Gobierno argentino insiste: no hay default sino "campañas encaminadas a sembrar pánico"
El ministro Axel Kicillof sostuvo que "hay que distinguir entre no pago y no cobro", reclamó. Para las agencias calificadoras, el país está desde ayer en default selectivo.
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El gobierno argentino insiste en que no entró en default. Lo que hay, según insistió en denunciar esta tarde el ministro de Economía, Axel Kicillof, es "una campaña encaminada a sembrar el pánico" con el uso de ese término.
En una conferencia de prensa en la sede del ministerio de Economía, Kicillof casi se burló: "Default no es una sensación térmica ni un adjetivo", y argumentó que para que haya "un evento default" tienen que cumplirse las circunstancias previstas en los "contratos" de los títulos públicos.
Esos eventos, enumeró, son "el no pago", al que pidió distinguir del "no cobro"; el cambio de cuestiones contractuales (como la jurisdicción o las fechas de pago), la moratoria y el cross default.
Aunque en los hechos los tenedores de bonos Discount no cobraron por los vencimientos del 30 de junio, el Gobieno culpa de eso al juez Thomas Griesa, que bloqueó el dinero que efectivamente la Argentina depositó para cancelarlos. El bloqueo fue porque, con los fallos firmes a favor de los fondos buitre, el juez interpretó que la cláusula pari-passu obligaba al país a pagarles en simultáneo a holdouts y holdins.
Cumplido el "período de gracia" desde que los bonistas del canje, por el bloqueo ordenado por el juez Thomas Griesa, no cobran el dinero que la Argentina depositó para pagarles el vencimiento del 30 de junio, las agencias calificadoras ubicaron la deuda externa del país en la categoría de "defalt selectivo".
Como depositó el dinero para el pago, el Gobierno niega estar en default, culpa a Griesa y los fondos buitre por la situación y ahora dice analizar llevar el conflicto a la Corte de La Haya y las Naciones Unidas.
Esta mañana, terminaron de frustrarse las negociaciones de los bancos privados para comprar la deuda de los holdputs, aunque distintas versiones indicaban que habría nuevas negociaciones pero por parte de grandes bancos internacionales.