El valor de Aerolíneas Argentinas, con su privatización en la mira
En medio de los conflictos que se han desatado entre los gremios aéreos trasandinos, el Gobierno de Milei sigue insistiendo en su plan de privatizar la firma nacional. Pero, ¿cuál es su atractivo?
Por: María Jesús Doberti | Publicado: Sábado 9 de noviembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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"O se privatiza o se cierra". Este es el ultimátum que dio el Gobierno de Milei en las horas previas a una reunión clave entre Aerolíneas Argentinas y los sindicatos para lograr un acuerdo que permita que se retomen las operaciones con normalidad, después de varias semanas de paros aeronáuticos.
El proceso de privatización ha capturado la atención de actores clave en la industria aérea regional. Si bien en un minuto existieron rumores de que Latam podría ser uno de los interesados, la firma aclaró que no estaba en sus planes. Sin embargo, el Grupo Abra, dueño de Avianca y la brasileña Gol, ha mostrado interés, así como Azul Líneas Aéreas.
“Argentina dentro de la región es un mercado súper grande e importante para muchas aerolíneas privadas, entre ellas, Latam”, señaló el analista de BICE Inversiones, Ewald Stark.
Aerolíneas Argentinas nació como resultado de la fusión de Alfa, Zonda, Fama y Aeroposta (las denominadas “aerolíneas argentinas”) en 1950, siendo la principal compañía de transporte aéreo del país. Pero no sería la primera vez en su historia que pasa a manos de privados.
A principios de la década del 90’ la empresa fue privatizada y vendida a Iberia durante el mandato de Carlos Menem. Más tarde, en 2008, volvió a la gestión estatal.
El valor de la compañía
Aerolíneas Argentinas ha sido una pieza clave en el mercado aéreo del país, especialmente en el sector de vuelos domésticos, donde mantiene una presencia dominante.
A nivel interno cuentan con una red de vuelos que conectan 39 destinos y 52 rutas federales (rutas que unen distintas ciudades sin pasar por Buenos Aires). Es la única aerolínea que llega a 21 destinos como Río Gallegos, Santa Fé, Paraná y Bahía Blanca. En temporadas de verano realiza hasta 20 vuelos diarios a Córdoba y 15 a Bariloche, entre otros.
A nivel internacional conecta 21 destinos desde y hacia Argentina. Con un total de 70 vuelos semanales a Brasil, 26 a Santiago de Chile, 11 a Madrid, 10 a Miami, 5 a Roma, por nombrar algunos. Esto "la hace atractiva para capital extranjero que quiera expandir su presencia en la región y tener un mayor alcance de rutas”, apuntó el gerente de M&A en Deloitte, Heberto Bravo.
La firma transportó más de 14 millones de pasajeros en 2023 y reportó ingresos por US$ 2.126,5 millones (ver gráfico). Además, según la organización de calificación del transporte aéreo internacional Skytrax, está catalogada como la séptima mejor aerolínea de Latinoamérica.
La firma “lidera el mercado trasandino, ya que por mucho tiempo tuvo algunas ventajas operativas y subsidios que protegieron su relevancia en dicho país”, señaló el socio y responsable de la oficina Bain & Company en Santiago, Marcial Rapela. A su juicio, la empresa tiene algunas cosas que pueden llegar a ser de valor para posibles compradores. Primero, los derechos de vuelo, que permiten operar rutas internacionales. En segundo lugar, los derechos de operación en algunos aeropuertos congestionados. A esto se le suma la base de clientes y centros de mantención.
Los riesgos
Sin embargo, su situación financiera ha sido una carga importante para el Estado. En 2023, tuvo pérdidas oficiales que alcanzaron los US$ 200 millones, una cifra significativa pero que, según algunas estimaciones, podría ser aún mayor. El déficit real, si se consideran los subsidios recibidos durante la administración de Alberto Fernández, podría llegar a los US$ 400 millones. Situación insostenible para una empresa que ha estado luchando por alcanzar el punto de equilibrio durante años.
Actualmente y según la información pública al 30 de junio de 2023, la firma tiene una pérdida neta de 12.265 millones de pesos argentinos. “Por lo cual es una empresa que requiere un saneamiento a nivel operacional y financiero con la finalidad de obtener beneficios futuros”, acotó Bravo.
"Los riesgos son relevantes", sostuvo Rapela. Estos se extienden a los marcos regulatorios del país que podrían cambiar y no ser sostenibles en el largo plazo, al control de cambios, estructuras sindicales complejas que generan barreras para los cambios orientados a modernizar la gestión de la empresa y las operaciones y la política “Open Sky” que ha implementado el Gobierno, la cual facilita el acceso de otras aerolíneas a la industria aérea nacional.
El futuro del mercado aéreo
El mercado aéreo argentino ha crecido en competencia gracias a nuevas aerolíneas de bajo costo como Flybondi y JetSmart, lo que ha forzado a Aerolíneas Argentinas a mejorar su oferta y reducir costos. En este contexto, la privatización de la firma se considera una posible vía para que la compañía pueda adaptarse mejor al mercado y competir eficazmente.
Sin embargo, el éxito de esta privatización dependerá de varios factores, como la aprobación del Congreso y la capacidad de los compradores para gestionar la deuda y optimizar la operación de la empresa.