Un nuevo sistema de control de la
inmigración por puntos presentado hoy por el Gobierno británico
limitará la entrada de trabajadores cualificados de fuera de la
Unión Europea (UE) y vetará a los que no lo son.
Según el nuevo sistema, detallado por el ministerio del Interior,
las empresas con sede en el Reino Unido deberán demostrar a partir
de ahora que no pueden ocupar sus vacantes con un residente en el
país y mostrar que han puesto un anuncio en la prensa.
Los inmigrantes necesitarán una oferta de trabajo antes de
solicitar su visado, a menos que el empleo en cuestión se incluya en
una lista específica de los sectores con más escasez de personal.
Para poder optar a ser elegido, el trabajador tendrá que acumular
un cierto número de puntos, que se consiguen demostrando que habla
inglés, que hará un trabajo cualificado y que ganará más de 24.000
libras (unos 30.000 euros), o que tiene un título profesional, según
un comunicado del ministerio.
Las empresas necesitarán una licencia especial de la Agencia
británica de Fronteras para poder ofrecer empleo a trabajadores
cualificados, señala la nota.
Un análisis divulgado por Interior señala que, si estas nuevas
medidas se hubieran aplicado el año pasado, habrían entrado al país
un 10 por ciento menos de trabajadores cualificados y temporales de
fuera de la UE, unas 20.000 personas.
El ministro para Inmigración y Fronteras, Liam Byrne, dijo que el
nuevo sistema permitirá a los trabajadores del país optar en primer
lugar a los puestos de trabajo y "sólo los inmigrantes cualificados
que realmente se necesiten podrán venir".
Señaló que para fijar la escala de puntos, el Gobierno estará
asesorado por agencias especializadas en inmigración.
Desde el pasado febrero, las empresas que incumplen la ley al
emplear a trabajadores ilegales se enfrentan a elevadas multas.