“Clases de Literatura” (1° Edición Septiembre 2013, 305 páginas), es el título con que editorial Alfaguara publica las clases que el gran escritor argentino Julio Cortázar impartió entre octubre y noviembre de 1980 en Berkeley y cuya edición fue encargada a Carles Álvarez Garriga.
Como el mismo Cortázar aclara a sus alumnos, él no es un profesor de literatura y por tanto les pide no esperar clases sistemáticas, esquemas o definiciones. En el fondo, sus clases consisten en una explicación de su propia vocación y trayectoria como escritor, lo cual hace de estas páginas un material aún más valioso.
Entre los consejos dados a sus alumnos, destacan el de no convertirse en escritores comprometidos porque “o es un mal escritor o es un buen escritor que va a dejar de serlo porque se está limitando” y que los escritores están llamados a “colaborar en lo que podemos llamar la revolución de adentro hacia afuera”.
Analiza también materias como el “cuento fantástico” en los que destaca el juego del tiempo, el sentido de fatalidad y que durante su carrera ha ido descubriendo como “lo fantástico está al servicio de la realidad del cuento. Son elementos que permiten hacer notar más este mundo que nos rodea ...”
Sobre el “cuento realista”, estudia en forma especial el “realismo simbólico”. Un texto que si bien en su superficie es realista, esconde por debajo otra realidad, que es aún más realista y profunda, pero más difícil de captar, sentenciando que un cuento realista para que perdure en la memoria debe ir mucho más allá de la anécdota o el fragmento de vida que retrata.
Resultan también de un gran valor sus anécdotas. Habiendo entregado una de sus obras a la editorial, Cortázar cuenta cómo el llamado “corrector de estilo” le agregó 37 comas en una sola página. El sabía dónde iban las comas, pero una especie de pulsación o inspiración difícil de descifrar lo llamaba a escribir sin esas comas para que el texto pudiera transmitir lo que él realmente buscaba.
También es interesante su visión sobre el humor en la literatura, el que entiende como parte de un ejercicio de
“desacralizar”, “echar hacia abajo una cierta importancia que algo puede tener, cierto prestigio, cierto pedestal” y lo distingue claramente de la simple comicidad. El humor ayudaría así a descubrir y desenmascarar el verdadero valor de las cosas.
Por último, encontramos también a Cortázar analizando muchas de sus propias obras y el proceso de creación que vivió en cada una de ellas, como “Historias de cronopios y de famas”, “Rayuela“ y el “Libro de Manuel”.
Estas “Clases de Literatura” constituyen un enorme tesoro de consejos y experiencias de uno de los grandes escritores de las letras latinoamericanas y cuya lectura será una experiencia alucinante para todos los amantes de la gran literatura.