Si bien el cobre ha alcanzado precios históricos en las bolsas mercantiles de Estados Unidos, los valores del metal rojo ajustados por inflación muestran que el principal producto de exportación de Chile todavía está lejos de una cotización récord en términos reales.
El futuro de cobre Comex alcanzó, en valores nominales, inéditos US$ 5,37 en la jornada asiática de este miércoles. Sin embargo, mineras que son productoras intensivas de este commodity, Antofagasta PLC, Freeport McMoRan y Southern Copper están por debajo de sus respectivos techos.
“El cobre sigue estando barato. Si uno mira las acciones de las empresas mineras, todavía no están en máximos históricos como el cobre, porque han enfrentado el problema de que sus costos, especialmente el Capex, han aumentado más que la inflación", dijo a DF el socio de Valtin Consulting, Javier Vergara. "El cobre aún tiene espacio para seguir subiendo, principalmente porque las mineras no están invirtiendo".
De acuerdo con el ejecutivo, el precio actual "no alcanza para financiar el Capex, ya que no ofrece una rentabilidad adecuada frente a los costos de inversión", y por lo tanto, "lo más probable es que no habrá suficiente cobre para sustentar la transición hacia un mundo eléctrico, debido precisamente a que los precios, aunque altos en términos nominales, no son tan atractivos en términos reales".
Métodos para deflactar el precio del cobre también sugieren que podría estar barato, según el analista sénior de mercado e industria de Plusmining, Juan Cristóbal Ciudad, aunque advirtió que "barato" es un término subjetivo.
El índice de cobre ajustado por inflación se encuentra en 1,73 puntos, al utilizar el Índice de Precios al Productor (IPP) de EEUU con base en 2009. La cifra está sobre su promedio histórico de 1,23 puntos, pero aún lejos de los 2,42 alcanzados en 2010.
"Es importante hacer las comparaciones en moneda real, porque el efecto de la inflación es grande, sobre todo considerando el proceso de aumento de precios post pandemia", explicó Ciudad.
Otro cálculo es el que involucra al oro. El ratio cobre-oro se encuentra en 0,17 veces, recién rebotando desde un piso de 0,15 veces que marcaron su menor nivel desde 2020. Los niveles actuales están por debajo de la media histórica de 0,27 veces. Ciudad hizo hincapié en que el metal dorado ha mantenido su poder adquisitivo en términos intrínsecos a lo largo de la historia, lo que lo vuelve un buen referente.
Juan Ignacio Guzmán, CEO de GEM Mining Consulting, dijo por su parte que "el mejor deflactor es la inflación", ya que el oro, a diferencia del cobre, es un activo financiero que sube en momentos de alta incertidumbre, como está ocurriendo ahora.
“Para los productores, el precio del cobre sigue siendo atractivo, aunque no se encuentra en un nivel que pueda generar distorsiones significativas en el mercado, como una sobreinversión en proyectos o una mayor volatilidad financiera. En otras palabras, todavía no se cruza un umbral que represente un riesgo serio para el equilibrio general del sector", comentó el gerente de estudios de Sonami, Reinaldo Salazar.
A continuación recordó que esta alza responde a factores coyunturales, particularmente a compras especulativas motivadas por los temores a eventuales aranceles. Esto implica que aún no estamos ante un nuevo súper ciclo del cobre, como sí ocurrió en otros momentos en que el precio real del metal alcanzó máximos históricos, razonó el ejecutivo.
¿Corrección a la vista?
No ha dejado de estar presente la idea de una corrección a la baja en los precios de EEUU -que suben alrededor de 30% en lo que va del año-, especialmente teniendo en cuenta las condiciones altamente especulativas que sustentan estos niveles.
"Esta es una burbuja especulativa, absolutamente. No hay ninguna duda", dijo Guzmán desde la consultora GEM. "El cobre no está barato y es más, cuando se resuelva positiva o negativamente el tema de las tarifas, el precio va a bajar", lanzó el ejecutivo.
Desde Valtin, Vergara afirmó que “el gran riesgo hoy es que, con las medidas de Trump, las perspectivas de electrificación en energías solares, autos eléctricos, etc. se desinflen, y que esto empiece a replicarse en otros gobiernos en Europa. Si el entusiasmo por la electrificación de la economía se diluye, también lo harán las expectativas de déficit de producción de cobre".
Guzmán abordó, además, el caso de que EEUU efectivamente entre en una recesión, que es la narrativa que se ha apoderado del mercado al momento de reevaluar el impacto de la política comercial de Trump. Con ello, la demanda por cobre se debilitaría, contribuyendo a las caídas en el precio.