HSBC confirmó ayer la venta de su unidad brasileña a Bradesco, por US$ 5.200 millones (17.800 millones de reales). La información fue divulgada en un informe que acompaña el balance de la institución. El precio todavía está sujeto a ajustes y el negocio requiere de aprobación regulatoria, lo que debe ocurrir hasta el segundo trimestre de 2016.
HSBC reiteró que pretende mantener una presencia modesta para atender a empresas en Brasil.
De acuerdo con el comunicado, HSBC y Bradesco llegaron a un acuerdo el viernes y los detalles se cerraron el fin de semana. El valor del negocio se ubicó por sobre lo esperado por el mercado, que proyectaba una propuesta de US$ 4 mil millones.
Bradesco publicó un hecho esencial en que informa que la adquisición de HSBC en Brasil "posibilitará un aumento de escala y la optimización de plataformas, con aumento de la cobertura nacional, consolidando el líderazgo en número de sucursales en varios estados, además de reforzar su presencia en el segmento de ingresos altos", entre otras sinergias.
Se acerca a Itaú
La adquisición del séptimo mayor banco banco del país acerca a Bradesco a Itaú, el líder en el ranking por activos entre los bancos privados de Brasil. Bradesco perdió ese puesto ante Itaú en 2009, cuando éste adquirió a Unibanco.
En diciembre, HSBC poseía 168 mil millones de reales en activos, equivalente a 2,2% del total del sistema financeiro brasileño. Con 853 sucursales, el banco está presente en Brasil desde fines de los años '90, tras la compra de Bamerindus. La falta de escala de negocio y el bajo grado de apertura de la economía llevaron a la institución a tomar la decisión de dejar el país.
El proceso de venta de la filial local fue coordinado por Goldman Sachs y desde el comienzo Bradesco era considerado el favorito aunque Santander también estaba interesado.