Sin embargo, el motín abortado plantea grandes interrogantes sobre el control de Putin en un país que ha gobernado con mano de hierro durante más de dos décadas. El ministro de Asuntos Exteriores italiano afirmó que el motín había hecho añicos el "mito" de la unidad rusa.
Se le vio salir del cuartel general del distrito de Rostov -a cientos de kilómetros al sur de Moscú- a última hora del sábado en un vehículo deportivo utilitario. El domingo no estaba claro su paradero.
Videos compartidos en las redes sociales desde Rostov durante la noche mostraban supuestamente a los mercenarios retirándose de la ciudad en una caravana de vehículos blindados, tanques y autobuses al son de vítores, cánticos de "Wagner" y disparos de celebración de los residentes locales.
Reuters pudo verificar la ubicación del video, pero no la fecha en que fue filmado.
"Cuídense", gritó una mujer.
Las muestras de apoyo a la efímera insurrección de Wagner alarmarán a las autoridades de un país que se ha vuelto cada vez más intolerante con cualquier crítica pública a Putin y su gobierno.
Moscú se mantuvo en calma el domingo, con la Plaza Roja cerrada, pero con pocos indicios de un aumento de la seguridad en las calles. El lunes ha sido declarado día no laboral para dar tiempo a que se calmen los ánimos.
La capital había ordenado a los residentes que permanecieran en sus casas y desplegado soldados en preparación de la llegada de los mercenarios, que parecían encontrar poca resistencia por parte de las fuerzas armadas regulares.
Las fuerzas especiales chechenas desplegadas en la región de Rostov para resistir el avance de los mercenarios también se estaban retirando hacia donde habían estado combatiendo en Ucrania, declaró el comandante Apty Alaudinov en un video publicado en Telegram.
Tras capturar Rostov -principal centro logístico de retaguardia de la invasión rusa de Ucrania-, los mercenarios habían recorrido cientos de kilómetros hacia el norte en lo que Prigozhin llamó una "marcha por la justicia", transportando tanques y camiones blindados y rompiendo las barricadas levantadas para detenerlos, antes de que se alcanzara el acuerdo de retirada.
Qué es el grupo Wagner, los mercenarios rusos que se rebelaron contra Putin
El acuerdo con Putin
En virtud del acuerdo, negociado a última hora del sábado, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que se retiraría la causa penal abierta contra Prigozhin por amotinamiento armado, que Prigozhin se trasladaría a Bielorrusia y que los combatientes de Wagner que se unieron a su causa no se enfrentarían a ninguna acción, en reconocimiento de sus servicios anteriores a Rusia.
Peskov dijo que Lukashenko se había ofrecido a mediar, con la aprobación de Putin, porque conocía personalmente a Prigozhin desde hacía unos 20 años.
En un discurso televisado el sábado, Putin dijo que la rebelión ponía en peligro la propia existencia de Rusia.
"Estamos luchando por la vida y la seguridad de nuestro pueblo, por nuestra soberanía e independencia, por el derecho a seguir siendo Rusia, un Estado con una historia milenaria", dijo Putin, prometiendo castigo para los responsables de "una insurrección armada" y estableciendo paralelismos con el caos de 1917 que condujo a la revolución bolchevique.
Peskov se negó a decir si se había hecho alguna concesión a Prigozhin, aparte de garantías de seguridad para él -sobre las que Putin dio su palabra, según dijo- y para sus hombres, para persuadirle de que retirara todas sus fuerzas.
Durante meses, Prigozhin arremetió contra la cúpula militar, especialmente contra el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, acusándoles de incompetencia y de negar munición a sus combatientes mientras luchaban por tomar Bajmut, en Ucrania.
Dirigido por Prigozhin, un exconvicto cuyas fuerzas incluyen a miles de expresos reclutados en las cárceles rusas, Wagner se ha convertido en un negocio internacional en expansión con intereses mineros y combatientes en África y Oriente Próximo.
Este mes, desafió las órdenes de firmar un contrato que ponía a sus tropas bajo el mando del Ministerio de Defensa. Lanzó la rebelión el viernes tras denunciar que los militares habían matado a muchos de sus combatientes en un ataque aéreo. El Ministerio de Defensa lo negó.
El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, declaró en una entrevista con el diario italiano Il Messaggero publicada el domingo que Putin había creado las condiciones para la insurrección del sábado al permitir que Prigozhin creara durante muchos años un ejército privado tan formidable.
"El mito de la unidad de la Rusia de Putin se ha acabado. Esta escalada interna divide el despliegue militar ruso. Es el resultado inevitable cuando se apoya y financia a una legión de mercenarios", dijo Tarjani.
"Una cosa es cierta: el frente ruso es más débil que ayer. Espero que ahora la paz esté más cerca. Esperamos ver los próximos movimientos de Rusia en Ucrania".
La revuelta se produjo a pocas semanas del inicio de la contraofensiva más fuerte de Ucrania desde la invasión de Moscú en febrero del año pasado.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, declaró el sábado que los acontecimientos, que provocaron una oleada de llamadas de alto nivel entre los líderes occidentales, ponían de manifiesto la agitación en el corazón de Rusia.
"Sencillamente, un caos total", dijo Zelenski en su discurso nocturno por video.
Las fuerzas rusas bombardearon la ciudad de Jersón, en el sur de Ucrania, matando a un civil, informó el domingo el gobernador local.