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Marcelo Schilling, candidato al Consejo Constitucional: “Yo creo que se puede avanzar en la autonomía de la Fiscalía Nacional Económica”

El exdiputado del Partido Socialista (PS) sostiene que una nueva carta magna debe “darle solidez y flexibilidad al sistema institucional” y no ser “una roca inmutable”, ya que debe responder a los cambios en la sociedad.

Por: Iván Bertolotto | Publicado: Miércoles 1 de marzo de 2023 a las 12:30 hrs.
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Tras culminar su último período como diputado por el Partido Socialista (PS) el 11 de marzo de 2022 -con lo que sumó 14 años en la Corporación-, Marcelo Schilling (73) había iniciado un camino alejado de la política. Pero el proceso para redactar una nueva carta fundamental lo trajo de vuelta al escenario público y postulará al Consejo Constitucional por la Región de Valparaíso.

Se lo pidió la directiva de su partido, cuenta, pero también otras personas que pensaban que podía hacer una contribución. Y reflexiona: "55 años de trayectoria política y compromiso con las ideas de la justicia social y el Partido Socialista tampoco pasan en vano, así que asumí el compromiso”.

“Así como se garantiza el derecho de propiedad en la Constitución, por qué no garantizar el derecho a la salud, educación y vivienda”.

Los inicios de la trayectoria política y pública de Schilling se remontan al Gobierno de Salvador Allende, luego de lo cual vivió en la clandestinidad y se exilió en México, ocupando distintos cargos públicos en dicho país. Durante la década de los 90, asumió puestos asociados al Ministerio del Interior en la administración de Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz-Tagle, respectivamente. Entre 2000 y 2004 fue embajador de Chile en Francia, y ante la Unesco durante 2003 y 2004. 

Su punto de partida como candidato es categórico: “El tema de la actual Constitución se ha convertido en un problema estructural para el desarrollo del país, porque la inestabilidad, y el inmovilismo que provoca, ahuyenta la inversión y el desarrollo de la actividad económica con seguridad”.

Y esta mirada tiene una contracara: “Si queremos volver a crecer y llegar a las metas que nos hemos propuesto tantas veces, de ser un país desarrollado, hay que remover el principal obstáculo que es la actual Constitución”.

- ¿Cuáles son sus expectativas para el nuevo proceso?

- Lo primero a lo que yo aspiro es a que se produzca una carta constitucional para todos los chilenos. En primer lugar, que le dé oportunidad de ser gobierno a todas las alternativas democráticas que se le ofrecen al país.

En segundo lugar, desde el punto de vista social, que sea un país protector, que garantice derechos sociales como el de propiedad, que ya está garantizado y en eso no tengo mayores observaciones que hacer, salvo acentuar su armonía con la protección del medio ambiente.

Así como se garantiza el derecho de propiedad en la Constitución, por qué no garantizar el derecho a la salud, educación y vivienda. Hemos llegado a un déficit de más de 600 mil viviendas, porque no se hace un esfuerzo serio y consistente para producir las viviendas en los hogares que nuestras familias necesitan.

-En cuanto al rol de organismos autónomos, como el Banco Central o la Contraloría ¿cómo espera usted que una nueva Constitución influya en esta materia?

- La parte institucional tiene que crear un sistema de contrapesos y equilibrios entre las distintas instituciones, evitando que una sola de ellas tenga tal poder que anule la existencia de las demás, y, por esa vía, ponga en jaque las libertades de las personas.

No solo estoy por mantener la división clásica de poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, sino que también aquellos órganos autónomos de los cuales nos hemos ido dotando, como el Banco Central, la Contraloría, y el Consejo Nacional de Televisión. Incluso, se podría avanzar en algunos más, por ejemplo, en la Fiscalía Nacional Económica, yo creo que se puede avanzar en su autonomía de modo que no sea susceptible de presiones o accionar de vigilancia de la limpieza del mercado.

-¿Qué falló en el proceso anterior?

-Ocurrió una especie de obnubilación de los convencionales por haber ganado el plebiscito de entrada y la elección de los convencionales por 80-20. Se pensó que se había clavado la rueda de la fortuna y se podía hacer cualquier cosa con ello, pero resulta que ese 80-20 no refleja el peso de lo que es la derecha en la sociedad, además del poder económico y social que está detrás de esa derecha

En vez de haber resuelto los problemas fundamentales, que eran darle solidez y flexibilidad al sistema institucional para que las mayorías se expresen en cada elección presidencial, y en cada período vayan construyendo su idea de país, se quiso resolverlo todo igual que Jaime Guzmán en el texto.

La Constitución actual se está cayendo pedazos, entre otras cosas, porque es como una roca inmutable, y cuando el mundo cambia cada vez más aceleradamente, la roca inmutable se convierte en un peso y no en una solución.

-¿Cómo se asegura la legitimidad de este proceso?

- Necesitamos hacer un inmenso esfuerzo para que la ciudadanía participe, sin duda, hay un paso adelante con haber establecido el sufragio universal. Hay una cierta frustración y decepción, lo noto en las conversaciones con la gente, y también existe cansancio de tantas elecciones en tan poco tiempo, pero es tan relevante lo que debemos resolver, que hay que sobreponerse a estas dificultades e intentar que la ciudadanía recupere la confianza y el entusiasmo, y concurra a votar masivamente para que este proceso tenga una amplia legitimidad. Si no logramos eso, el mal de la actual Constitución -que ya está afectando directamente el desarrollo económico, social, y cultural-, va a continuar ahí y no vamos a haber resuelto ningún problema.

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