Las economías de los países centroamericanos y caribeños son
las que más se resentirán en América Latina de la ralentización económica en
Estados Unidos y los altos precios de los alimentos, según dijeron hoy algunos
expertos.
"Los países más vulnerables en la región son los de América Central y el
Caribe, porque son pequeños, son importadores netos de energía y
alimentos", dijo Brian O'Neill, subsecretario adjunto del departamento del
Tesoro de Estados Unidos para asuntos latinoamericanos.
Además, se verán afectados por la desaceleración en Estados Unidos, la menor
afluencia de turistas norteamericanos a sus playas y el estancamiento de las
remesas, auguró O'Neill en un seminario organizado por el Diálogo
Interamericano, un centro de estudios.
En América Central están algunos de los países más desfavorecidos del
continente y los pobres serán los que más sufrirán con el cambio dramático en
el entorno económico mundial, a juicio de Nora Lustig, profesora de la Universidad George
Washington.
Para ellos, las subidas de los alimentos son un golpe tremendo pues se gastan
entre el 50 y el 70 por ciento de sus ingresos en adquirirlos.
El aumento del precio del trigo en un 220 por ciento en los últimos dos años,
del arroz en un 110 por ciento y de los productos lácteos en un 100 por ciento
ha tenido ya un gran impacto en su situación económica, según Lustig.
En su opinión, el valor de esos productos continuará alto. Sufrirán
especialmente los pobres de Nicaragua y Bolivia, mientras que en Perú su
encarecimiento beneficiará a las personas de bajos ingresos que viven en el
campo, pero dañará a los que residen en la ciudad.
El otro factor importante para América Central y el Caribe son las remesas, que
en Honduras, por ejemplo, suponen un 25 por ciento del Producto Interno Bruto
(PIB).
Lustig señaló que los envíos de dinero desde Estados Unidos a México han
decrecido por primera vez debido a la ralentización económica en el país al
norte del río Bravo.
Ante los problemas en su vecindario, el jefe de estado venezolano, Hugo Chávez,
"aprovechará la oportunidad" para aumentar su influencia en la región
a través de sus ayudas económicas, como los programas de petróleo subsidiado en
América Central, opinó el presidente de la Corporación Andina
de Fomento (CAF), Enrique García.
No obstante, García señaló que el Gobierno de Caracas "ha estado gastando
de forma excesiva", por lo que a su juicio no tendrá capacidad para dar
asistencia "a gran escala".
Para el resto de América Latina, con excepción de México, por su vínculo
estrecho con Estados Unidos, las cosas pintan mejor, según coincidieron los
expertos.
García dijo que sus buenas cuentas fiscales, una inflación baja "en
general" y un superávit en el sector externo colocan al continente en una
posición mucho más cómoda que durante crisis previas.
No obstante, el jefe de la CAF
señaló que muchos de los líderes de la región se han dormido en los laureles
gracias a estos buenos números y no han promovido los cambios en la estructura
de la economía que son necesarios para que el continente crezca más.
Apuntó que la inversión es aún insuficiente, algunas economías dependen de la
exportación de un puñado de materias primas y la infraestructura es deficiente.
El boliviano García criticó la nacionalización de sectores económicos en su
propio país, en Ecuador y Venezuela.
"Se puede hacer ahora por el bum, pero a largo plazo generará
problemas", dijo García, quien destacó que para crecer más, América Latina
debe crear un buen ambiente para atraer la inversión externa.