La agenda de los candidatos presidenciales en Argentina está cada vez más nutrida de cara a las elecciones del domingo y en el último tramo de la campaña empezaron a mostrar más definiciones acerca de lo que harían en materia económica si fueran electos.
Con diferentes visiones acerca de las problemáticas y distintas propuestas, uno de los puntos en los que hicieron más hincapié en sus apariciones fue el tema impositivo, teniendo en cuenta el impacto que tiene en el bolsillo de los votantes.
Así, mientras en el equipo de Sergio Massa abogan por una menor carga impositiva con una reducción de 30%, en el de Daniel Scioli argumentan que prima la necesidad de no desfinanciar al Estado por lo que los cambios que plantean son más acotados. En tanto, en el de Mauricio Macri consideran que ciertos tributos deben reducirse y otros mantenerse.
El tema fue cobrando cada año mayor relevancia teniendo en cuenta que en la última década la presión impositiva aumentó casi 50% y en 2014 llegó a 35,1% del PIB. Si se mide a nivel regional también fue una de las que más se incrementaron y ya se encuentra entre las más altas de América latina, en línea con la de Brasil y cerca del promedio de los países más desarrollados del mundo.
Dos velocidades
De menor a mayor, en el equipo económico de Scioli consideran que hay que modificar las escalas del Impuesto a las Ganancias que tributan los trabajadores y reconocen que hay “situaciones que se han distorsionado”. Sin embargo, creen que debe mantenerse para aquellos que tienen mayor capacidad contributiva. Por otro lado, tanto Massa como Macri se refirieron al asunto varias veces y prometieron que si llegan a la presidencia eliminarán el impuesto para todos los trabajadores.
Para Silvina Batakis, futura ministra de Economía de un eventual gobierno de Scioli, “debe haber una reorganización de los tributos” y “en Ganancias hay que ver la reinversión de utilidades y una presión tributaria que no sea regresiva”, aunque pone reparos a la eliminación lisa y llana del impuesto porque “implica achicar las cajas”.
Por el contrario, tanto Roberto Lavagna, ex ministro de Economía de Néstor Kirchner y principal asesor en materia económica de UNA, como Massa explicitaron su intención de financiar la eliminación del tributo gravando al juego y a la renta financiera, que hoy está exenta.
Retenciones al campo
Otra de las cuestiones que más promesas de campaña reúne por estos días es el de los derechos de exportación agropecuarios, un tema que en 2008 enfrentó al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con los productores agropecuarios y llevó a un camino sin retorno la relación entre ambos. Sin dar muchos detalles y tratando de no marcar un camino muy diferente al del kichnerismo más recalcitrante, Scioli sólo se limitó a decir que “está abierto a discutir y modificar las retenciones”. Sin embargo, cerca del candidato comentan por lo bajo que se estudia la eliminación de todas las retenciones, menos las de la soja.
En esa línea pero en voz alta ya se expresaron tanto Macri como Massa. Ambos prometieron que de ser electos eliminarán todas las retenciones a productos agropecuarios, salvo la soja. En ese caso Macri planea una reducción gradual de cinco puntos por año.
En tanto, Massa propone que se tomen cinco puntos porcentuales de los derechos de exportación a la soja a cuenta del Impuesto a las Ganancias, y su eliminación en el caso del trigo, el maíz, el girasol y “las 38 economías regionales”.
“Es una caída de la recaudación de 19 puntos de lo que se llama IVA Aduana y eso lo vamos a reemplazar cobrando los siete puntos que hoy tienen de beneficio los laboratorios extranjeros”, explica Massa.
Dudas sobre IVA
Aunque todos los candidatos se refieron al Impuesto a las Ganancias y las retenciones, casi no hubo menciones respecto del IVA, que afecta más a los que menos ingresos tienen y en la mayoría de los casos presenta una tasa de 21%. Sólo Scioli prometió una reducción del impuesto indirecto, aunque limitó la baja a jubilados.
Dólar "blue" marca nuevo récord
El dólar blue, como se conoce al tipo de cambio en el mercado informal en Argentina, se recalentaba en la previa electoral y sumaba 17 centavos con lo que superaba la barrera de los 16 pesos y se vendía a 16,11.
Se trata de un nuevo récord con respecto a los 16,10 pesos que tocó el 25 de septiembre.
En tanto, el dólar oficial no se quedó atrás y sumó 1 centavo hasta los 9,50 pesos, con lo que el dólar ahorro se colocó en los 11,40 y el dólar turista o tarjeta en los 12,82.
Así, la brecha entre ambas cotizaciones se ubicó en un 69,57%.
Según fuentes privadas, la intervención del Banco Central de la República de Argentina (BCRA) en el mercado de cambios volvió a generar fuertes pérdidas para la autoridad monetaria que vendió US$ 100 millones de sus reservas, luego de haber comprado US$ 20 millones el viernes por primera vez en semanas.
El volumen operado en el segmento contado fue de US$ 293,186 millones, mientras que en el de futuros se movieron US$ 95,50 millones.
Ante "esta demanda muchos se cubren por el resultado de las elecciones y el Gobierno va a tener que recurrir a 'manos amigas' que inyecten dólares para que el blue no se le dispare en la previa", analizó un operador a El Cronista.com.
Según el mercado, la subida que muestra la cotización paralela responde al nerviosismo previo a las elecciones, a lo que se suma el fin del efecto "principio de mes", que implica la inyección de dólares a la plaza mediante la venta de los dólares ahorro.
El viernes, por primera vez en varias semanas el BCRA se alzó con US$ 20 millones, luego de mermar sus reservas para abastecer el mercado.