Bancos reportan caída de casi 30% en sus utilidades y superan los US$ 4.000 millones a octubre
La industria enfrenta menores márgenes de interés y reajustes durante los primeros 10 meses del año.
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La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) informó a través de un comunicado los resultados de la industria bancaria al término de octubre. El sector finalizó con ganancias acumuladas de US$ 4.067 millones, anotando una caída interanual de 26,4%.
El regulador explicó que estos números se deben a un menor margen de intereses y reajustes, como también, a un mayor gasto por impuestos.
En cuanto al resultado mensual, la banca tuvo ganancias de US$ 415 millones, registrando un incremento respecto a septiembre de 20,4%.
Esta variación fue explicada, principalmente, por un mayor margen de intereses y reajustes, un menor gasto por impuestos y por gastos operacionales, atenuado por un menor ingreso neto por comisiones y resultado financiero neto.
A mediados de mes, Credicorp Capital publicó un informe donde abordó los resultados de los principales bancos privados abiertos en bolsa y destacó la recuperación general de la banca, pero aún se vislumbran desafíos en cuanto el desempeño de los indicadores de calidad de los activos dado el contexto económico.
Actividad crediticia
El crédito bancario continúo manteniendo un bajo dinamismo en octubre, disminuyendo en línea con la contracción de la actividad económica. En efecto, el saldo de colocaciones totales cayó 2,3% real en 12 meses, de acuerdo a las cifras informadas por la Asociación de Bancos (ABIF).
A nivel de cartera, el segmento comercial siguió registrando un bajo nivel de actividad. El flujo de nuevas operaciones alcanzó un promedio mensual de US$ 8.050 millones en el trimestre móvil de agosto a octubre, un 9% menos respecto a 2022.
La ABIF explicó en su reporte que la falta de dinamismo de la cartera comercial “se atribuye sobre todo a una débil demanda crediticia asociada a bajos niveles de inversión, tanto en el segmento Mipyme como en el de grandes empresas”.
El crédito para vivienda ha experimentado un repunte desde mediados del año en curso. En el trimestre móvil de agosto a octubre, el flujo de nuevas colocaciones alcanzó un promedio mensual de US$ 780 millones, un 19,1% más que en igual período del año pasado.
Un aspecto que preocupa en el gremio bancario son las alzas de las tasas de interés debido al encarecimiento de las condiciones de financiamiento dado el contexto económico local y global. Advirtieron que “de continuar dicha tendencia podría complicarse aún más el panorama para el crédito hipotecario y para el sector inmobiliario, eventualmente poniendo en duda la sostenibilidad del repunte de los últimos meses”.
Explicaron que el aumento de las tasas largas de referencia responde al estrechamiento de las condiciones de financiamiento a nivel internacional. Así, mostraron como ejemplo el rendimiento en dólares de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años plazo, que guarda una alta correlación con el rendimiento en UF de los bonos locales, que subió más de 130 puntos base entre abril y octubre, llegando a niveles cercanos al 5%.
El crédito de consumo también mostró señales positivas en los últimos meses. El flujo de colocaciones en cuotas registró un aumento interanual de 8% en el trimestre móvil de agosto a octubre, alcanzando un promedio mensual de US$ 937 millones, aunque sigue un 23% por debajo del promedio pre pandemia.
Morosidad
Un aspecto que genera alarmas es el aumento de la morosidad. Los datos de la ABIF. En los últimos dos meses, la morosidad mayor a 90 días retomó las alzas, tras haber mostrado señales de estabilización en los meses previos.
El indicador de morosidad se ubicó en 2,16% en la cartera comercial, 1,71% en la cartera de vivienda y 2,82% en la cartera de consumo.
La Asociación presidida por José Manuel Mena indicó que esto responde “no solo a la normalización de los niveles de morosidad tras el fin de la pandemia, sino también al aumento del riesgo de crédito latente en un contexto macroeconómico complejo”.
Apuntaron que el actual panorama económico está “caracterizado por una contracción de la actividad económica, un mercado laboral débil, una tasa de inflación que aún supera el rango meta del Banco Central y un panorama internacional incierto, donde se conjugan bajas perspectivas de crecimiento, el alza de las tasas de interés de largo plazo ante preocupaciones por la sostenibilidad de la deuda pública en EEUU y riesgos asociados a diversos conflictos geopolíticos”.