Standard & Poor's (S&P) ratificó hoy
las calificaciones que confiere a la deuda de Brasil, al considerar
que ha superado bien la crisis y que goza de estabilidad política, y
aseguró que su perspectiva de futuro es estable.
Así, la valoración de la deuda a largo plazo de Brasil continuará
siendo BBB-, que la mantiene en los escalones más bajos de las
consideradas inversiones estables.
La calificación de la deuda de corto plazo en moneda extrajera
seguirá en A-3, con la que se identifican las inversiones en países
donde las situaciones económicas adversas pueden condicionar la
capacidad de respuesta del emisor.
"La fuerte recuperación de Brasil ofrece a los políticos del país
una oportunidad para mejorar la capacidad crediticia del Gobierno,
consolidar su posición fiscal, mantener la inflación bajo control y
promover el desarrollo de la inversión privada a medio plazo", dijo
hoy el analista S&P Sebastián Briozzo en un comunicado.
Añadió que el principal riesgo que tiene ahora la economía
brasileña reside en el aspecto fiscal, ya que "una prolongada
política fiscal laxa haría daño a las dinámicas de la deuda del
Gobierno, complicaría la política monetaria y aumentaría aún más la
dependencia del país del ahorro externo".
La economía de Brasil se está recuperando rápidamente de los
efectos de la recesión mundial, según S&P, que calcula que el
Producto Interior Bruto (PIB) podría crecer hasta un 5,8% en 2010,
tras avanzar un 0,5% en 2009, y que a medio plazo, el crecimiento
medio podría rondar el 4,5%.
"Sin embargo, las perspectivas de crecimiento de Brasil y la
sostenibilidad dependerán de la respuesta de las autoridades en
materia de política económica", añadió Briozzo.
En su opinión, el Gobierno se va a ver cada vez más presionado
para retirar el año que viene el estímulo fiscal que puso en marcha
en 2009, dado que 2010 es un año electoral en Brasil.
"El compromiso del Gobierno con la prudencia fiscal sigue siendo
un factor clave en nuestro análisis", reconoció el analista, quien
defendió que el cumplimiento de las metas fiscales en 2010 y en los
siguientes años "constituiría una señal importante sobre la
orientación de la política fiscal después de un difícil 2009".
La agencia de calificación cree que ese déficit público alcanzará
este año el 3,5% del PIB (para descender hasta el 2,2% en 2010) y
que las reservas internacionales superen los US$ 240.000 millones.