Más allá de las palabras: qué comunicó Macri con el cuerpo y los gestos
El discurso del presidente de Argentina buscó llevar calma en un escenario agitado luego de una semana inestable en los mercados. ¿Lo logró? Dos expertos lo analizan desde la comunicación no verbal.
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Del minuto y 43 segundos a los 25 minutos de discurso, sin escalas. De la camisa celeste y cuello abierto, que usó la semana pasada en la Quinta de Olivos para anunciar un acuerdo con el FMI que adelanta la entrega de ayuda, al traje y la corbata que vistió esta vez en al Salón Blanco de la Casa Rosada para lanzar un duro plan de ajuste fiscal.
Luego del breve discurso de Mauricio Macri de la semana pasada, el dólar se disparó 7%. Esta vez la escalada fue menor –en medio del feriado en Estados Unidos– pero una vez más, Macri no logró convencer.
Creo que la sensación que transmitió el discurso de Macri fue de preocupación y cansancio. Lo vi en la cara, en la mirada, en los hombros, se lo ve con mucho peso encima”, explica José María Rodríguez Saráchaga, de Oratoria Consulting y exasesor de Macri durante su gestión al frente de la Ciudad de Buenos Aires.
Sergio Rulicki, doctor en Comunicación Social de la Universidad Austral y licenciado en Antropología de la UBA, analizó su uso de un “tono, volumen y prosodia (melodía) como si le hablara a un niño para calmarlo. O sea, nos trató de niños, para hacernos sentir que no había nada de qué preocuparnos".
Para ambos expertos, los efectos del discurso fueron precisamente lo contrario a lo que se buscó transmitir, incluso para Rulicki: “No decir nada de sí mismo en términos de lo que vamos a hacer mejor a partir de ahora, al contrario siguen en la misma. Pero eso es típico del narcisimo”.
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