Tras el triunfo de Trump: Grandes empresas y políticos se alejan de políticas ESG
Multinacionales están abandonando las prácticas de diversidad y flexibilidad adoptadas desde la pandemia. La lucha contra el cambio climático pierde sus financistas.
Tras la elección de Donald Trump, el mundo ha discutido ampliamente los inminentes cambios en el libre comercio y el balance geopolítico. Se ha hablado del impacto económico de algunas de sus promesas. Pero no se había discutido el cambio cultural que su elección, y el ascenso de Elon Musk a las esferas de poder global, traerían dentro y fuera de Estados Unidos.
Lo que comenzó como un lento movimiento, se aceleró en los últimos días, con nombres como McDonald’s, Blackrock y JPMorgan declarando el fin de políticas progresistas. Programas por la diversidad e inclusión, compromisos climáticos ambiciosos y modelos laborales flexibles parecían perfilarse como el futuro inevitable del mundo corporativo. Hoy muchas de las mismas empresas que lideraron estos esfuerzos están revirtiendo el rumbo.
La última en sorprender al mercado ha sido Blackrock. La firma financiera, con US$11 billones bajo su administración, anunció el 9 de enero su salida de la Iniciativa de Administradores de Fondos por Cero Emisiones (Net-Zero Managers Initiative o NZAMI), uno de los grupos de la Alianza Financiera de Glasgow para Cero Emisiones (Glasgow Financial Alliance for Net Zero o GFANZ), impulsada por Mark Carney, exgobernador del Banco de Inglaterra, en 2021.
Dos días antes, JPMorgan anunciaba su salida de la Alianza Bancaria por Cero Emisiones (Net-Zero Banking Alliance o NZBA). JPMorgan se convirtió así en la sexta mayor firma estadounidense en abandonar el capítulo bancario de la GFANZ desde la elección de Trump, siguiendo los pasos de Goldman Sachs, Wells Fargo, Citi, Morgan Stanley y Bank of America.
A Trump le gusta referirse a la transición energética como la “estafa verde”. Pero no es sólo él. Legisladores y políticos republicanos han lanzado desde hace dos años una ofensiva legal. Diez estados republicanos, liderados por Texas, presentaron el pasado noviembre una demanda contra Blackrock, Vanguard y State Street acusándolos de concertarse para elevar el precio de la energía al impulsar una reducción de la producción de carbón.
En octubre pasado, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, abrió una investigación contra JPMorgan, Bank of America y Wells Fargo, por boicotear a las industrias de gas y petróleo. “Cada vez más instituciones financieras están dando un gran paso en la dirección correcta al abandonar la radical y antienergética Alianza Bancaria Net-Zero”, aplaudió Paxton en un comunicado tras el anuncio de JPMorgan. El título del documento asegura que los bancos actuaron por la “insistencia” de Paxton.
Bajo presión
Pero la lucha climática no es el único eje de las políticas progresistas y ESG que está siendo debilitada. Junto con los anuncios de Blackrock y JPMorgan, el mercado recibió además la noticia de que McDonald’s abandonaba su programa de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI). Sigue así los pasos de Walmart, que en noviembre anunció el fin de prácticas como la venta de ciertos productos y financiamiento a eventos de la celebración LGTBQ+, y la participación en el Índice Empresarial de Igualdad, que mide la incorporación de minorías sexuales en las empresas.Días antes, Boeing anunció el fin de su programa de diversidad.
Las políticas DEI ganaron fuerza tras el asesinato de George Floyd a manos de la policía en 2020. Pero McDonald’s cita un “cambio en el panorama jurídico”, tras el fallo de la Corte Suprema en junio 2023 que puso fin a la discriminación positiva (a favor de minorías raciales) en las admisiones universitarias. Desde entonces, diversas organizaciones incluyendo fondos de venture capital han enfrentado demandas por los mismos principios, de que sus programas para favorecer minorías son discriminatorios.
No es el único cambio para los trabajadores. Cada vez más empresas están presionando por el fin del trabajo remoto. Amazon, Apple y AT&T son tres de las grandes corporaciones que han implementado el regreso a tiempo completo a las oficinas a partir de este año. Bloomberg reporta que JPMorgan estará por anunciar el fin del trabajo remoto para el 40% de sus 300.000 empleados, que todavía tienen cierto nivel de flexibilidad, siendo obligados a volver a la oficina cinco días a la semana.
Políticamente (in)correcto
Pero quizás el anuncio más emblemático llegó desde Meta. Acusando “errores y un exceso de censura”, Mark Zuckerberg anunció el fin del monitoreo de contenido y chequeo de datos en sus plataformas Facebook e Instagram en Estados Unidos.
Meta se convirtió en una de las principales promotoras del control del “hate speech” tras las acusaciones de que sus plataformas se utilizaban para atacar a minorías y distribuir información falsa. Fue la acción de Meta una de las razones que llevó a Musk a comprar Twitter, otro abanderado de la moderación de contenido.
Zuckerberg donó recientemente US$1 millón al fondo para la inauguración de la presidencia de Trump. Además, declaró que colaborará con Trump para enfrentar a otros gobiernos que “institucionalizan la censura y dificultan la innovación”.
Meta seguirá los pasos de Musk y su red X en relajar los controles al contenido. Esto puede favorecer a políticos, sobre todo de derecha, que han visto limitado su alcance en redes sociales (excepto TikTok) por sus discursos radicales.
El cambio coincide con el avance de políticos de esta línea en Europa y Canadá. Se trata de políticos que se definen de derecha conservadora, libertarios, pero que son considerados extremos o radicales, por sus discursos nacionalistas y en muchos casos xenófobos.
Musk dio una audiencia de casi 200.000 personas a Alice Weidel, candidata a Canciller y líder de Alternativa para Alemania (AfD), en una conversación transmitida por X. Es la entrevista más larga y de mayor difusión a la que Weidel haya tenido acceso hasta ahora. A pesar de los esfuerzos de los partidos tradicionales y la prensa alemana de formar un “cordón sanitario” para contener al AfD, el partido aparece como la segunda fuerza política del país con 20% de las preferencias de cara a las elecciones del 23 de febrero próximo.
En Austria, Herbet Kirkl, líder del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), recibió el mandato para formar gobierno y podría convertirse en el primer líder de derecha extrema en liderar un país europeo tras la Segunda Guerra Mundial.
En Reino Unido, Reform UK, que hizo campaña por el Brexit y apoya la deportación masiva de inmigrantes indocumentados, aparece empatado con el oficialista Partido Laborista con 25% de apoyo en una encuesta publicada el 9 de enero.
Mientras, Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador, corre con una cómoda ventaja para ganar las próximas elecciones en Canadá y suceder al liberal Justin Trudeau.