El viernes 14 de febrero, poco después de las 19:00 horas, el Presidente de Argentina, Javier Milei, publicó en la red social X su respaldo a la criptomoneda $LIBRA. La declaración generó una ola de interés en el activo digital y en cuestión de minutos alcanzó una capitalización de mercado de US$ 4.500 millones, con cada unidad del token en un valor de US$ 5.
Se estima que alrededor de 44.000 inversionistas participaron en la operación, una proporción significativa de ellos vinculados al movimiento libertario que lidera Milei.
Sin embargo, el auge fue efímero: el precio del activo colapsó cuando un reducido grupo de inversionistas retiró aproximadamente US$ 90 millones, lo que desplomó su valor hasta US$ 0,02 por token y desató sospechas de fraude.
A diferencia de otras criptomonedas consolidadas, $LIBRA no se encontraba disponible para transacciones en los grandes exchanges internacionales. No obstante, en su publicación en X, Milei incluyó la dirección web donde podía ser adquirida.
Posteriormente al tweet, una exchange argentina incorporó el activo a su base, lo que permitió a una serie de inversionistas operar con la criptomoneda.
Estructura opaca y sin respaldo financiero
Según analistas, $LIBRA carecía de una estructura financiera sólida y de un respaldo claro que garantizara su estabilidad.
El CEO de la exchange Arch.finance, Nicolás Jaramillo, señaló a DF que, por los antecedentes recopilados, la criptomoneda era un "memecoin", es decir, un activo digital sin utilidad intrínseca, cuyo valor depende exclusivamente del respaldo de una comunidad.
"Cuando el proyecto fue promovido por el Presidente Milei se decía que serviría para financiar proyectos en Argentina donde cualquier persona en el mundo podría invertir. No llegamos a ver eso porque la criptomoneda colapsó luego de algunas horas de ser lanzada", afirmó Jaramillo.
Los principales inversionistas detrás de $LIBRA no eran ajenos al entorno presidencial. En octubre de 2024, representantes de la firma tecnológica Kip Protocol se reunieron con Milei para discutir el proyecto "Viva la Libertad", que buscaba financiar emprendimientos mediante blockchain.
Posteriormente, también se concretó una reunión con el estadounidense Hayden Mark Davis de Kelsen Ventures -hoy acusado de ser uno de los principales responsables del fraude- y encargado de la infraestructura tecnológica del proyecto.
Sin embargo, Kip Protocol desmintió cualquier vínculo con la criptomoneda. Si bien confirmaron que la reunión con Milei tuvo lugar, aseguraron que no se discutió ni mencionó ninguna iniciativa específica relacionada con el activo digital.
Según la web oficial de Viva La Libertad Project, el token $LIBRA operaba en la plataforma de blockchain Solana y prometía financiar proyectos a través de un formulario de registro online.
Consecuencias y posibles regulaciones
El impacto en el mercado cripto argentino fue significativo, con un aumento de la volatilidad y una pérdida de confianza en el sector. Además, organismos regulatorios, incluida la Oficina Anticorrupción, anunciaron una investigación sobre el caso.
Jaramillo fue categórico al calificar el episodio: "Esto es un fraude por donde se le mire y los responsables tienen que ser enjuiciados y castigados".
Advirtió además que la falta de sanciones podría generar un daño severo a la fe pública y a la industria cripto, al tratarse de "un robo concertado por un grupo de personas".
El episodio reavivó el debate sobre el papel de figuras políticas en la promoción de activos digitales y podría acelerar la implementación de regulaciones más estrictas en el sector.