Libra se dispara tras el nuevo plan para reducir deuda del Gobierno de Reino Unido
El ministro de Economía británico, Kwasi Kwarteng y Liz Truss, la primera ministra, acordaron renunciar al plan de supresión del tipo impositivo máximo, tras las advertencias de los diputados tories de que no votarían a favor en el Parlamento.
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El ministro de Economía británico, Kwasi Kwarteng, acelerará la publicación de su plan de recorte de la deuda en un intento de calmar a los mercados después de que se viera obligado a dar un humillante giro en una parte fundamental de su agenda.
Se espera que a finales de este mes Kwarteng presente su plan fiscal a medio plazo, acompañado de previsiones oficiales, después de haber insistido en que esperaría más de 50 días, hasta el 23 de noviembre.
Su intento de calmar a los mercados, confirmado por varios funcionarios del Gobierno, llega tras una humillante retirada de su plan de rebajar los impuestos a a los más ricos, que se topó con la oposición de numerosos miembros de su propio partido.
Kwarteng reconoció en un discurso durante la reunión del Partido Conservador en Birmingham el lunes que "ha sido duro, pero tenemos que centrarnos en el trabajo que tenemos entre manos. Tenemos que avanzar. No más distracciones".
Su declaración fiscal del 23 de septiembre provocó importantes turbulencias: la libra se hundió, los costes de los préstamos se dispararon y el Banco de Inglaterra tuvo que intervenir inyectando 65.000 millones de libras en el mercado de bonos.
Kwarteng y Liz Truss, la primera ministra, acordaron renunciar al plan de supresión del tipo impositivo máximo a última hora de la noche del domingo, tras las advertencias de los diputados tories de que no votarían a favor en el Parlamento.
Los ex ministros Michael Gove y Grant Shapps encabezaron la oposición a la iniciativa, que habría beneficiado a quienes ganan más de 150.000 libras.
Aunque la decisión dañó gravemente la autoridad del ministro de Economía y de la primera ministra, Truss les dijo a sus compañeros que "nunca" se planteó expulsar a Kwarteng. De hecho, ella misma participó en la elaboración del paquete fiscal.
A pesar de que el plan fiscal a medio plazo de Kwarteng establecerá objetivos a cinco años para situar la deuda en una senda descendente, incluyendo una fuerte reducción del gasto público, Truss se niega a calificar de austera esta política.
Un ministro adelantó que la oficina presupuestaria (OBR) podría plantear una serie de escenarios de crecimiento con su impacto en las finanzas públicas, incluyendo el objetivo del gobierno de un crecimiento anual del 2,5%.
Los inversores compraron libras esterlinas y deuda pública británica tras el cambio de política el lunes por la mañana; por la tarde, la libra había recuperado el nivel registrado antes de que el gobierno anunciara su plan de recorte de impuestos el mes pasado.
La libra terminó el lunes con una subida del 1,4% frente al dólar, aunque el martes recortó las ganancias y cayó un 0,3% en el día, hasta los 1,128 dólares. El precio de la libra esterlina se situó en el mínimo histórico de 1,038 dólares frente a la divisa estadounidense hace una semana, después de que Kwarteng anunciara su paquete de recortes fiscales de 45.000 millones de libras.
El precio de la deuda pública británica subió tras el anuncio del lunes, lo que hizo bajar los rendimientos. El rendimiento de los bonos a 10 años cayó 0,14 puntos porcentuales, hasta el 3,95%, tras haber alcanzado un máximo de casi el 4,6% durante las turbulencias del mercado de la semana pasada.
Después de haber retirado su plan fiscal, Kwarteng y Truss podrían verse presionados ahora a dar marcha atrás en otras propuestas de recortes fiscales sin financiación que han provocado un agujero en las finanzas públicas.
Algunos diputados tories, entre ellos Gove, también han criticado la decisión de Kwarteng de eliminar el límite a los bonus de los banqueros.
Rachel Reeves, la líder de la oposición en materia económica, aseguró que los conservadores habían "destruido su credibilidad económica" y dañado la confianza en la economía británica.
"La primera ministra se ha visto obligada a abandonar su rebaja fiscal para el 1% de las rentas más altas, pero llega demasiado tarde para las familias que pagarán mucho más por sus hipotecas y la cesta de la compra en los próximos años", sentenció.