El peso argentino, calificada como la peor moneda del mundo, aún vale la pena si sabe el momento de invertir

Ganar dinero con el peso argentino ha requerido nervios de acero, un gran momento y mucha confianza.

El peso trasandino cayó más que cualquier otro par en un grupo ampliado de monedas importantes este año, en medio de una inflación persistente, una actividad económica débil y déficits. Sin embargo, las altas tasas de interés ofrecen un amortiguador decente para los comerciantes que están dispuestos a asumir el riesgo.

Desde que el banco central comenzó a elevar las tasas con un aumento masivo a fines de agosto, los operadores que creen en la capacidad de los responsables de formular políticas para estimular la confianza suficiente para mantener el mercado obtuvieron ganancias del 15%. El peso se hundió alrededor del 13% en ese lapso.

Todo depende de cuándo participó. Los operadores que esperaron hasta este año ganaron solo el 0,3%, el segundo peor entre las monedas de América Latina.

A pesar de los débiles rendimientos de este año, los recientes anuncios del banco central pueden haber cambiado la perspectiva para los operadores de pesos. Al decir que no compraría dólares si la moneda se aprecia más allá del límite inferior de la zona de no intervención ahora fijada de 39,75 por dólar estadounidense, los funcionarios redujeron significativamente el riesgo de una rápida depreciación, que podría haber dejado a algunos al margen.

Los comerciantes minoristas también tienen alrededor de US$ 9,5 mil millones en ventas de dólares del Tesoro hasta noviembre a su favor, así como también potenciales entradas vinculadas a la temporada de cosecha. La decisión del gobierno de congelar los precios de algunos bienes y servicios, algo que no ha logrado frenar la inflación en la historia reciente de América Latina, puede al menos evitar cifras más altas de IPC en el corto plazo, allanando el camino para que los inversionistas ganen dinero.

El mayor riesgo para los comerciantes es la elección presidencial de octubre. Con la reelección de Mauricio Macri lejos de un determinado, la volatilidad puede subir y erosionar los rendimientos potenciales.