La carrera de las aperturas comenzó en el mercado local y la primera en concretar su salida a la bolsa fue Recalcine, que levantó US$ 373 millones convirtiéndose en la segunda mayor operación de este tipo en la historia de la plaza.
La compañía controlada por la familia Weinstein colocó el 24% de su propiedad a través del remate de 2.032 millones de acciones a $ 85.
Este precio de adjudicación estuvo bajo los $ 90 que inicialmente se habían fijado como precio mínimo, ya que la empresa decidió renunciar a este valor para aumentar la base de accionistas. “Cuando se trata de una apertura el objetivo no es necesariamente maximizar el precio de colocación, toda vez que es una compañía que tiene que seguir recurriendo al mercado de capitales por lo que es muy importante que la base de accionistas sea la adecuada”, explicó Ignacio Laglois de JP Morgan, que fue uno de los colocadores junto a LarrainVial y Jefferies.
Esta base de inversionistas quedó formada principalmente por agentes externos. El 31,4% fue adjudicado por institucionales extranjeros (long y hedge) y el 23,7% por ADS. Algo que, según dijo el gerente general de LarrainVial, Manuel Bulnes, es primera vez que ocurre. Entre estos inversionistas están los cuatro fondos más grandes del mundo y cerca de doce especializados en el área salud.
El fuerte interés por CFR quedó plasmado en la sobredemanda de nueve veces que alcanzó los
US$ 3.300 millones.
La jornada debut
En su primer día de transacciones en la bolsa, los papeles de CFR subieron 13,36% respecto del precio de apertura al cerrar en
$ 96,36. Tuvo además negocios por casi $ 18.000 adicionales al monto de la IPO. En las mesas nos dijeron que gran parte de esta demanda fue de inversionistas extranjeros.