A 24 horas de la posibilidad de tener sus recursos para el pago de la deuda externa bloqueados debido a la decisión judicial de Estados Unidos, Argentina asumió la presidencia “pro tempore” del Mercosur. El asunto se convirtió en la única materia abordada de manera uniforme por todos los presidentes que asistieron a la Cumbre del Mercosur, entre ellos la presidenta Dilma Rousseff, para quien “el problema afecta a todo el sistema financiero internacional”.
Así, la propuesta brasileña de aproximar el Mercosur con los países de la Alianza del Pacífico, con la excepción de México, fue relegada a un segundo plano. De hecho, el tema ocupó apenas una frase del discurso de Rousseff: “debemos buscar la implementación de la desgravación tarifaria, lo que permitirá crear una zona de libre comercio sudamericana”, dijo la Mandataria. La ausencia de la presidenta chilena Michelle Bachelet, que había confirmado su presencia como invitada, disminuyó el impacto de la propuesta, que cuenta con el apoyo de organizaciones como la Confederación Nacional de la Industria (CNI).
Para Roussef, el bloque regional “no es un espacio económico insignificante”, por lo que Brasil “no puede descuidar la integración de las economías del bloque en el mundo global”. En ese sentido, mencionó iniciativas como la ampliación de Mercosur, con el ingreso de Bolivia como miembro pleno; los acuerdos de libre comercio con los países de América del Sur que no son miembros del grupo y las negociaciones con otros bloques como la Unión Europea.