otro derecho podría existir: el derecho a la VIDA.
Frente al invierno demográfico y raquitismo poblacional que sufren los países "desarrollados" hoy en día, siendo el aborto el holocausto más grande de la historia de la humanidad, con 50 millones de abortos al año en el mundo, se necesitan señales positivas en la protección y promoción de la vida.
Hoy Chile dio otro gran paso, porque mostró al mundo que la dignidad del ser humano pasa por sobre todas las tentativas totalitarias que pretenden disponer de la vida humana y aprovecharse de la debilidad de la persona en su etapa gestacional.
En vísperas de sus Fiestas Patrias, Chile entregó un lindo regalo a sus habitantes: la seguridad que en Chile se respeta al más vulnerable de ellos: el que está por nacer. ¡Viva Chile!
* Master en Ciencias Políticas.
Carta de la beata Teresa de Calcuta sobre el aborto
Resumen de la carta enviada por la Madre Teresa de Calcuta al entonces Presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, el 23 de febrero de 1994.
"(...) Yo siento que el gran destructor de la paz hoy es el aborto, porque es una guerra contra el niño, una matanza directa de niños inocentes, asesinados por la propia madre. Y si nosotros aceptamos que una madre pueda matar incluso a su propio hijo, ¿cómo es que podemos decir a otras personas que no se maten? ¿Cómo persuadimos a una mujer para no hacer el aborto?
Como siempre, debimos de persuadirles con amor y debimos de recordarles que amor significa estar dispuesto a donarse hasta quebrarse. Jesús dio Su vida por amor a nosotros. Así, la madre que piensa en abortar, debe ser ayudada a amar, o sea, a donarse hasta que quiebre sus planes, o su tiempo libre, para respetar la vida de su hijo.
El padre de este niño, quienquiera que él sea, debe también donarse hasta que se quiebre. A través del aborto, la madre no aprende a amar, sino que mata a su propio hijo para resolver sus problemas. Y, a través del aborto, se dice al padre que él no tiene que tener ninguna responsabilidad por el niño que trajo al mundo. Este padre probablemente va a poner a otras mujeres en la misma situación.
Luego, el aborto sólo trae más aborto. Cualquier país que acepte el aborto no está enseñando a su pueblo a amar, sino a usar de cualquier violencia para conseguir lo que se quiere. Por eso es que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto.
"Vamos a rescatar al niño". El niño es el don de Dios para la familia. Cada niño es creado a imagen y semejanza de Dios para grandes cosas - para amar y ser amado. Cuando las personas más viejas son llamadas a Dios, solamente sus hijos pueden tomar sus lugares. ¿Pero qué nos dice Dios? Él dice: "Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido. Mira, en las palmas de mis manos te tengo tatuada" (Is 49, 15-16). Nosotros estamos grabados en la palma de la mano de Dios; aquel niño que aún no nació está grabado en la mano de Dios desde la concepción y es llamado por Dios a amar y ser amado no solamente en esta vida, sino para siempre. Dios jamás se olvida de nosotros. Por favor, no mate a ese niño. Yo quiero a ese niño. Por favor denme a ese niño. Yo estoy dispuesta a aceptar cualquier niño que esté por ser abortado y dar este niño a una pareja que irá a amar al niño y ser amado por ella.
La forma de planear la familia es la planificación familiar natural, no la contracepción. Al destruir el poder de dar la vida, a través de la contracepción, un marido o esposa está haciendo algo para sí mismo. Atrae la atención para sí y así destruye el don del amor en él o en ella. Al amar, el marido y mujer deben volver la atención entre sí como sucede en la planificación familiar natural, y no para sí mismos, como sucede en la contracepción. Una vez que el amor vivo es destruido por la contracepción, fácilmente se sigue el aborto. Tú también debes traer esta presencia de Dios para tu familia, pues la familia que reza unida, permanece unida.
Existe tanto odio, tanta miseria, y nosotros con nuestras oraciones, con nuestro sacrificio, estamos comenzando en casa. El amor comienza en casa, y no se trata de cuánto nosotros hacemos, sino cuanto amor colocamos en aquello que hacemos. Si recordamos que Dios nos ama, y que nosotros podemos amar a los otros como Él nos ama, entonces América puede hacerse una señal de paz para el mundo. De aquí debe salir hacia el mundo, una señal de cuidado para el más débil de los débiles -el futuro niño".